EL MUNDO Economía
Alberto Muñoz
Vista aérea de la City de Londres. En el centro el edifico Swiss Re Building conocido como 'Gherkin'. STEFAN ROUSSEAU
17 de los bancos más importantes del Reino Unido procesaron cerca de 700 millones de euros de una operación de blanqueo de capitales llevada a cabo por criminales rusos vinculados tanto con el gobierno de Vladimir Putin como con el nuevo KGB, según una investigación publicada hoy por el periódico The Guardian en colaboración con el OCCRP (Organized Crime and Corruption Reportin Project).
Entre las entidades financieras que se han visto involucradas destacan los nombres de HSBC, Royal Bank of Scotland, Lloyds, Barclay y Coutts, que ahora tendrán que hacer frente a una investigación para esclarecer cuánto sabían acerca del entramado internacional de corrupción y por qué no hicieron nada ante unas transacciones de dinero tan abultadas como sospechosas.
"Este caso evidencia la necesidad de que haya más comunicación entre el sector público y el privado, ya que cada uno maneja información importante que el otro no tiene", declararon para The Guardian fuentes del HSBC, que acogió por sí solo más de 500 de estos millones, principalmente a través de su filial en Hong Kong. Por su parte, el Royal Bank of Scotland -propiedad al 71% del Gobierno de Reino Unido- manejó 100 millones e incluso Coutts, la entidad utilizada por la Reina de Inglaterra, aceptó más de 30 millones.
Según los documentos a los que ha tenido acceso el diario británico, la suma que ha podido sacar el entramado mafioso del país ruso es de 40.000 millones de dólares, mientras que según apuntan fuentes policiales a The Guardian la cantidad podría incluso duplicarse. La operación está siendo llevada a cabo desde hace tres años por las autoridades de Letonia y Moldavia, desde donde se supone que partieron la mayoría de las transacciones hacia 96 países distintos entre 2010 y 2014.
"El dinero tiene un origen obviamente criminal", señalan fuentes de la investigación que además cifran en 500 las personas implicadas en una trama que ya ha recibido el sobrenombre de "La Lavandería Global". Por el momento, las fuerzas policiales a cargo del caso siguen intentando identificar a todos los integrantes de una corruptela en la que podrían haber participado oligarcas con influencia política, banqueros de Moscú e importantes figuras del FSB, la agencia de espionaje que reemplazó al ya desaparecido KGB.
De hecho, entre los posibles integrantes de la trama se señala a Igor Putin, primo del presidente del Gobierno, Vladimir, y miembro del consejo de administración de uno de los bancos involucrados en la trama de lavado de dinero.
Por el momento los laboristas ya han reclamado que se inicie una investigación parlamentaria y ahora todas las miradas se centran en el secretario del Economía y administrador de la 'City', Simon Kirby, quien se ha defendido esta mañana asegurando que se está haciendo "todo lo posible para que el Reino Unido sea el país con más dificultades para acoger actividades mafiosas de blanqueo de capitales". John McDonnell, el canciller laborista en la sombra, ya le ha acusado de no "darse cuenta de la importancia del problema" y de "lo que supone para la estabilidad de la economía" del país.
Los documentos, obtenidos por la OCCRP y compartidos posteriormente con medios de hasta 32 países diferentes, incluían 70.000 transacciones bancarias entre las que se encontraban 1.920 realizadas a través de bancos británicos y 373 vía entidades estadounidenses.
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