J.M. Sánchez
Tim Cook, consejero delegado de la compañía, advierte a los inversores del nuevo escenario del móvil, con lo que debe adaptarse a los mercados donde sus últimos modelos han tenido una menor acogida.
Tim Cook, consejero delegado de Apple, durante una intervención - AFP
Cambio de era. Ante un momento delicado, adaptarse. Por primera vez en diez años, Apple ha reducido sus ventas y beneficios trimestrales. Su negocio se ha resentido, aunque varios factores explican este escenario al que la multinacional estadounidense debe capear: por un lado, la escalada de precios de su producto estrella, el iPhone, que lo hace incompatible con los tiempos actuales que buscan precios más ajustados y, por otro, el pinchazo de la economía china, el principal motor del sector.
Para encontrar alternativas y negocios más solventes, ha deslizado la posibilidad de reducir los precios de algunos de sus productos. El mercado ya presenta un contexto nuevo a pesar de los logros alcanzados por la compañía; hay 900 millones de iPhones activados y unos 1.400 millones de dispositivos de Apple, con lo que presentar un futuro negro para una compañía que registra 84.310 millones de dólares en un solo trimestre es demasiado presuntuoso.
Tim Cook, consejero delegado de la compañía, ha sugerido que los consumidores fuera de las fronteras de Estados Unidos va a poder beneficiarse de un servicio más barato. No hay registros sobre los mercados que van a acometer esta rebaja, pero lo más probable es que no se trata de algunos consolidados donde sí ha funcionado más o menos bien la venta de nuevos terminales (Europa, por tanto, estaría exenta). «Cuando llegamos a enero y evaluamos las condiciones macroeconómicas en algunos de esos mercados, decidimos estar más acorde con los precios locales que teníamos hace un año con la esperanza de ayudar a las ventas en esas áreas», añade en una entrevista para Reuters.
Y, frente a un poco halagüeño futuro, la firma de la manzana ha empezado a trazar sus nuevas líneas maestras, diversificando su negocio y apostando por nuevos servicios digitales. Abordar el territorio de la televisión, entrar en colaboración con viejos rivales y adaptarse al nuevo escenario móvil, que ha afectado a las grandes marcas como Samsung y que ha aupado, sin embargo, a firmas «made in China» como Huawei y Vivo. Por lo pronto, se ha especulado en torno a la posibilidad de que la firma de la manzana lance un servicio de video por suscripción similar a Netflix o HBO, así como su apuesta por la distribución de publicaciones o, incluso, la creación de una plataforma para albergar juegos móviles. Ideas encaminadas a paliar la bajada de ventas de su producto estrella y encontrar nuevas fuentes de ingresos.
Aún así, es importante asumir que el negocio del móvil ha dejado de ser totalmente rentable. En los últimos años firmas chinas han demostrado que se pueden presentar buenos terminales, con lo último en tecnología, a precios contenidos. El hecho que Apple ya haya empezado a estudiar en reducir el precio de sus iPhones en algunos mercados en los que los nuevos terminales, iPhone XS y iPhone XS Max (además del iPhone XR), haya tenido un impacto negativo en las ventas indica un profundo giro en su estrategia comercial.
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