Antonia Laborde
Una periodista de EL PAÍS relata desde el epicentro del vórtice polar cómo vive Estados Unidos el frío extremo que castiga al país.
Varios peatones por una calle de Chicago (Illinois), este martes durante la ola de frío polar. FOTO: EFE
El aire de la ciudad de los vientos se ha congelado. Desde el cielo, parece como si hubieran roto un saco de harina sobre todo Chicago. Los techos de las casas, los coches, los bosques, cada rincón está cubierto de nieve. Las extraordinarias bajas temperaturas, que han alcanzado este miércoles los -28º, con una sensación térmica de -50º, han craquelado el lago Michigan. Se podría caminar sobre él. Pocos han podido contemplar la ciudad desde las alturas porque cerca de 1.300 vuelos del Aeropuerto Internacional Chicago-O'Hare, uno de los más transitados del país, han sido cancelados. “Suelo tardar una hora desde el aeropuerto al centro de la ciudad, pero ahora que no hay coches son 20 minutos”, explica Ekel, taxista que conduce con cuidado por el hielo en las calles.
La Oficina de Emergencias de Chicago exhortó este miércoles a los residentes a almacenar comida y a guardar sus coches. Y el Servicio Meteorológico Nacional recomienda no viajar estos días. Las oficinas y los colegios están cerrados y casi no se ve gente por las calles de la tercera ciudad más poblada de EE UU, con 2,7 millones de habitantes. A los que se atreven a salir se les identifica rápido por la estela de vaho que van dejando. No importa cuánto se cubran la cara: su respiración se congela una vez atraviesa las bufandas. Sin embargo, hay unos pocos que ven el escenario como una oportunidad de entretenimiento. Un grupo de turistas procedentes de California salieron de su hotel en el centro con vasos llenos de agua para lanzarla al aire y ver cómo se congelaba. “Estas condiciones suponen un riesgo para la salud pública y hay que tratarlas apropiadamente. Son temperaturas que entrañan una amenaza para la vida”, advirtió Rahm Emanuel, alcalde de Chicago.
Illinios, donde se encuentra Chicago, es uno de los 14 Estados del Medio Oeste y del Este que se encuentran en alerta por el vórtice polar que podría desplomar las temperaturas, superando los -40º. La sensación térmica en algunas zonas de las Dakotas, Wisconsin y Minnesota podría llegar a -56º. Esta ola de frío extremo ya ha causado al menos ocho muertos. El vórtice polar se trata de una “gran área de baja presión y aire frío que rodea los polos de la Tierra”, y está asociado a olas de frío extremo, como las de 2014, 1989 y 1985, ha explicado el Servicio Meteorológico Nacional (NWS, por sus siglas en inglés). En algunas ocasiones en invierno, el chorro de aire polar se ralentiza y se ondula y, como consecuencia, el vórtice se expande y el aire frío polar alcanza latitudes más bajas.
"Existe el frío, y luego está el ¡FRÍO!" publicó el NWS. "¡FRÍO extremo y peligroso!". "Vientos helados de entre 30 y 60 grados bajo cero serán comunes a lo largo de las llanuras de norte, los grandes lagos y la parte alta del Medio Oeste", agregó.
La amenaza del frío extremo ha provocado el cierre de cientos de colegios, negocios y oficinas públicas, y obligado a cancelar más de 2.000 vuelos a lo largo del país, según FlightAware. Incluso el servicio de correos, que presume de funcionar ante cualquier eventualidad, tuvo que suspender el reparto en amplias zonas del Medio Oeste. Entre este miércoles y el próximo lunes más de 83 millones de estadounidenses —cerca del 25% de la población— padecerán temperaturas bajo cero. "El corazón de esta ola de frío (...) nos está golpeando ahora. Se romperán muchos récords", ha adelantado Brian Hurley, meteorólogo del Centro de Predicción del Tiempo del NWS en Maryland.
Los pronósticos dejan ver que hasta el sábado como mínimo, no habrá tregua. Con este escenario adverso, los gobernadores de Illinois, Wisconsin y Michigan declararon emergencias para hacer frente a los riesgos para la salud pública que imponen las bajas temperaturas en toda la región. Varias ciudades están montando centros de acogida para que las personas sin techo puedan protegerse de las bajas temperaturas. También han habilitado buses como refugios itinerantes para los más vulnerables. "Estamos añadiendo camas extra en los refugios", dijo el alcalde de Chicago, ciudad donde hay cerca de 16.000 vagabundos. "No dejaremos tirado a nadie que necesite un lugar para estar a salvo y caliente", agregó Emanuel.
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