Nuño Rodrígo Palacios
Cádiz, con un 27% de desempleo, multiplica por seis la tasa de Soria, un 4,35%.
Muchos kilómetros separan Soria de Cádiz, pero en términos laborales la distancia es aún mayor. La pequeña provincia castellanoleonesa, la menos poblada de España con apenas 88.000 habitantes, tenía una tasa de paro a cierre de 2018 del 4,35%, similar a la de Noruega y notablemente más baja que la tasa sueca. 900 kilómetros más al Sur, más de una cuarta parte de los gaditanos que buscan trabajo no lo encuentran: la tasa de paro es del 27,35%, seis veces más que en Soria.
El mapa del empleo en España siempre ha mostrado enormes disparidades regionales. Si la burbuja inmobiliaria limó algunas asperezas, la crisis y la recuperación han aflorado de nuevo las dos velocidades económicas.
Soria, con una tasa de paro que la sitúa en niveles convencionalmente considerados de pleno empleo, es la única provincia de España donde el número de parados es menor que el que había a mediados de 2007, el mejor momento del mercado laboral en la historia reciente. Sin embargo, debido a la pérdida de población, Soria también ha perdido empleo en ese periodo de algo más de una década. Hay, en cambio, cinco provincias donde se ha recuperado todo el empleo perdido durante la crisis: Santa Cruz de Tenerife, Guadalajara, Baleares, Málaga y Las Palmas, además de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.
El denominador común es que son provincias demográficamente pujantes donde ha aumentado la población activa. Es decir, hay más empleo que antes de empezar la crisis, pero también más parados. De hecho, la tasa de paro aún sigue siendo más alta que en 2007 en todas ellas.
De hecho, las islas Canarias son paradójicamente, líderes tanto en paro como en recuperación del empleo. Las dos provincias canarias están entre esas únicas cinco donde el empleo se ha recuperado sobre los niveles previos a la crisis: en Santa Cruz de Tenerife el empleo marcó un récord de 444.800 personas en el cuarto trimestre, 14.300 más que el máximo que marcó en 2007. En Las Palmas el récord de 477.200 empleos se produjo en el tercer trimestre, pero en el cuarto siguió estando ligeramente por encima del máximo de 2007. Las dinámicas demográficas juegan una mala pasada: el tirón del turismo permite que se cree empleo, pero la afluencia de ciudadanos que buscan trabajo mantiene elevado el paro.
La provincia donde más ha aumentado el empleo en términos relativos desde los máximos precrisis es Guadalajara, donde el empleo está en niveles récord y hay 14.300 puestos de trabajo más que en su máximo del primer trimestre de 2008, según la EPA. La provincia castellanomanchega ha aprovechado el efecto imán de Madrid, tanto por las personas que viven en Guadalajara y trabajan en la provincia de Madrid como por la actividad económica ligada a la capital que se desarrolla alrededor de la autovía A-2. Esta provincia tiene, de hecho, la mayor tasa de actividad del Estado, un 67%, con el paro en un 11,69%.
Baleares, por su parte, ha mostrado los mayores crecimientos del empleo en 2018 y es la que ha superado con mayor margen en términos absolutos los niveles de empleo precrisis. En el tercer trimestre de 2007 tenía 541.300 empleos y ha marcado un récord de 621.700 empleos en el tercer trimestre de este año. Incluso con la caída del cuarto trimestre hasta 556.100 empleos por el fin de la temporada turística, sigue estando en niveles superiores a los de antes de la crisis. Además, muestra, junto a Navarra, alguno de los mejores datos del mercado laboral: una tasa de actividad de casi el 63% con un paro del 10,9%.
Por el contrario, en Orense o Castellón el empleo está aún un 18% por debajo de la burbuja, y en numerosas provincias del interior las pérdidas de empleo son de más del 10%. Paradójicamente, algunas de ellas están entre las que menos paro tienen, como Huesca y Teruel. La España interior soporta la pérdida de empleos a costa de los flujos migratorios (que siempre son de personas en edad de trabajar) hacia Madrid, Barcelona o las islas, todas con tasas de actividad superiores al 60%.
La quinta provincia donde se ha recuperado todo el empleo perdido durante la crisis es Málaga, que ha cerrado el año con un récord de 650.400 empleos, 3.200 más de los que tenía en su máximo de 2007.
Las provincias con menos paro
Hay nueve provincias donde el paro está por debajo del 10%: Álava, Cantabria, Gipuzkoa, Navarra, Segovia, Huesca, Lugo, Soria y Teruel. Pero no son las más dinámicas: en todas menos en Navarra la tasa de actividad (porcentaje de la población en edad de trabajar que está buscando empleo) está por debajo de la media nacional.
Ello ayuda a contener la tasa de paro: si buena parte de la población está jubilada (o no busca empleo), no está en paro, pero tampoco trabaja. Así, no es lo mismo el 9,99% de paro de Navarra (siempre en las primeras posiciones de renta per cápita), donde el 59% de la población en edad de trabajar está activa, que el 9,16% de Lugo, donde la tasa de actividad es del 52%.
En el lado negativo de la balanza, superan el 20% de paro, además de Cádiz, el resto de provincias andaluzas salvo Málaga y Almería, las dos extremeñas, Ceuta, Melilla y Las Palmas de Gran Canaria. Si las provincias con menos paro se localizan en la zona norte, las que tienen una tasa mayor están aún más concentradas geográficamente. La situación es más seria en Cádiz y Jaén, con tasas de actividad del 54% y 52%, que en Sevilla o Las Palmas, donde ronda el 60%.
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