EL PAÍS INTERNACIONAL
Isabel Ferrer
Kiev asegura que Moscú discrimina en Crimea y quiere ser compensada por la tragedia del MH17.
Nacionalistas ucranios y veteranos militares en una protesta en Donetsk contra el comercio hacia los insurgente prorrusos. ALEKSEY FILIPPOV AFP
“Rusia dice que lucha contra el terrorismo y respeta los derechos humanos, pero financia a los separatistas prorrusos que luchan en el este de Ucrania y ataca la cultura local en Crimea. Por eso pedimos a este tribunal que asegure la protección de los civiles antes de que haya más muertes, y la discriminación borre la identidad de los tártaros”. Así ha solicitado este lunes el jurista Harold Hongju Koh, en nombre de Kiev, la mediación del Tribunal Internacional de Justicia de la ONU (TIJ) para que ponga fin al apoyo supuestamente prestado por Moscú a las milicias rebeldes en territorio ucranio. Aunque no ha sido declarada formalmente, la guerra desatada en la región ha causado unas 10.000 bajas en los tres últimos años, y cerca de 1.200.000 refugiados. Rusia niega haber enviado tropas a la zona, y de ahí que Hongju Koh haya señalado en su alegato que, de ser cierto, “Moscú no tendrá inconveniente en aceptar las medidas cautelares [que son temporales] requeridas para proteger a la población”.
Ucrania demandó a Rusia el pasado enero ante el TIJ invocando dos convenciones de la propia ONU, dedicadas, respectivamente, a prevenir la financiación de terroristas (1999), y a evitar la discriminación racial, nacional y étnica (1969). La de este lunes ha sido la primera sesión dedicada al caso, y la delegación de Kiev ha asegurado que ambos acuerdos han sido violados. “Rusia introduce armas a través de la frontera y los ucranios no se sienten seguros en su propio suelo. Tampoco tiene derecho a ocupar Crimea,pero mientras lo haga, no debe erradicar la lengua y cultura de los tártaros, y de la comunidad étnicamente ucrania de la península, para luego rusificarla. Kiev no puede aceptar las razones de Moscú, que todo lo niega. Por eso necesita el apoyo de los jueces internacionales”, ha dicho el mismo jurista.
De no actuar el TIJ con rapidez, puede producirse otra catástrofe como la del vuelo MH17, según Ucrania. Rusia niega haber apoyado a los separatistas que en julio de 2014 derribaron con un misil Buk el Boeing 777 de las líneas aéreas malasias sobre el este ucranio. Murieron 298 personas. “Ya se ha visto lo ocurrido, y también el rechazo ruso, pero el Equipo Internacional de Investigación que ha analizado lo ocurrido indica que el proyectil fue llevado desde Rusia a Ucrania, lanzado desde allí y luego devuelto. ¿Volvería a derribar Rusia un avión comercial?”, se ha preguntado Hongju Koh. La delegación ucrania busca una compensación por las consecuencias del MH17, y las pruebas que aporte sobre la presunta financiación rusa de los rebeldes serán esenciales para los jueces. Deben estar seguros, por un lado, de que los rebeldes prorrusos pueden ser calificados de organización terrorista. De otro, que el lanzamiento del misil Buk fue ordenado por un militar ruso, o bien por un soldado a sus órdenes.
El martes será el turno de Rusia, que niega todas las acusaciones y rebate además la decisión de acudir a este foro. El Tribunal de Justicia de la ONU dirime litigios entre Estados, que suelen ponerse de acuerdo en invocarlo antes de presentar sus demandas. En este caso, Ucrania lo ha hecho por su cuenta, y si los jueces se declaran competentes, Moscú puede decidir que no colabora. O bien que no acata una decisión firme, llegado el caso.
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