domingo, 10 de diciembre de 2017

ORIENTE PRÓXIMO. Por qué Jerusalén es importante. 4º ESO

EL MUNDO Internacional
Rosa Meneses




- El reconocimiento de Donald Trump de Jerusalén como capital de Israel echa por la borda décadas de negociaciones de paz en Oriente Próximo y daña el papel de mediador de Washington en el conflicto.

Donald Trump ha abierto la caja de Pandora en Oriente Próximo con su decisión de reconocer Jerusalén como capital de Israel, haciendo saltar por los aires décadas de negociaciones y abriendo la puerta al caos. Analizamos las incertidumbres que desata su declaración del miércoles.

¿Qué significa el reconocimiento de Donald Trump de Jerusalén como capital de Israel?

El anuncio del presidente de Estados Unidos rompe con siete décadas de consenso internacional sobre el statu quo de Jerusalén, dividida desde la guerra de 1948 en dos mitades: la occidental, israelí, y la oriental, palestina. Desde 1967, Israel ocupa la parte Este, que se anexionó unilateralmente en 1980. Israel considera a Jerusalén su capital "eterna e indivisible", algo que ningún país reconoce -salvo ahora EEUU-. Por su parte, los palestinos aspiran a declarar Jerusalén Este como capital de su futuro Estado. La comunidad internacional siempre ha entendido que el estatus final de la ciudad debe decidirse en un acuerdo entre israelíes y palestinos. La declaración de Trump no distingue la parte oriental ni occidental y habla sólo de "Jerusalén", lo que legitima la aspiración de Israel y frustra los deseos palestinos de establecer su soberanía en el Este.

¿Qué consecuencias tiene esta declaración para el proceso de paz?

El gesto de Trump da la puntilla al moribundo proceso de paz. Las negociaciones fracasaron estrepitosamente en 2014, bajo la mediación del entonces secretario de Estado demócrata John Kerry. Pero lo cierto es que -desde que se firmaron los Acuerdos de Oslo de 1993- las perspectivas de paz son cada vez más irreales debido a la continuidad de la ocupación israelí de los territorios palestinos y a la política de construcción de asentamientos judíos en Cisjordania, factores que hacen que la soberanía palestina sobre su tierra sea limitada y fragmentaria. Aunque la comunidad internacional sigue apegada a la llamada solución de dos Estados (uno israelí y otro palestino) que convivan en paz, la realidad sobre el terreno la hace inviable. Desde Oslo, la población de colonos judíos en Cisjordania se ha ido multiplicando hasta superar los 800.000, según datos del Instituto de Investigación Aplicada de Jerusalén (ARIJ).

¿Daña la decisión de Trump el papel de EEUU como mediador en el conflicto?

Reconociendo la capitalidad israelí de Jerusalén, Trump ha puesto claramente a EEUU de parte de uno de los contendientes del conflicto. El guiño presidencial puede ser interpretado por los políticos israelíes como que hay poco que ganar en la mesa de negociaciones. Para los palestinos y los Estados árabes, la medida "descalifica" a EEUU como patrocinador de cualquier proceso de paz. "En nuestra mente, EEUU ha perdido su habilidad de hacer cualquier esfuerzo en este ámbito", ha dicho Naser al Kidwa, portavoz de la Autoridad Nacional Palestina.

¿Por qué Jerusalén es tan importante?

La ciudad tiene un alto valor simbólico y político tanto para israelíes como para palestinos. Es, además, considerada sagrada para las tres principales religiones monoteístas, el judaísmo, el cristianismo y el islam. Los palestinos practican tanto el cristianismo como el islam, mientras que los israelíes profesan la fe judía mayoritariamente. Jerusalén Este -la parte palestina bajo ocupación israelí- incluye la Ciudad Vieja, donde se encuentra la Explanada de las Mezquitas (llamada Monte del Templo por los israelíes), que alberga las mezquitas de Al Aqsa y la de la Cúpula de la Roca, el Muro de las Lamentaciones y la iglesia del Santo Sepulcro. Pero más allá de su simbolismo religioso, la importancia de Jerusalén es política, demográfica y geográfica. La población de la ciudad es de 850.000 personas, de las cuales los palestinos conforman el 37%. Los palestinos se concentran en los barrios del Este (unos 300.000), donde residen también 200.000 colonos israelíes. El 80% de los palestinos vive bajo el umbral de pobreza y el 25% se encuentra en barrios totalmente rodeados por el muro y, por tanto, aislados del resto de la ciudad, según datos de la ONG israelí Ir Amin.

¿Puede estallar una tercera Intifada?

El líder de Hamas, Ismail Haniyeh, ha llamado a un "día de la ira" hoy, que se convertirá según él en "el primer día de una Intifada contra el ocupante" para defender Jerusalén. Los palestinos han emprendido antes dos Intifadas (o levantamientos) contra Israel. La primera, entre 1987 y 1993, llamada la Intifada de las piedras, en la que murieron 1.162 palestinos y 160 israelíes. La segunda, entre 2000 y 2005, la Intifada de Al Aqsa, cuya mecha fue la visita del entonces líder de la oposición israelí Ariel Sharon a la Explanada de las Mezquitas en medio de la negociación sobre el futuro de Jerusalén en la cumbre de Camp David, lo que se interpretó de lado palestino como una grave provocación. Murieron en ella 1.063 israelíes y 5.516 palestinos. Desde entonces, se ha estado varias veces al borde de una tercera Intifada. La última vez que estuvo a punto de estallar fue el pasado verano, cuando Israel instaló detectores de metales para reforzar la seguridad en la Explanada de las Mezquitas, lo que se interpretó como un intento de trastocar el statu quo de la Ciudad Vieja de Jerusalén.


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