Los mejores y los peores países para ser mujer: Islandia en cabeza, Siria en la cola y España, en el quinto puesto mundial
huffingtonpost.es
Un estudio del Instituto Georgetown para la Mujer, la Paz y la Seguridad y el Instituto de Investigación sobre la Paz de Oslo analiza su grado de inclusión, justicia y seguridad en las sociedades de 153 estados.
EFE
Marcha en Madrid contra la reforma de la ley del aborto promovida por el PP, en febrero de 2014.
La violencia machista, las desigualdades salariales, los abusos sexuales, la cosificación, las tradiciones patriarcales, el sometimiento agregado de algunas religiones... La lista de atentados contra la mujer y sus derechos, desde la seguridad, la integridad, la salud y la libertad y hasta la vida, es infinita, tan vieja de siglos como presente en nuestros días.
El mundo mezcla sociedades en las que la mujer progresa y crece -la plena igualdad no es real en ningún sitio- y sociedades en las que no pasa de esclava sumisa. Pero ¿dónde se dan las mejores y las peores situaciones? ¿Tiene sólo que ver con el nivel económico, con la religión, con el color de piel?
La conclusión, tras estudiar 153 países -cubriendo al 98% de la población del planeta- es que Islandia es el país en el que las mujeres se encuentran en mejor situación, mientras que en el polo opuesto, empatados, se encuentran Siria y Afganistán como los peores.
España ocupa una posición privilegiada, la quinta, con un nivel de participación en la vida pública, formación, igualdad legal o percepción de seguridad notablemente por encima de la media.
Según el estudio, España está en el grupo de apenas 30 estados que están en la parte alta de los tres apartados en los que se ha dividido la investigación: inclusión (abarca todo lo que hace libres a las mujeres para tomar decisiones en lo social, lo económico y lo político, como el nivel de empleo y educación, el acceso a tecnologías como los teléfonos móviles y la representación parlamentaria), justicia (reconocimiento en las normas del país, participación en trabajos fuera del hogar, negocios, tratamiento de la sociedad) y seguridad (en la familia, la comunidad cercana y la sociedad nacional).
Así, las mujeres españolas cuenta con 10 años de escolarización, entre los 14 de excelencia mundial de Alemania y los 9 de Portugal (los dos datos de referencia en la parte alta de la lista). El porcentaje de inclusión financiera de las españolas es muy alto, del 98%, entre el 100% de Noruega y el 83% de Italia. En cuanto al uso de móviles, la cuota es del 96%, más cerca del 100% de Finlandia que del 77% de Canadá. Hay un 39% de mujeres en nuestro parlamento, cuando en Islandia la cifra es del 48% y en Malta, del 13 (nótese que ninguna nación llega a la mitad, al 50-50), mientras que el porcentaje de mujeres empleadas en España es del 45%, uno de los peores datos de este recuento, cuando en Islandia, en la cabeza, llegan al 77% y en Grecia, a la cola, al 35.
En cuanto a la discriminación legal contra la mujer, España logra un 8, cerca del 7 de Malta (el país de cabeza) y el 21 de Alemania (el menos bueno de los buenos), según un algoritmo que va de 0 a 84. En cuanto a normas discriminatorias, por porcentaje, se calcula en un 1% en nuestro país, empatado con EEUU, frente al 14% de Israel, el peor de los países más desarrollados.
La ratio de nacimientos hombre-mujer es de 1.06, entre el 1.07 de Irlanda y el 1.03 de Islandia, una materia en la que los datos son muy parecidos en todo el mundo.
Finalmente, en cuanto a violencia por parte de parejas íntimas a lo largo de la vida, España está en el 13%, cuando Canadá apenas tiene un 6% e Israel, un 48%. España saca especiales buenas notas en cuanto a la percepción de seguridad general que tienen las mujeres, con un 80, superado apenas por el 81 de Noruega, con los 49 puntos de Australia cerrando el grupo de cabeza.
Las muertes por conflicto abierto, afortunadamente, no afecta a las mujeres en España, con cero fallecimientos por cada 100.000 habitantes, como en EEUU, frente a las 6,84 de Israel.
EL DINERO NO LO ES TODO
El informe, como ha escrito en The Washington Post Jeni Klugman, una de sus responsables, evidencia que los problemas que asedian a las mujeres son profundos y no tienen que ver sólo con el nivel de riqueza y progreso de su país. "Más rico no es necesariamente más respetuoso", concluye.
Toma por ejemplo EEUU, en el puesto 22 de todo el mundo, inclusivo, con leyes garantistas, pero con profundos problemas de machismo en las relaciones personales, peor que otros países menos desarrollados. O los casos de los países del Golfo Pérsico: Arabia Saudí está 89 puestos por debajo de su nivel de ingresos, Kuwait 79 e Irán, 57. Serán más ricos gracias a los petrodólares, pero sus mujeres se ven pisoteadas diariamente.
El Instituto Georgetown para la Mujer, la Paz y la Seguridad y el Instituto de Investigación sobre la Paz de Oslo sostienen finalmente que siguen existiendo barreras insalvables, como el alto porcentaje de la población masculina que se opone, tajante, a que las mujeres puedan trabajar fuera de casa, que llega al 37% en Oriente Medio y el norte de África, a un tercio de los varones del sureste asiático, o al 73% en Pakistán (y más de la mitad en Irak, Afganistán o Yemen...). En la mayoría de los países avanzados tienen cifras inferiores a un dígito.
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