Amador Guallar
Un hombre yace en el suelo tras uno de los últimos ataques talibán en Kabul, en mayo. OMAR SOBHANIREUTERS
El portavoz de los talibán, Zabiullah Mujahid, es un gran misterio. El gobierno afgano y las fuerzas de la coalición lideradas por los Estados Unidos dicen que se trata de Haji Ismail, un simple granjero viviendo en Baluchistán (Pakistán), aunque la voz más reconocible de los talibán lo ha negado en varias ocasiones. Sin embargo, hace años que intentan acabar con su vida con incursiones de las fuerzas especiales, bombardeos y ataques con drones. Nunca lo han conseguido.
Nadie sabe dónde vive, sus desplazamientos son uno de los mayores secretos de los insurgentes. Mujahid es un símbolo del movimiento talibán y una de las voces más reconocidas del yihadismo internacional que desafía a Estados Unidos y al Gobierno afgano. Es uno de los pocos líderes que ha sobrevivido durante años -fue nombrado en 2007- gracias al secretismo con el que se mueve.
Se dice tiene 44 años, estudió religión y tuvo un trabajo menor en el Ministerio de Cultura durante el régimen talibán, pero nunca ha sido confirmado. Además, asegura que vive con su familia en Afganistán, algo que las agencias de inteligencia niegan. El 5 de octubre de 2014 estuvo a punto de perder la vida cuando, por error, mostró su geolocalización en Twitter indicando que estaba en Sindh (Pakistán).
Por este motivo, hace años que no concede una entrevista filmada, y hasta ha llegado a asegurar que la realizada por Nick Robertson para la CNN en 2009 es falsa. Los medios occidentales sólo pueden establecer contacto con la voz oficial talibán a través del teléfono. Un número que muy pocos tienen ya que cambia constantemente y al que EL MUNDO, en exclusiva, ha tenido acceso gracias a los contactos de este diario con sus representantes, para concedernos 40 minutos.
- P. Sr. Mujahid, muchas gracias por atendernos, es una pena que esta entrevista no pueda realizarse en persona.
- R. Muchas gracias a vosotros por tomaros el interés. Así están las cosas, de momento.
- P. ¿Cuál es el objetivo principal de los talibán teniendo en cuenta que la ofensiva para 2017 se encuentra ahora en un punto álgido?
- R. Queremos expulsar a los invasores liderados por Estados Unidos para tener la oportunidad de crear un Afganistán libre, independiente y autónomo, con un sistema que esté de acuerdo con las creencias de nuestro pueblo y su fe [Islámica].
- P. Si los talibán llegasen al poder de nuevo, ¿establecerán un gobierno parecido al de los años 1996 a 2001?
- R. Queremos un gobierno que corresponda con las creencias de nuestra nación, libre de corrupción e injusticias. Un Gobierno verdaderamente islámico, que es lo que el pueblo afgano lleva demandando desde hace 38 años, desde que empezó la guerra con los rusos [Unión Soviética]. Desde entonces, alrededor de dos millones de personas han muerto sacrificándose para construir ese sistema, en el que creemos y por el que luchamos.
- P. ¿Significa esto que los talibán nunca reconocerán al Gobierno de Kabul?
- R. No reconocemos ni la administración ni el sistema de gobierno de Ashraf Ghani porque han sido creados y forzados desde el extranjero para satisfacer los objetivos de Estados Unidos. Es un gobierno de títeres y, por lo tanto, inaceptable para nuestra nación. La historia prueba que ningún pueblo puede tolerar un sistema y gobierno de invasores en su tierra.
- P. ¿Está descartando entonces cualquier posibilidad de establecer un proceso de paz?
- R. El mayor obstáculo para la paz es que los invasores y sus bases siguen aquí. Además, la paz con un gobierno dirigido por extranjeros tampoco es posible. Si pactamos con ellos nada cambiará y las tropas extranjeras seguirán aquí. La paz sólo tendrá sentido cuando el pueblo afgano pueda decidir sobre su propio destino. La Administración de Kabul no tiene ninguna autoridad o peso moral.
