sábado, 1 de julio de 2017

El aislamiento de Qatar aísla a Hamas. 4º ESO

EL MUNDO INTERNACIONAL
Sal Emergui

Doha, la capital de Qatar Naseem ZeitoonREUTERS


Nada mejor que una efeméride para constatar los ingentes cambios en Oriente Próximo. Si en junio de 1967, una coalición árabe se enfrentó a Israel, 50 años después otra alianza árabe se une pero esta vez contra uno de los suyos, Qatar.
En el 50 aniversario de la victoria de la Guerra de los Seis Días, Israel ve como Arabia Saudí exige de forma pública a Qatar el cese del apoyo al grupo islamista Hamas y su madre "Los Hermanos Musulmanes". La crisis ha quitado las máscaras en el baile regional destapando posiciones acomodadas habitualmente en la sombra de los palacios del Golfo Pérsico.
El aislamiento de Qatar y la mediación entre bambalinas para solventar el contencioso interno árabe han dado como primer fruto la salida de Doha de varios cabecillas del brazo armado de Hamas mientras destacados dirigentes como Jaled Meshal tienen las maletas preparadas. Según el diario jordano Al Ghad, se habrían ido "de forma voluntaria" en un intento de no comprometer a Qatar y en última instancia evitar ser expulsados por el emir Tamim bin Hamad al-Thani.
Saleh Arouri fue uno de los primeros "invitados a irse" por Qatar trasladándose, según diversas fuentes, a Malasia. Considerado por la Inteligencia israelí como el cerebro del secuestro y asesinato de tres adolescentes judíos en Cisjordania hace tres años, Arouri llegó a Doha procedente de Turquía donde ejercía de nexo con células de Hamas en Cisjordania.
El ex asesor del líder islamista Ismail Haniyah, Ahmed Yousef, confirmó su marcha. "Doha es uno de los principales respaldos del pueblo palestino y Hamás tiene mucho respeto por Qatar", aseveró Yousef a la agencia palestina Maan que denuncia "la coalición americana-israelí-saudí contra Qatar" y critica a Riad por acusarle de terrorismo y compararle con el Estado Islámico (IS por sus siglas en inglés).
Sin confirmar el abandono de la sede política de Doha, Yousef reconoce que plantean trasladarse a Malasia o Líbano. El otro importante centro de decisión del grupo palestino es la Franja de Gaza que controla con mano de hierro desde hace diez años cuando expulsó a los leales de Al Fatah. Un aniversario en la oscuridad. Y no sólo por la escasez de electricidad provocada básicamente por la decisión del presidente palestino, Abu Mazen, de no pagar más el suministro israelí y así presionar al grupo rival al que acusa de usar el dinero que recauda para beneficio de su brazo armado y no de los gazatíes. Israel, que en 2007 ordenó el bloqueo a la Gaza de Hamas, sigue el nuevo guión de Abu Mazen pero teme que la crisis desemboque en nueva escalada. Por eso, lejos de los focos busca países que paguen la electricidad.

¿Buscando nueva casa?

Tras disfrutar en Damasco del amplio paraguas del régimen de Bashar Asad, el liderazgo de Hamas se marchó en el 2012 debido a la cruenta guerra civil en la que no ocultó su apoyo a los rebeldes. La lujosa Doha se convirtió en la única capital que aceptó ser la sede de Hamas desafiando a Israel (con el que mantiene discretos contactos) y a EE.UU y la Unión Europea que incluyen a la facción integrista en la lista de grupos terroristas. El entonces emir qatarí Hamad Bin khalifa al-Thani fue el primer estadista mundial en visitar Gaza prometiendo una inversión de 400 millones para su reconstrucción.
El ministro de Exteriores Mohammed bin Abdulrahman Al-Thani considera a Hamas como representante legítimo del pueblo palestino. Según el analista palestino Ghassan Jatib, "una mayor presión de los países árabes sobre Qatar, hará que la pérdida del apoyo qatarí a nivel político, económico y logístico sea mayor".
Si el divorcio con Qatar se hace efectivo, Hamas podría volver a los brazos de Irán. Yousef confiesa que es una posibilidad real. La guerra civil siria en la que el suní Hamas y el régimen chií de Teherán se sitúan en bandos diferentes rompió una alianza traducida en dinero y armas frente al enemigo común, Israel.
Según el diario palestino Al Quds, el número dos de Hamas en el exterior, Musa Abu Marzuk se reunió con el líder del grupo libanés proiraní Hassan Nasrala.
La opción persa, secundada por el brazo armado de Hamas, choca con los esfuerzos del departamento político para reconciliarse con Egipto. El país vecino cuenta con una carta estratégica ante Gaza: el paso fronterizo de Rafah. Un paso habitualmente cerrado por las autoridades egipcias que luchan en el Sinaí contra el grupo armado vinculado a IS.
El Cairo exigió a Hamas que Gaza deje de ser refugio de milicianos yihadistas que cometen ataques en el Sinaí. De ahí que esta semana, el gobierno islamista ordenara la creación de una zona tapón en la frontera con Egipto. "La seguridad nacional egipcia es la seguridad nacional palestina", afirma el viceministro de Interior del Gobierno Hamas, Taufik Abu Naim, sobre la zona de seguridad "para evitar contrabando de armas y drogas".
Con el paraguas qatarí amenazado, la enorme presión de Abu Mazen y roto el sueño del regreso de los Hermanos Musulmanes al poder en Egipto, la reconciliación con el presidente Abdelfatah al Sisi es vital para Hamas. De momento y a la espera de la mediación de la ONU entre Hamas y Abu Mazen, parece el principal actor para solventar la crisis de electricidad agravada por la reducción del suministro israelí tras la medida tomada en Ramala.

Cara y cruz para Israel

Para Israel, la crisis de Qatar es una buena noticia en lo que respecta a la cooperación con el bloque suní liderado por Arabia Saudí frente a Irán, Hizbulá y Hamas pero mala en lo que respecta a Gaza. Mala porque teme, como nos confirma un oficial israelí, que sin el apoyo económico qatarí, Gaza sufriría una crisis humanitaria arrinconando a Hamas.
Y si se encuentra entre la espada (aislamiento árabe, boicot de Abu Mazen, crisis de electricidad...) y la pared (hastiada de un día a día insoportable), Hamas podría responder alentando disturbios con soldados israelíes en la frontera o lanzando proyectiles de forma directa o indirecta. Desde la última devastadora guerra del 2014, ninguno de los más de 50 proyectiles disparados desde Gaza contra el sur israelí llevaba la firma de Hamas.
En la región, muchos siguen buscando la fórmula que permita golpear al grupo islamista sin castigar a los dos millones de habitantes bajo su control.

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