lunes, 27 de febrero de 2017

Irak recupera los primeros barrios residenciales del oeste de Mosul. 4º ESO

EL MUNDO INTERNACIONAL
Francisco Carrión


Miembros de la policía federal iraquí recorren las calles recién reconquistadas de Mosul. ARIS MESSINISAFP


La batalla se halla a unos tres kilómetros del centro histórico de Mosul, un laberinto de calles estrechas.

Casa a casa las fuerzas de seguridad iraquíes avanzan por el oeste de Mosul, el último reducto del Estado Islámico. Los uniformados se han hecho este domingo con el control de los primeros barrios residenciales y luchan para recuperar un puente que conecta con los distritos orientales, en manos gubernamentales desde el pasado enero.
Tras dos días de escaramuzas, los agentes han liberado los barrios de Al Tayaran y Al Maamun en cuya geografía se internaron el pasado viernes tras asegurar el aeropuerto de Mosul y la contigua base militar de Al Ghazlani. Varias decenas de militantes de diversas nacionalidades han sido arrestados. La ofensiva, lanzada hace una semana, está integrada por la policía federal iraquí, la unidad antiterrorista y la división de respuesta rápida, una unidad de élite del ministerio del Interior, y cuenta con el apoyo aéreo de la coalición internacional que lidera Estados Unidos.
Según la televisión kurda Rudaw, las escaramuzas se han trasladado a los barrios de Al Mansur, Al Shuhada y Dawas. La batalla se halla a unos tres kilómetros del centro histórico de Mosul, un laberinto de calles estrechas donde se ubican los principales edificios gubernamentales, el zoco y la mezquita desde la que Abu Bakr al Bagdadi proclamó el califato en junio de 2014. Para tratar de detener el avance de los últimos días, las huestes del IS (Estado Islámico, por sus siglas en inglés) han lanzado este domingo una decena de ataques suicidas. Una de las detonaciones ha segado la vida de dos policías.
Entre los progresos de las últimas horas, figuran la toma de la central eléctrica de Yarmuk, que presta servicio a toda la urbe; la carretera que enlaza Mosul con Bagdad y el área de Al Harakiyat, usada por los yihadistas como principal centro de contrabando de petróleo. El próximo objetivo es un puente sobre el río Tigris que conecta el oeste con el margen oriental. Las cinco pasarelas que enlazan la ciudad fueron destruidas por los bombardeos de la coalición y los ataques del IS. En declaraciones a Reuters, un general que participa en la ofensiva ha señalado que el puente, que podría ser recuperado en las próximas, será reconstruido para permitir el transporte de tropas y el abastecimiento.
En los choques de la dos últimas deos jornadas, varias decenas de yihadistas han perdido la vida. Como de costumbre, las fuerzas de seguridad iraquíes no han proporcionado su balance de víctimas. Unos 6.000 civiles han abandonado sus viviendas huyendo del fuego cruzado. La mayoría han huido en autobuses fletados por las autoridades hasta un campo de desplazados situado al sur de la segunda ciudad de Irak, donde permanecen atrapadas unas 750.000 almas. Con la urbe sitiada desde el pasado noviembre, la falta de alimentos ha disparado los precios.
Los acólitos de Abu Bakr al Bagdadi controlan menos de un tercio del oeste de Mosul. Una pequeña porción, formada por los distritos históricos de la villa, en la que sus militantes -unos 2.000 combatientes, según fuentes castrenses- se han refugiado para librar una contienda agónica y cruenta. Por su laberinto de calles angostas no pueden penetrar los vehículos blindados, lo que obligará a una batalla casa por casa. Además, para guarecerse del plomo, los yihadistas han horadado una vasta red de túneles y techado las principales arterias del barrio viejo, como desvelan las últimas imágenes por satélite publicadas del enclave.

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