- P. En diciembre de 2015 un comando talibán asaltó la embajada de España en Kabul matando a dos ciudadanos españoles. ¿Puede explicarnos el motivo del ataque?
- R. Nuestra lucha es contra todos los invasores, incluidos los países como España que están ayudando a los Estados Unidos, y que están pagando a sus tropas para matar a nuestro pueblo. Fue una reacción normal ya que tenemos todo el derecho a defender a nuestro país. Cabe decir que, cuando ésta termine, nos gustaría resolver cualquier problema a través de medios diplomáticos, pero eso no sucederá hasta que los invasores dejen de matar a nuestra gente.
- P. ¿Había un objetivo concreto en la embajada, o ésta fue atacada porque era una de las más vulnerables y con menor seguridad en Kabul?
- R. Todas las embajadas tienen un departamento de inteligencia que los invasores utilizan para dirigir a sus combatientes y manejar la guerra. Disponíamos de información exacta sobre la localización de dicho departamento en la embajada y por eso la atacamos. Fue una acción bien ejecutada, una hazaña.
- P. ¿Eso es todo lo que le tiene que decir al pueblo español? ¿Incluso a aquéllos que se opusieron a la intervención en Afganistán?
- R. Apreciamos mucho a todos los que se opusieron, es una opinión muy humanitaria por parte de la población española. Sin embargo, la realidad es que queremos que el gobierno de España deje de matar y sangrar a Afganistán. Cuando esto suceda, entonces podremos establecer relaciones diplomáticas entre los dos países.
- P. La administración norteamericana está preparando una nueva estrategia que, seguramente, incluirá el envío de más tropas. ¿Cree que esto empeorará el conflicto?
- R. El aumento de las tropas extranjeras no significará una solución para el conflicto, sólo lo alargará, y con ello el sufrimiento. El problema en Afganistán no es militar y, por lo tanto, no será resuelto por esos medios. Parece que tras dieciséis años de guerra todavía no han entendido que nunca renunciaremos a nuestra lucha. Si creen que con eso van a presionar al Emirato, es que están soñando.
- P. ¿Cómo se toman los talibán los comentarios anti-islámicos del presidente norteamericano, Donald Trump?
- R. El nuevo presidente sólo está siguiendo los pasos de la Administración Bush, que fue quien empezó su cruzada contra el Islam, perdiendo así todo el prestigio mundial. Cualquier actividad anti-islámica sólo provocará una reacción [violenta] que ahora está llegando hasta los países que las empezaron poniendo en peligro su propia seguridad. Estados Unidos debería de preocuparse de los problemas de sus ciudadanos y dejar de intervenir en los asuntos de otros pueblos.
- P. El Pentágono también justifica la presencia en el país asegurando que Al Qaeda sigue presente y operando en Afganistán. ¿Cuál es la relación actual entre Al Qaeda y los talibán?
- R. Una cosa son las afirmaciones y otra, la realidad. Es cierto que en 2001 había miembros de Al Qaeda en el país, pero éstos se marcharon, especialmente cuando empezaron las guerras en Irak y Siria. Hoy por hoy, no hay Al Qaeda en Afganistán y nadie puede probar lo contrario. Estados Unidos sólo lo afirma para justificar su presencia y la guerra. Desde que Al Qaeda abandonó el país no hemos hecho ningún trato o tenemos relaciones con ellos porque no queremos acordar nada con nadie que esté fuera de nuestras fronteras.
- P. Eso también incluye al Estado Islámico (IS), con quien los talibán están luchando en varias provincias.
- R. Cierto, pero su presencia no nos preocupa, a pesar de que han ganado cierto terreno en el este del país. Pero los hemos derrotado una y otra vez. Además, la presencia del IS ha sido exagerada tanto por los Estados Unidos como por los medios de comunicación, quizás para llevar a cabo y justificar sus agendas políticas en Afganistán. No existe una presencia real del IS en el país.
- P. Pero, los talibán y el IS siguen enfrentándose en varias provincias como Nangarhar o Bagdhis. Y, aunque éstos fueran ex talibán, parece que su dogma está llegando a la población.
