Pablo Guimón
El ministro de Exteriores irlandés, Simon Coveney.
STEPHANIE LECOCQ EFE
En plena ofensiva diplomática para recordar que, sin un avance significativo en el asunto de la frontera, no permitirá que se abra la segunda fase de las negociaciones del Brexit, el ministro de Exteriores irlandés, Simon Coveney, del centrista Fine Gael, recibe a un pequeño grupo de periodistas europeos. El encuentro tiene lugar, significativamente, en Belfast, fuera de su jurisdicción.
“Estamos muy comprometidos con la acción en la que nos hemos embarcado”, asegura Coveney. “No facilitaremos la apertura de la segunda fase de las negociaciones en ausencia de respuestas creíbles al asunto de la frontera. Nos ha animado mucho la solidaridad en la UE, y refuerza mi visión de que los países pequeños importan y los grandes los apoyan cuando son vulnerables. Es para lo que esta, a fin de cuentas, la UE”.
Irlanda contempla dos posibles soluciones. “Nuestra preferencia es que Reino Unido permanezca en una versión extendida de la unión aduanera y una extensión del mercado único”, explica el ministro. “Si no lo hace, entonces habrá que buscar soluciones únicas para las circunstancias únicas de Irlanda del norte. Porque Irlanda del Norte no es lo mismo que el resto de Reino Unido, y cualquiera que lo pretenda está engañando a la gente. Los arreglos constitucionales de Irlanda del Norte están determinados por el Acuerdo de Viernes Santo. No es un acuerdo político voluntario entre dos Gobiernos, es un tratado internacional registrado en la ONU. Los Gobiernos británico e irlandés, como garantes de ese acuerdo, están legalmente obligados a facilitar la cooperación norte-sur”.
Coveney aclara que Irlanda no pide, en este punto, “una solución completa a la frontera”. “Lo que pedimos es mucha más credibilidad alrededor de los parámetros por los que ese acuerdo pueda ser negociado y diseñado”, dice. “Queremos que se reconozca que, si hay una divergencia regulatoria significativa entre las dos jurisdicciones de esta isla, entonces la cooperación norte-sur como la conocemos no puede funcionar sin tener controles fronterizos o impedimentos al libre comercio. Necesitamos lenguaje. Tiene que haber más claridad y credibilidad. Si no, lo que se está pidiendo al Gobierno irlandés es un salto al vacío. Lo que me pide el equipo británico es que confíe en ellos, y creo que son genuinos en su deseo. Pero no sabemos cómo van a ir esas negociaciones. No podemos aceptar una promesa en algo que es tan fundamental para el funcionamiento de las comunidades y los negocios en la isla de Irlanda”.
El ministro ve “una probabilidad razonable” de que haya progreso en diciembre, “Pero nadie debe subestimar la fuerza del sentimiento del Gobierno irlandés en este tema”, advierte. “No socavaremos un proceso de paz en nuestra propia isla”.
Respecto a si estaría dispuesto a vetar el avance de las negociaciones, de no conseguir el compromiso requerido, Coveney cree que “no habrá una situación en la que Irlanda sea abandonada por los otros 26”. “La UE entiende que tiene que estar unida en esto. En la fase uno y sobre todo en la fase dos, cuando lleguemos, si llegamos”, explica.
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