lunes, 22 de enero de 2018

El “invento” de la corona catalano-aragonesa

EL PAÍS HECHOS
Patricia R. Blanco

El Gobierno de Aragón pide la retirada de un libro de texto que contiene la expresión.



El Gobierno de Aragón acaba de pedir la retirada de un libro de texto de la ESO, que usaban alumnos de un instituto de Huesca, porque incluía la expresión “Corona catalano-aragonesa”. No es la primera vez que sucede. Otros manuales de Bachillerato han recogido este concepto, que también aparece en el apartado de Historia de la web oficial de la Generalitat de Cataluña. Las editoriales afectadas ya han manifestado que lo corregirán en próximas ediciones y este martes el Gobierno de Aragón aprobará la creación del Consejo Asesor para la Enseñanza de la Historia y defender que nunca hubo una Corona catalano-aragonesa: solo existió la Corona de Aragón.
“La corona catalano-aragonesa es un invento romántico del siglo XIX para falsificar la idea de la corona de Aragón”, explica el historiador José Luis Corral, autor de La Corona de Aragón: manipulación, mito e historia (Editorial Doce Robles, 2014). Según Corral, no existe ninguna “justificación histórica” que permita usar tal concepto: “La Corona de Aragón estaba integrada por varios reinos y condados, como el reino de Aragón, el reino de Valencia y el condado de Barcelona”. Cada uno tenía sus “propias cortes” aunque mantenían una unidad en cuanto a “política exterior”, que coordinaban en las “cortes generales de Monzón, en Huesca”. “Pedro IV, El ceremonioso, en su libro Una historia de Aragón, habla de ‘nuestra Corona de Aragón, pero nunca de la Corona catalano-aragonesa”, añade Corral, profesor de Historia medieval en la Universidad de Zaragoza.
El matrimonio entre la reina aragonesa Petronila y el conde de Barcelona Ramón Berenguer IV, en el que se basan los defensores de la “Corona Catalano-aragonesa” para justificar su existencia, no es, según Corral, una prueba de que fuera una realidad. “En la Edad Media nunca se utilizó este término”, asegura. Pero además, los títulos que heredaron los sucesores de Petronila y Ramón Berenguer IV fueron los de “rey de Aragón y conde de Barcelona”.
La primera vez que aparece el concepto de “confederación catalano-aragonesa fue en 1872, en un libro con ese título, obra de Antonio de Bofarrull y Brocá, archivero del Archivo de la Corona de Aragón (ACA). El volumen fue un éxito y desde entonces “decenas de historiadores presuntamente serios” no han dejado de hablar de esa “inexistente Confederación catalano-aragonesa”, afirma Corral en su libro.
Aunque el verdadero responsable de esta “especie de revisitación de la historia” fue un pariente de Bofarrull y Brocá, Próspero de Bofarrull y Mascaró, que también fue director del ACA. Integrante destacado del movimiento nacionalista catalán conocido como la Renaixença, Mascaró manipuló la edición del Libre del repartiment del regne de Valencia “para demostrar que la conquista del Mediterráneo por la Corona de Aragón había sido una empresa catalana”, continúa Corral. En ese documento, de 1238, “Mascaró suprimió de su edición del reparto de la ciudad de Valencia los nombres de los repobladores aragoneses y navarros para magnificar la presencia de catalanes y aumentar el porcentaje de estos”, explica el historiador, tal y como han demostrado los trabajos de “Antonio Ubieto y Amparo Cabanes”.
Otros historiadores, como Domingo Buesa, presidente de la Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis, sostienen tesis similares. Para Buesa, la “Corona catalano-aragonesa fue una falsedad”, una “designación imposible”, porque Cataluña nunca actuó como reino frente al Reino de Aragón, al Reino de Valencia y al Reino de Mallorca. También Ángel Sesma, miembro de la Real Academia de la Historia y experto en la Corona de Aragón, rechaza el concepto. En un congreso celebrado en Zaragoza, que trató esta polémica, afirmó que ese tipo de “artimañas” eran muy habituales en cierta “historiografía catalana”, según publicó El Heraldo.
“Aragón ha sido poco ambicioso en la defensa de su historia”, considera Maite Pérez, consejera socialista de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón. “Ha existido siempre una gran relación y un fuerte vínculo entre Aragón y Cataluña, pero debe basarse en el respeto a la historia”, añade Pérez. Según explica, el Consejo Asesor para la Enseñanza de la Historia, cuya creación será aprobada este martes, estará integrado tanto por científicos como por educadores y tendrá como función supervisar los libros de texto para detectar incorrecciones históricas, con un “total respeto a la autonomía del docente”.
“Los nacionalismos necesitan de rotundos hechos fundacionales para asentar sus posiciones políticas. Y no en pocas ocasiones ha habido que manipular y tergiversar el pasado para adecuarlo a la ideología que sustenta ese sentimiento”, reflexiona José Luis Corral en su libro, “La Corona de Aragón no ha sido ajena a ello”, subraya. Pero ojo, “España, tampoco”.
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