- R. Es cierto que hemos entablado batalla con ellos en Nangarhar y otros lugares, pero pronto fueron derrotados. En cuanto a su ideología, ésta no tiene futuro aquí porque los afganos no quieren una ideología basada en la muerte, las masacres y crear conflictos entre las diferentes tribus.
- P. ¿Qué me dice de los ataques suicidas llevados a cabo por los talibán en los que muchos civiles inocentes han muerto y que, además, están prohibidos por El Corán?
- R. En El Corán hay muchos ejemplos en los que seguidores directos del Profeta buscaron el martirio para defender al Islam, por lo que estamos convencidos de que está permitido. Una cosa es el suicidio por razones personales y otra muy diferente el martirio en el que, el objetivo, es matar a nuestros enemigos. Te recomiendo leer más al respecto y no dejarte influenciar por la propaganda occidental.
- P. ¿Y los derechos de las mujeres? ¿Si los talibán volviesen al poder, volverían a aplicar las mismas leyes que en el anterior régimen?
- P. Afganistán es un país musulmán y debe tener leyes que reflejen sus creencias. En ese contexto, siempre defenderemos los derechos de las mujeres, pero lo que el Gobierno está haciendo es forzar unos derechos que las mujeres no quieren para occidentalizarlas. El pueblo afgano no quiere ese tipo de conductas para sus esposas y hermanas. En el pasado, y debido la guerra civil, en realidad nunca tuvimos la oportunidad de desarrollar políticas para los derechos de las mujeres y los niños. Eso nos preocupa y trabajaremos para dárselos dentro del contexto apropiado y no según las reglas de otros países.
- P. ¿Eso también incluye el acceso a la educación para mujeres y niñas?
- R. Si está englobada en el contexto apropiado no tenemos objeciones. El Islam garantiza los derechos y la educación de las mujeres, pero también pone limitaciones al respecto. Cuando sustentábamos el poder pedimos y recibimos la ayuda de las Naciones Unidas para financiar y construir escuelas y universidades exclusivas para mujeres en las que éstas pudiesen educarse en la atmósfera apropiada y segura. Pero la guerra civil acabó con todo eso.
- P. ¿Es cierto que los talibán están detrás del aumento del cultivo del opio y el tráfico de heroína para financiar sus campañas militares, tal y como afirman el Gobierno afgano y Washington?
- R. Niego rotundamente que eso sea cierto. El aumento en la producción de narcóticos está dirigida por los ocupantes extranjeros y no terminará hasta que se marchen.
- P. ¿Cómo financian entonces sus operaciones?
- R. La Yihad afgana cuenta con muchos hombres de negocios que ayudan a la causa. Además los presupuestos son empleados casi exclusivamente para nuestras secciones militares. No compramos comida porque nuestros mujahidín se la pagan de manera voluntaria. Y en cuanto a las armas, cada vez que derrotamos a una unidad enemiga cogemos su equipo. De esta manera reducimos nuestros gastos y evitamos problemas financieros.
- P. El Pentágono y el Gobierno afgano han asegurado que también están recibiendo la ayuda militar de Rusia para, entre otras cosas, combatir al IS.
- R. Esa afirmación viene de la propaganda occidental y la niego categóricamente. Nunca hemos recibido apoyo de ese tipo por parte de Rusia. Otra cosa es que hayamos establecido contacto con los países de la región porque tenemos intereses en común. Por ello, es normal que hayamos establecido relaciones diplomáticas Rusia.
- P. EEUU y la OTAN han aumentado su campaña de ataques con drones en Pakistán y Afganistán, la misma que acabó con la vida del anterior líder talibán, el mulá Mansur. ¿Tiene miedo de acabar igual?
- R. Todo el que se une a nuestra lucha es consciente de que puede ser víctima de este tipo de ataques. Pero nuestro objetivo va más allá de nuestra propia vida, por lo que si muero será un orgullo haber ofrecido mi vida como mártir para la Yihad por Alá y por la independencia de Afganistán. Durante dieciséis años los Estados Unidos han matado a nuestros mujahidín y a nuestro pueblo, han destruido nuestra tierra y casas, pero nosotros no tenemos miedo.
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