Investigadores han demostrado que lanzas similares a las halladas en un yacimiento de restos de neandertales permitían impactar a blancos a distancias de hasta 20 metros.
Hace unos años, los hallazgos arqueológicos llevaban a pensar que los neandertales eran menos habilidosos y menos inteligentes que los otros humanos. A fin de cuentas, esta especie, que existió en Eurasia hace 450.000 años, desapareció hace 45.000 años, por motivos que se desconocen. ¿No será que desaparecieron por ser menos capaces que los humanos modernos? Detrás de ellos dejaron un rastro en multitud de herramientas y de yacimientos, pero también muchas huellas en forma de genes: alrededor del 2% del genoma de los humanos modernos proviene de neandertales.
Un estudio que se acaba de publicar en la revista Scientific Reports, y elaborado por científicos del University College de Londres (Reino Unido), se ha sumado a la lista de artículos que desmienten que los neandertales fueran «primos» inferiores de los humanos modernos. Los investigadores examinaron el rendimiento de réplicas de lanzas hechas por neandertales y encontradas en el yacimiento de Schöningen, Alemania, y que tienen 300.000 años de antigüedad. Gracias al trabajo de lanzadores profesionales, los investigadores han comprobado que, estas lanzas son jabalinas capaces de dar a un blanco a 20 metros de distancia. Y de producir un impacto letal.
«Este estudio es importante porque se suma a las evidencias que indican que los neandertales eran tecnológicamente versados y que tenían la habilidad de cazar grandes presas por medio de una variedad de estrategias de caza, no solo arriesgados encuentros cuerpo a cuerpo», ha dicho en un comunicado Annemieke Milks, investigadora en el University College y director de la investigación. «Esto contribuye a nuestra nueva visión de los neandertales como nuestros primos capaces e inteligentes».
El origen de los lanceros
Se sabe que los neandertales dependían en gran medida de la ingesta de animales, pero no está claro cómo la conseguían. Normalmente, se ha considerado que eran meros carroñeros oportunistas, pero cada vez más pruebas han ido mostrando que, al menos hace 120.000 años, eran sofisticados cazadores que solían participar en partidas de caza con lanzas.
Se conoce un pedazo de lanza, con casi 400.000 años de antigüedad, que se halló en Clacton-on-Sea (Inglaterra), en 1911. Pero el fragmento está tan deteriorado que no sirvió para deducir cómo fue usado. Sin embargo, a finales de los noventa se descubrieron varias lanzas de madera, junto a miles de huesos de animales, en el yacimiento de Schöningen (Alemania). Sus 300.000 años las convierten en utensilios de neandertales y en las armas más antiguas completamente preservadas.
Estas lanzas tienen un tamaño que va de los 1,82 hasta los 2,25 metros. Su diámetro oscila entre los 2,9 y los 4,7 centímetros y su peso, entre los 760 y los 800 gramos.
Réplicas de armas neandertales
Hasta ahora, se pensaba que eran demasiado pesadas como para poder ser lanzadas a una distancia suficiente como para ser armas a distancia eficaces. Pero, los investigadores Annemieke Milks y Matt Pope, quisieron comprobarlo, en gran medida porque las jabalinas modernas tienen un peso similar: de 600 a 800 gramos. Y también porque las lanzas de Schöningen tienen un diámetro superior en un extremo, lo que desplaza el centro de gravedad hacia la parte frontal del arma, al igual que ocurre con las jabalinas modernas.
Para comprobar si eran eficaces o no, Milks y Pope reclutaron a Owen O´Donell, estudiante en el University College y arqueólogo experto en fabricar réplicas de utensilios paleolíticos con herramientas de la época. O´Donell fabricó varias de ellas, con madera de pícea noruega, con un peso que fue de los 760 a los 800 gramos.
A continuación, los investigadores reclutaron a seis lanzadores de jabalina, capaces de arrojar las armas a gran velocidad, al igual que habrían hecho los cazadores neandertales, y les pidieron usar las herramientas fabricadas por el arqueólogo.
Eficaces a 20 metros
Los lanzadores fueron capaces de acertar los objetivos a una distancia de hasta 20 metros con una fuerza considerable, capaz de matar a una presa. Esto duplica el alcance efectivo que se le achacaba estar armas antes de este estudio, lo que demuestra, según los investigadores, que los neandertales eran capaces de cazar a distancia de forma efectiva.
«Nuestro estudio muestra que la caza a distancia formaba parte, probablemente, del repertorio de estrategias de caza de los neandertales, y que esa flexibilidad en su comportamiento refleja fielmente la de nuestra propia especie», ha dicho Milks. «Esta es otra evidencia que estrecha más la separación entre neandertales y humanos modernos».
Según Matt Pope, estos hallazgos ayudarán a comprender mejor nuestro propio pasado: «La aparición del armamento –de la tecnología diseñada para matar– es un umbral crítico pero pobremente conocido en la evolución humana», ha dicho.
«Siempre hemos dependido de herramientas y hemos extendido nuestras capacidades a través de la innovación tecnológica», ha proseguido. «Comprender cómo desarrollamos, por primera vez, la capacidad de matar a distancia es, un importante momento en nuestra historia».
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