Bernardo De Miguel
Juncker dice "no saber a favor de qué está" el Parlamento británico.
El vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, durante una rueda de prensa este miércoles. En vídeo, declaraciones de Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión. FRANCISCO SECO (AP)
Bruselas devuelve la pelota a Londres. La Unión Europea ha reclamado este miércoles a la primera ministra británica, Theresa May, que aclare cuanto antes sus propuestas para ratificar el acuerdo de salida de Reino Unido del club comunitario.
"Sabemos que la Cámara de los Comunes está en contra de muchas cosas, en contra de un Brexit sin acuerdo, en contra de la salvaguarda [irlandesa]. Pero no sabemos exactamente a favor de que está", señaló el presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker. El vicepresidente primero de la Comisión Europea, Frans Timmermans, urgió al Gobierno británico "a aclarar cuáles son sus intenciones tan pronto como sea posible".
Por su parte, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, mantuvo durante la tarde de este miércoles una conversación telefónica con May en la que reiteró asimismo que el pacto de retirada no se renegociará. "Mi mensaje a la primera ministra Theresa May: la posición de la UE es clara y consistente. El acuerdo de retirada no está abierto para la renegociación. Ayer [el martes] descubrimos lo que Reino Unido no quiere. Pero todavía no sabemos lo que Reino Unido quiere", escribió el político polaco en Twitter.
May anunció el martes su intención de renegociar con la UE la parte más polémica del acuerdo (la salvaguarda para la frontera irlandesa) para intentar superar las objeciones del Parlamento británico. Pero las instituciones comunitarias y los 27 socios de la UE han cerrado filas para defender el texto pactado con Londres el pasado 25 de noviembre y exigir a May que busque fórmulas distintas de la renegociación para superar el bloqueo.
Bruselas y el resto de capitales europeas consideran que la enmienda aprobada el martes por el Parlamento británico, favorable a una revisión de la salvaguarda, no aclara la situación sino que la complica aún más. "El voto de ayer [por el martes] en la Cámara de los Comunes incrementa el riesgo de un Brexit desordenado", advirtió el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, durante una comparecencia en el Parlamento Europeo.
En la misma comparecencia, el negociador europeo del Brexit, Michel Barnier, aseguró que "la salvaguarda no es dogmatismo sino una solución pragmática (...) y lo diré claro aquí y ahora: necesitamos esta salvaguarda". Barnier no disimula su disgusto por el hecho de que May ofreciera la renegociación del acuerdo antes de la votación de los Comunes, demarcándose de un texto que ella misma había suscrito.
La misma respuesta de rechazo a la renegociación se repitió de forma casi idéntica de una capital a otra, lo que denota la sincronía y coordinación que mantiene la UE en claro contraste con la cacofonía reinante en Londres.
Bruselas, sin embargo, se cuida mucho de distinguir entre la unidad del club y el inmovilismo. Y el propio Juncker mantiene la esperanza de resolver el conflicto antes de que el 29 de marzo se rompan todos los lazos con Reino Unido. "Trabajaremos día y noche para lograrlo", señaló el presidente de la Comisión.
Este mismo miércoles se han iniciado los contactos entre los 27 Gobiernos de la UE para explorar el margen de reacción ante la nueva estrategia del Gobierno británico. "Al tiempo que se deja claro que la renegociación del acuerdo no es una opción, debemos estar listos para actuar una vez que el Gobierno de Reino Unido haya clarificado sus próximos pasos", señaló en el Parlamento Europeo la secretaria de Estado de Rumania, Melania Ciot, en nombre de la presidencia semestral de la UE.
Fuentes comunitarias reconocen que las posibilidades de compromiso todavía existen y que deben agotarse antes de llegar al abismo del 29 de marzo. Pero dudan de la fortaleza de May para obtener el respaldo necesario en el Parlamento británico cuando se celebre la próxima votación crucial, prevista para la semana que arranca el 13 de febrero. La primera votación rechazó el acuerdo con una diferencia de 230 votos, la mayor derrota parlamentaria de un Gobierno británico en más de 100 años. La propuesta de renegociación del acuerdo, apoyada por May, se aprobó con una diferencia de solo 16 votos.
Ante ese difícil equilibrio, la UE continúa adelante con sus preparativos para el escenario de un Brexit sin acuerdo. Este miércoles ha aprobado otros tres planes de contingencia. Uno de ellos para garantizar la continuidad de las becas Erasmus de los 14.000 jóvenes europeos que el 30 de marzo estarán estudiando con esa ayuda en Reino Unido y de los 7.000 jóvenes británicos que lo estarán haciendo en universidades de la UE.
El segundo plan es para reconocer a los trabajadores europeos el tiempo cotizado en Reino Unido hasta el 29 de marzo a efectos de su pensión. Y el tercer plan garantizaría a los beneficiarios de fondos comunitarios en Reino Unido que seguirán recibiendo lo comprometido antes del 30 de marzo siempre y cuando Londres mantenga su contribución al presupuesto de la UE durante 2019.
Bruselas ha recordado que, como en el caso de los anteriores planes de contingencia (desde el sector financiero a la aviación) se trata de soluciones temporales y de alcance mucho más limitado que las soluciones previstas en el período transitorio del acuerdo de salida, que mantendría intactos todos los derechos actuales al menos hasta el 1 de enero de 2021.
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