miércoles, 15 de febrero de 2017

El «Moisés» de Miguel Ángel renace con su propia luz. 2º ESO

ABC CULTURA-ARTE
Ángel Gómez Fuentes

La célebre escultura retorna al siglo XVI con su restauración y una nueva iluminación, descubriéndose que el genial artista del Renacimiento era escultor de la luz además del mármol.



Vuelve a su original esplendor, con su inmortal solemnidad y grandeza, el «Moisés» de Miguel Ángel. Gracias a un complejo proyecto de iluminación, se ha descubierto que el artista era escultor de la luz además del mármol.
El ministerio de Bienes Culturales afirma en un comunicado que «son muchos los descubrimientos que se han hecho en los últimos meses en la Iglesia de San Pietro in Vincoli», donde se conserva el mausoleo del papa Julio II del genial escultor, arquitecto y pintor renacentista. Del monumento forma parte la figura bíblica de Moisés, una escultura colosal que mide 2,35 metros de altura. Son descubrimientos que «ofrecen muchos motivos de reflexión y de reinterpretación para los historiadores y la historia del arte», añade el comunicado.
Mediante sofisticadas técnicas informáticas y lámparas led de Viabuzzuno se han recreado las mismas condiciones de luz sobre las que Miguel Ángel se basó en el siglo XVI para la creación de la tumba. Además, se han recuperado los colores del mármol de Carrara elegido y esculpido por Miguel Ángel. Estudiando documentos y la obra se llegó a una conclusión: Todo el monumento tiene un hilo directo con los rayos del sol; es decir, fue esculpido pensando en cómo la piedra hubiera reaccionado bajo la luz natural, creando así una luz propia. En la época de Miguel Ángel existían dos ventanas en las paredes a los lados del mausoleo.
El «Moisés» fue tallado dirigiendo la mirada hacia la ventana de su izquierda, llegando a su frente los rayos del sol, símbolo de la salvación. El artista utilizó la luz del sol como elemento estructural de las estatuas del mausoleo, para conferir vida y emoción al mármol. Allí donde daba la luz directa usó la técnica de lustre, que hace reflectantes las superficies. Para las partes en sombra, utilizó pómez o cincel para dejarlas opacas. Hoy la iluminación que se proyecta en la iglesia es la misma de la época de Miguel Ángel, modificando la luz con técnicas informáticas y las lámparas led durante las horas del día.

La capacidad de esculpir la luz

Hace dos siglos, junto a la iglesia de San Pietro in Vincoli fue construida la Facultad de Ingeniería, cubriendo totalmente una de las dos ventanas usadas por Miguel Ángel como fuente de luz. Del otro lado se creó también un armario. La oscuridad cayó así sobre la tumba de Julio II y el Moisés, ensombreciendo la maestría del claroscuro sobre el mármol que había creado Miguel Ángel.
No es posible ahora abrir la ventana. Pero se ha creado un complejo proyecto de iluminación para recrear las condiciones de luz de los tiempos de Miguel Ángel, desde el alba hasta el ocaso. De esta forma, la ventana que se tapó totalmente sin que nadie imaginara el daño artístico provocado, ha sido «virtualmente» abierta, poniendo fin a una historia de ignorancia que ha obscurecido una de las genialidades a las que Miguel Ángel consagró su vida: la capacidad de esculpir la luz.

«Un regalo al mundo»

El historiador Antonio Forcellino, el restaurador que ha recuperado los colores del mármol de Carrara, pero dejando la pátina del tiempo, se emociona hablando de un mausoleo al que ha dedicado una vida de estudio: «Durante los dos últimos siglos nadie veía al Moisés, ni la tumba de Julio II de la que forma parte, como quiso mostrarlos su autor. Ahora se produce este regalo que hacemos al mundo», explica Antonio Forcellino, quien ha sido acompañado en la restauración por el proyectista Mario Nanni, considerado un maestro y poeta de la luz.
La restauración del mausoleo ha deparado también sorpresas sobre la iglesia. Las paredes de San Pietro in Vincoli presentan superposiciones y reparaciones realizadas a lo largo de los siglos, con techos y pavimentos a diversos niveles que se iniciaron en antiguas estructuras paleocristianas. «Parece que fuera una villa imperial del circuito de la domus neroniana la base de construcción de la iglesia de los Santos Apóstoles, la actual San Pietro in Vincoli», afirma el comunicado de Bienes Culturales. En efecto, la Domus Aurea de Nerón está en la misma zona, en el parque del colle Oppio, una de las siete colinas de Roma.
Las cuatro mil personas que cada día visitan San Pietro in Vincoli podrán ahora admirar las novedades que presenta la maravillosa escultura de Moisés, tan imponente y realista que, según cuenta la leyenda, el artista al acabarlo golpeó la rodilla de la estatua y le preguntó: «¿Por qué no me hablas?». Seguramente, como apunta el superintendente de Bienes Culturales de Roma, Francesco Prosperetti, el genio de Miguel Ángel podría reservarnos en el futuro otras sorpresas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario