EL PAÍS ECONOMÍA
Álvaro Sánchez
La decisión llega el mismo día que el Gobierno británico tiene previsto activar oficialmente el 'Brexit'.
Vista general de la Bolsa de Fráncfort, en una imagen de archivo. REUTERS
El día que empieza el proceso de divorcio también se impide un matrimonio. Londres y Bruselas escenifican este miércoles el inicio del Brexit con la entrega de la carta que activa el artículo 50 en la misma jornada en que las Bolsas de Londres y Fráncfort se quedan a las puertas de la vicaría. La Comisión Europea ha bloqueado este miércoles la fusión entre el grupo London Stock Exchange (LSE) y Deutsche Börse, las operadoras de las Bolsas de Londres y Fráncfort, de la que habría salido un gigante europeo de los mercados bursátiles en una operación valorada en unos 29.000 millones de euros.
Los ingresos conjuntos de ambas compañías suponen más de 4.000 millones de euros anuales y entre las dos plazas suman más de 3.000 empresas cotizadas, lo que le habría convertido en el líder europeo del sector y le habría situado en una posición de fortaleza para competir con los operadores estadounidenses que dominan el mercado.
La frustrada unión vive así un nuevo episodio del constante quiero y no puedo que ha marcado su relación en las últimas dos décadas. Es el tercer intento en 17 años de unir ambas Bolsas de valores sin contar otros acercamientos informales. Bruselas tenía hasta el próximo 3 de abril para pronunciarse sobre el asunto, pero la fecha final, casualidad o no, llega en un día cargado de simbolismo. "La investigación ha concluido que la concentración habría reducido significativamente la competencia con la creación de un monopolio de facto en un sector clave como los mercados de compensación de instrumentos de renta fija", ha señalado la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager. Este tipo de operadores cumplen un papel fundamental en la financiación de las empresas, que recurren a ellos para obtener un capital que luego revierte en el conjunto de la economía.
La comisaria ha subrayado que ninguna de las dos partes propuso medidas de corrección suficientes para despejar las dudas del Ejecutivo comunitario sobre una excesiva concentración de poder en la nueva compañía. La decisión no toma por sorpresa a los implicados. El operador de la Bolsa de Londres ya había admitido públicamente que consideraba poco probable que Bruselas autorizase la fusión después de que se negara a aceptar la última exigencia de la Comisión, que reclamó la venta de su participación en la plataforma electrónica de negociación italiana MTS para adelgazar la estructura de la nueva empresa. El consejero delegado de Deutsche Börse, Carsten Kengeter, ya ha reaccionado restando importancia a la decisión de Competencia al asegurar que la entidad está bien preparada para seguir su camino sola, aunque el responsable del Consejo Supervisor de la compañía, Joachim Faber, ha lamentado que el veto al acuerdo "es un retroceso para Europa" que ha calificado de "oportunidad perdida".
La fusión de las Bolsas fue anunciada en marzo del año pasado, antes del referéndum en el que los británicos decidieron poner fin a su participación en el proyecto comunitario apoyando el Brexit. Se preveía que los accionistas de Deutsche Börse recibieran el 54,4% de los títulos de la nueva sociedad y los de LSE se quedaran con el 45,6% restante. Desde que se conociera el resultado del referéndum, ya se aventuraban graves problemas para la unión, dado que estaba previsto que la nueva compañía estableciera su sede en Londres. Aun así, en julio, ya con la decisión de los británicos sobre la mesa, el 99,89% de los accionistas de la London Stock Exchange votaron a favor de la alianza, ahora vetada por Bruselas.
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