martes, 14 de marzo de 2017

EGIPTOLOGÍA: Una misión germano-egipcia Hallados en un barrio de El Cairo dos colosos de la Ciudad del Sol. 1º ESO

EL MUNDO Ciencia
Francisco Carrión

Las ruinas alcanzaron la ciudad de Heliópolis hace más de dos mil años, durante la época grecorromana.
Ruinas del coloso de Ramsés II sumergidas en el fango. MINISTERIO DE ANTIGÜEDADES DE EGIPTO

Bajo el fango y rodeadas por la basura del vecindario cercano. Dos estatuas de época ramésida, sumergidas en aguas subterráneas a un metro de profundidad, han recuperado la luz pública en las ruinas de Heliópolis, la capital dedicada al dios solar Ra y uno de los centros religiosos más notables del Antiguo Egipto.
El hallazgo, firmado por una misión germano-egipcio, se ubica entre las callejuelas del Suq al Jamis, emplazado en el popular barrio cairota de Matariya. La expedición ha logrado recuperar dos estatuas en las inmediaciones del templo del Sol (Oun). El plano de Heliópolis tenía dos zonas identificadas con nitidez: en el oeste se levantaban los templos del culto solar y en el este los cementerios.
La primera de las piezas recuperadas es un busto de 80 centímetros de altura del faraón Seti II (1200 -1194 a.C.) tallada en piedra caliza con delicados rasgos faciales que incluye su cartucho. La segunda, más sobrecogedora, ha emergido despedazadas en grandes bloques. Tiene 8 metros y está hecha en cuarcita -una piedra asociada con el dios solar-. Aunque no han aparecido pesquisas que indiquen su procedencia, el jefe de Antigüedades egipcias, Mahmud Afifi, arguye que su hallazgo a las puertas del templo de Ramsés II (1279-1213 a.C.) sugiere que podría pertenecer al monarca, uno de los faraones más grandes del imperio Nuevo.
La resurrección de estas dos esculturas arroja luz sobre un perímetro carcomido por el abandono y la voraz expansión urbana. A juicio de Ayman Ashemaui, codirector de la excavación, se trata de un "hallazgo muy importante" porque demuestra que el templo de Oun tenía una proporciones gigantescas con una "una magnífica estructura, exquisitos grabados, colosos y obeliscos". De hecho, el área trapezoidal del templo es mayor que cualquier otro complejo religioso de Egipto, inclusive el del recinto de Karnak en la actual Luxor.
Las ruinas alcanzaron la imponente ciudad de Heliópolis hace más de dos mil años, durante época grecorromana. Desde entonces los vecinos que poblaron sus alrededores convirtieron su perímetro en cantera. Robaron sus piedras para usarlas en sus propias edificaciones o en los inmuebles que aún se levantan sobre el laberíntico barrio islámico de El Cairo. Los obeliscos y colosos emprendieron un largo viaje. Durante el período romano, los obeliscos -que miden más de 20 metros- viajaron hasta la mediterránea Alejandría. Siglos después, fueron trasladados a Nueva York y Londres.

Las últimas décadas tampoco han hecho justicia al frágil legado de la Ciudad del Sol, un destacado centro de enseñanza durante la fascinante civilización faraónica. Al expolio se unieron litigios entre ministerios y una desidia que frustró cualquier recuperación. Hoy los restos de la metrópolis se hallan desperdigados por varios distritos de la capital egipcia como Matariya, Azar al Nabi o Gabal al Ahmar.
Busto del faraón Seti II desenterrado. MINISTERIO DE ANTIGÜEDADES DE EGIPTO
Según el egiptólogo alemán Dietrich Raue, de la universidad de Leipzig, la misión que trata ahora de desenterrar la geografía de Heliópolis "trabaja duro" para recuperar del barro las figuras descubiertas y someterlas a un cuidadoso remozado mientras continúa la campaña para rescatar nuevas piezas y "desvelar nuevos secretos de la ciudad".
El destino final del hallazgo no será, sin embargo, permanecer en el callejero del barrio. Los objetos hallados formarán parte de una exposición temporal en el museo de Antigüedades egipcias de la plaza cairota de Tahrir. El coloso de Ramsés II será transportado hasta el Gran Museo Egipcio, un nuevo centro que se construye a un tiro de piedra de las pirámides de Giza.
En una reciente entrevista con EL MUNDO, el ministro de Antigüedades egipcio Jaled al Anani avanzó su calendario de apertura. "Se abrirá parcialmente a mediados de 2018. Estamos trabajando para abrirlo incluso antes. Cuando se inaugure, el público podrá contemplar toda la colección de Tutankamón repartida en más de 7000 metros cuadrados. En 2020 será la apertura completa y entonces el museo albergará 15.000 piezas", detalló.

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