sábado, 29 de diciembre de 2018

Homenaje a una época olvidada de la historia de España: los visigodos. 2º ESO

EL MUNDO SECCIONES
Alejandra Luque


El historiador y novelista José Calvo Poyato. EFE


El catedrático de Historia y novelista (y hermano de la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo) José Calvo Poyato relata en 'El último tesoro visigodo' el descubrimiento en el siglo XIX de Guarrazar.

Hay quien no sabrá que en un paraje de Guadamur quedó escondido un tesoro, quizás el más importante, de la orfebrería visigoda. Valiosas piezas y coronas votivas talladas y engarzadas con piedras preciosas que fueron maltratadas por quienes las encontraron siglos más tarde. En su novela 'El último tesoro visigodo', el catedrático de Historia y novelista José Calvo Poyato relata todo el periplo que vivió el tesoro de Guarrazar en una mezcla de realidad-ficción en la que realza la importancia de un período de nuestra historia aún virgen en la novela histórica: la etapa visigoda.
El encuentro de Calvo Poyato con este tesoro fue casi fortuito. "Me había encontrado con un personaje que es José Navarro, el importante joyero del siglo XIX. Le llamaban 'El diamantista'. Éste fue el que hizo la corona de Isabel II y tuvo un problema gravísimo. El hombre utilizó una gran cantidad de metal precioso para confeccionar la corona y luego no se la pagaban. Tardaron cinco años en hacerlo. De pronto, me encuentro que está metido en la historia de este tesoro visigodo, al igual que un francés que tiene una historia muy curiosa. Empiezo a ver cuestiones de cómo se destrozó una parte importantísima de nuestro patrimonio histórico-artístico de una época de la que tenemos muy pocos restos. Dije: 'Con todo esto puedo ir armando una novela'. Y así surgió".
Tras su viaje con Jorge Juan en 'El espía del Rey', el historiador pone sobre la mesa una novela en dos tiempos unidos por este tesoro: la invasión musulmana y la España de Isabel II. Aunque el autor no se atreve a asegurar con certeza quiénes escondieron este tesoro, sí presagia que fueron los clérigos toledanos ante la llegada de los musulmanes.
Después de una noche lluviosa, el tesoro sale a la luz y lo descubre en agosto de 1858 una familia de campesinos, que protagoniza esta última historia de Calvo Poyato. Éste se lamenta de que la etapa visigoda "sea un período histórico del que tenemos muy pocas señas de identidad porque ha sido un tiempo de nuestra historia que ha tenido mala suerte".
El descubrimiento es para Calvo Poyato el eje que vertebra toda una trama novelística que atrapa al lector y en la que cobran especial protagonismo personajes de nuestra historia como José Amador de los Ríos, el anteriormente citado José Navarro o el militar francés Adolf Héroart. Porque la pasión que Calvo Poyato siente hacia la Historia le hace imposible fabular una trama sin entremezclar ficción con realidad. Es su manera de divulgar la Historia y que sirve de crítica para el gremio. "Los historiadores hemos despreciado durante muchísimo tiempo la divulgación. Es decir, hacer accesible la historia al gran público. Hemos estado demasiado preocupados en hacer algo muy importante, como es la investigación o escribir para los propios historiadores. Pero es que también hay que escribir para quien está interesado. La gente quiere conocer el pasado, que se lo expliquen de la mejor manera posible", explica Calvo Poyato, recientemente galardonado con el premio de novela histórica Cerros de Úbeda 2018 por 'El espía del Rey'. Además de estas novelas, a mediados de año apareció 'El milagro del Prado' (Arzalia Ediciones), en la que contaba la la "absurda" odisea para salvar los cuadros de la pinacoteca durante la Guerra Civil.
Este enamoramiento hacia la Historia le hace mostrar, también, su furibundo rechazo hacia quienes publican libros bajo el sello de novela histórica "y hacen pasar por ciertas afirmaciones que no lo son". Para él, "un escritor de una buena novela histórica sabe que no puede alterar los hechos", enfatiza. "Ya me habría gustado a mí haber salvado a Mariana de Pineda [protagonista del libro Mariana, los hijos de la libertad] del cadalso, pero en la realidad la ejecutaron y así debe quedar reflejado".
Además de resaltar la importancia de la etapa visigoda y del tesoro de Guarrazar, 'El último tesoro visigodo' deja al lector una sensación amarga, a la vez que certera, del desdén que la población española ha experimentado a lo largo de los siglos por su patrimonio, ya sea artístico, histórico o arqueológico. Un año después del descubrimiento de este tesoro salió a la luz la venta de estas piezas a los franceses, un hito que provocó "un auténtico escándalo en el Congreso de los Diputados" y que enfrentó a la España de Isabel II contra la Francia del Segundo Imperio con Luis Napoleón y Eugenia de Montijo como reyes.

En aquellos años, España era de los pocos países de Europa que carecía de un Museo Arqueológico Nacional que cuidara de todos los tesoros de Guarrazar que la tierra nos iba descubriendo. "Lo había en Francia, en Gran Bretaña, en Alemania y en los Países Bajos", sentencia. Pero si de algo más sirvió el tesoro de Guarrazar fue para impulsar la creación del Museo Arqueológico Nacional en España y así lo afirma Calvo Poyato. "Es en 1862 cuando se toma la decisión de crear este museo, que empieza a funcionar en el 1867. Creo que el escándalo que la prensa organiza a cuenta de esto tuvo su influencia en que hubiera en España este tipo de museo. Al fin y al cabo, nuestro patrimonio son las señas de identidad que tenemos. Hoy estamos donde estamos porque hemos recorrido el camino que hemos recorrido".

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