martes, 5 de marzo de 2019

La desaceleración llega al mercado laboral pese a la creación de 70.000 empleos. 4º ESO-Economía-IAEE

EL PAÍS ECONOMÍA
Manuel V. Gómez

El paro registrado creció en 3.300 desempleados el mes pasado, el peor dato desde 2013.


Cadena de montaje de la fábrica de Seat en Martorell (Barcelona). Albert García


Después de la gran caída del mercado laboral en enero, al mes siguiente llegó el efecto rebote. El empleo creció en 69.172 afiliados a la Seguridad Social y elevó la cifra total de cotizantes hasta los 18,9 millones, según el Ministerio de Trabajo. Es el menor incremento de los últimos tres años. La recuperación continúa, y a buen ritmo, pero los síntomas de desaceleración aparecen. La industria, el comercio, la hostelería y la Administración pública aumentan sus plantillas con menor fuerza. Además, el paro volvió a crecer. No mucho. Las oficinas públicas contaron 3.271 desocupados más. Aunque este es el peor dato desde 2013.
El mercado laboral empieza a notar los síntomas de la desaceleración. El mes pasado creó empleo: la Seguridad Social contó casi 70.000 afiliados más que en enero. En un solo año hay un 2,86% más de cotizantes con empleo. Un ritmo alto de creación de puestos de trabajo, pocos países europeos lo siguen, pero es menor del que se mantenía hasta ahora, por encima de los tres puntos porcentuales en diciembre.
AFILIACIÓN A LA SEGURIDAD SOCIAL
La ganancia de afiliación en febrero estuvo bastante repartida entre las diferentes ramas de actividad. La construcción y la educación ganaron más de 20.000 afiliados cada una, y la hostelería quedó cerca (19.694). También la industria manufacturera aumentó sus plantillas en 12.793 empleos. Es habitual que en el segundo mes del año, después del desplome de enero, haya un cierto rebote. Esto ha repetido en 2019, aunque ese rebote ha sido el menor desde 2016.
También evidencia ese ligero, por ahora, freno la evolución del paro registrado. El número de desocupados aumentó en 3.279, a diferencia de lo que pasó en 2017 y 2018, cuando este indicador retrocedió. El dato de febrero es el peor desde 2013, cuando en los últimos meses de la recesión, el desempleo aumentó casi 60.000 personas.
PARADOS
En millones

Aparentemente, hay discrepancia entre las cifras de Seguridad Social, que mejoran, y las de paro registrado, que empeoran. Sin embargo, ambos datos no tienen por qué tener siempre un comportamiento acompasado. El paro –cuyo mejor medido es la encuesta de población activa que se elabora cada trimestre- no solo depende de que haya más o menos trabajo, también de cómo evoluciona la población activa. Esto puede hacer que aunque se cree empleo, no se cree el suficiente como para que baje la desocupación si más personas lo demandan.
Esta hipótesis se confirma descomponiendo el incremento del paro. El mes pasado aumentó en casi 10.000 personas que procedían de la agricultura. En cambio, casi 15.000 de la construcción, los servicios y la industria encontraron empleo. La balanza la desequilibró el colectivo llamado “sin empleo anterior”, que engloba a quienes se incorporan al mercado laboral, que aumentó en unos 8.000.

El análisis de lo sucedido por edad también apunta en la misma dirección. Bajó el desempleo entre quienes tienen más de 25 años. En cambio, aumentó más entre quienes no llegan a esa edad.

Por el lado del empleo, en este caso medido con la afiliación a la Seguridad Social, se observa que sectores como la industria, el comercio, la hostelería, el sector público y las actividades administrativas crean empleo con menos fuerza. Un ejemplo: en febrero de 2018 las actividades administrativas contaban con 65.500 afiliados más que el año anterior; este último febrero la suma quedaba en 31.300 más.
El segundo mes del año no es de los mejores para el mercado laboral, que coge tracción cuando empieza a prepararse la temporada turística, en marzo o abril, según cuando determine el calendario que cae la Semana Santa.

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