martes, 10 de septiembre de 2019

Ferrer-Dalmau pinta el momento clave de Elcano: «Si fuera inglés tendría 20.000 películas»

ABC CULTURA
Jesús García Calero

- El cuadro se presenta hoy en el Museo Naval en un acto presidido por la ministra de Defensa.

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Hay momentos fundamentales de la historia de España que nunca habíamos visto pintados. Augusto Ferrer-Dalmau le ha puesto imagen a muchas gestas olvidadas de los españoles del pasado (los Tercios en Rocroi o en Ampel, el Glorioso en plena batalla, las cargas de la Caballería, los médicos salvando vidas en Bailén...) y del presente (misiones en Líbano o patrullas en Afganistán).
Hoy se presentará en el Cuartel General de la Armada un cuadro de Ferrer-Dalmau que refleja uno de los momentos más importantes de nuestra historia –si no el que más–, en un acto que contará con la presencia de dos ministros, la de Defensa, Margarita Robles, y el de Exteriores, Josep Borrell, junto al Almirante Jefe de Estado Mayor de la Armada, Teodoro López Calderón, y otras autoridades. El cuadro refleja el día en el que Juan Sebastián Elcano emprendió el regreso desde las islas de las especias a España por el oeste. Ese es el día en el que se decidió la vuelta al mundo.
El pintor de batallas, en su estudio con el cuadro recién terminado
El pintor de batallas, en su estudio con el cuadro recién terminado - Maya Balanyá
El conocido pintor de batallas comenzó hace un año a preparar este importante lienzoa bordo de la réplica de la Nao Victoria, el barco que trajo de vuelta a solo 18 de los 243 tripulantes que habían emprendido el viaje hace ahora 500 años. La imagen elegida por el pintor es el momento en el que Elcano se despide de la otra Nao, la Trinidad, que intentaría sin éxito regresar por el Pacífico. Su destino será el Museo Naval de Madrid. ¿Dónde mejor?
—¿Cuál es el mensaje del cuadro?
—Lo más importante es demostrar con esta imagen que fuimos los primeros. Por eso elegimos este momento.
—¿Cómo se lo imaginaba?
—Es importante. Ya había muerto Magallanes y esta es la prueba real. Lo que se ve es: se quedan los demás y nosotros seguimos. Elcano emprende el regreso por la zona portuguesa en contra de cualquier pronóstico y da la vuelta al mundo. Es la prueba gráfica de ese momento.
—El viaje en la réplica de la nao le impresionó. ¿Lo recuerda?
—La suerte de haber podido embarcar en una nao, estar dos o tres días a bordo, te ayuda mucho a la hora de pintarlo. Te haces una ligerísima idea de la epopeya. Todo esto es para mí más que un cuadro. Yo he vivido esto, a la más pequeña escala, pero es que ha sido una experiencia...
—¿Qué sentía?
—La sensación en el barco es extraña. Primero porque va lento, no va rápido. Y las velas dan una sensación diferente del tiempo. Pensabas ¿qué se hace aquí todo el día? Y luego, claro, dormir dentro, y eso que nosotros dormíamos en unas condiciones mucho mejores que ellos. Pero te haces una idea fantástica de lo que pudo ser. De lo que fue aquello, durante más de dos años.
—La nao se mueve bastante.
—Estuvimos allí con buen tiempo, pero si se movía con pocas olas de uno o dos metros, imagínate lo que debió ser soportar las tempestades que tuvieron que atravesar durante tres años de navegación por mares impestuosos.
—¿Le sirvió para pintar?
—Pude recrear la imagen ajustando mucho el espacio y las dimensiones a las reales del barco. Pero luego ha sido fundamental documentarme: para la vestimenta, incluso los gorrillos, de los que muestro varios modelos en el cuadro. No he querido errar en nada. Es como una fotografía.
—¿Una foto de Elcano en ese día?
—¡Claro! Necesitamos una fotografía para demostrar que dimos la vuelta al mundo. Ya la tenemos. Todo estaba por escrito, pero aquí está la imagen, como si hubiera habido un reportero.
Para Ferrer-Dalmau el cuadro «Fuimos los primeros» es la instantánea de aquel día
Para Ferrer-Dalmau el cuadro «Fuimos los primeros» es la instantánea de aquel día
—¿Costó decidir el encuadre?
—Acuérdate que allí comentábamos la jugada. El ángulo del puente con la escalera y la jarcia más la parte inferior de la vela se vislumbró como el encuadre más completo. Sin contar que a ti te utilicé como modelo varias veces. Poniendote en el puente, en la borda, en la jarcia para estudiar ángulos, proporciones y luz. La jugada era pintar el interior del barco en la Victoria y el exterior al poner la silueta de la Trinidad al fondo. Ahí tienes el ejemplo del aspecto de una nao ya vapuleada por mil embates marinos.
—La dimensión de aquella aventura es tremenda.
—En cuanto vi el puente vi que tenía que estar ahí Elcano. El barco es muy pequeño para ese viaje. Ver el aparejo desplegado ayudó también.
—¿Sopesó durante aquel viaje el inmenos riesgo que corrían?
—En efecto. Y piensas: esta gente se fue así, sin mapa, sin nada, sin saber dónde vas. Es una epopeya que no se puede casi ni imaginar. Por eso la necesidad de esta pintura. Se tendría que hacer una película real, fidedigna, con medios, de todo aquello.
—Es una pena. No está muy ducho nuestro cine en estas lides...
—Todos sabemos que si esto lo hubieran hecho los ingleses habría veinte mil películas, protagonizadas por las grandes estrellas. Pero los españoles somos así, no nos da la gana, no encontramos el dinero o el interés suficiente. Si los anglosajones hicieron película hasta del Myflower, que es un viajecito de nada. Pues una vuelta al mundo... O todas las aventuras de exploración de los barcos españoles, merecen una buena película. Pero nada.
—Este cuadro irá al Museo Naval.
—Sí, fue un encargo de una asociación vinculada con el Museo y se expondrá en la exposición «Fuimos los primeros» que se inaugurará en septiembre. El cuadro se llama igual.
—¿Qué fue lo más difícil?
—Lo más difícil ha sido el tono de la madera. Cuando estuvimos en la Victoria la nao estaba pintada de negro por lo que no me sirvió como modelo. Tuve que darle muchísimas vueltas hasta lograr el aspecto de madera vieja en todos sus matices. No quería quer pareciera chocolate. Esos tonos, los diferentes matices del uso, han sido el mayor desafío pictórico.
—¿Qué le pareció la polémica con Portugal, cuando hizo la portada de ABC?
—Mi cuadro es la respuesta a esa polémica que no es polémica porque era un absurdo. La vuelta la hicimos los españoles. Lo único que aporta Portugal es la figura de Magallanes, pero él servía a la Corona española. No hay polémica que valga. ¿Hacía falta una imagen para demostrarlo? Ya la tenemos.

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