Carlos Segovia
El Banco de España avisó en septiembre de 2003 de que se estaba produciendo una sobrevaloración de hasta el 20% del precio de la vivienda y que cuanto más tiempo transcurriera sin que se ajustase, "más brusco" sería el desenlace. Así figura en un artículo publicado en el Boletín Económico del Banco de España en septiembre de 2003 y que constituye el documento oficial esgrimido por el supervisor como muestra de que cumplió su papel de avisar de peligros, aunque el tono no fue en absoluto alarmante.
Ésta es la publicación que fue utilizado ayer por el ex gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, para mostrar que su institución hizo "reiteradas advertencias" a los gobiernos de turno sobre el problema.
Ante el escepticismo de los diputados, Caruana admitió que el Banco de España había realizado tales advertencias "en un tono excesivamente burocrático". Un ejemplo es el mencionado artículo, que, lejos de alarmar, apuesta por "una reconducción" de los precios de la vivienda, "previsiblemente gradual". Al fin y al cabo, según los autores, la subida de los precios era "compatible con la dinámica habitual de ajuste de este mercado".
Ni Rodrigo Rato ni el entonces secretario de Estado de Economía, Luis de Guindos, impulsaron nuevas medidas en aquel otoño de 2003 previo a elecciones, ni tampoco el entrante en 2004, Pedro Solbes. Éste recibió en 2006 la famosa carta de los inspectores del Banco de España, desvelada por este diario, advirtiendo de la crisis que se avecinaba. Caruana relativizó la misiva porque tampoco previó, a su juicio, los problemas clave.
En cuanto a si la Ley del Suelo del último Gobierno de Aznar pudo engendrar la burbuja, Caruana no lo ve así."La opinión del Banco de España en aquel momento era que restringir el suelo, probablemente, hubiera sido peor. La restricción del suelo es verdad que tiene varios efectos y que podía haber evitado, a lo mejor, una desviación de recursos hasta la construcción, que luego tuvo problemas, pero evitar la oferta cuando existe un incremento rápido de la demanda, en principio, no parece que sea la mejor de las opciones. No se evita la burbuja".
El ex gobernador sostiene que cuando él dejó el Banco de España en julio de 2006, a pesar de los "desequilibrios", España "no estaba abocada a la crisis". En su opinión, "la economía española tenía margen de maniobra y más opciones; presentaba desequilibrios, pero también fortalezas y podía haber seguido trayectorias diferentes a las que finalmente siguió. ¿Por qué evolucionó hacia una crisis tan dura y tan costosa? Sinceramente, creo que fue el resultado de la interacción entre los desequilibrios acumulados durante mucho tiempo, con factores desestabilizadores exógenos sobre los que ni las entidades ni las autoridades españolas tenían control".
No hay comentarios:
Publicar un comentario