martes, 19 de septiembre de 2017

ETA abre un debate interno para decidir su “función” cuando se disuelva. 4º ESO

EL PAÍS ESPAÑA
Mikel Ormazábal

La banda terrorista decidirá su papel para "facilitar la acumulación de fuerzas" independentistas.


Dos encapuchados de ETA entregan el inventario de armas y explosivos a miembros del grupo de verificación en febrero de 2014. BBC


La banda terrorista ETA ha anunciado este lunes que ya ha iniciado un proceso de debate interno para tomar decisiones sobre cuál será "la función y el ciclo de la organización" una vez culminado su desarme en abril de este año. La dirección asegura que decidirá "qué debe hacer" la banda "para que el proceso independentista popular que se ha iniciado se desarrolle en las condiciones más adecuadas para facilitar la acumulación de fuerzas que logre llevar a cabo el derecho a decidir".
ETA ha remitido un comunicado que ha publicado hoy el diario Gara en el que señala ha "puesto en marcha" un proceso de debate interno en el que toda la organización "hará una lectura mirando hacia atrás, analizará su historia y el camino realizado desde el cambio de estrategia hasta ahora". La banda terrorista comunica que "partiendo de esa base" la banda mirará "hacia adelante, para tomar decisiones sobre la función y el ciclo de ETA".
La dirección de la banda ha asumido que se encuentra a un paso de decretar su disolución como organización terrorista para convertirse en un agente más en el engranaje del denominado "proceso independentista popular". ETA discute en su seno la fórmula que empleará para poner fin a su pasado como banda armada para adoptar otra estructura que le permita continuar desarrollando su papel en la política vasca.
David Pla, erigido como interlocutor de ETA y último jefe de su aparato político, anunció el pasado 18 de febrero desde la prisión francesa en la que permanece encarcelado, que, tras el desarme, la banda terrorista se declarará como “organización desarmada” y abrirá un proceso de reflexión sobre su futuro. Los dirigentes no descartan que tras hacer oficial su desaparición como banda terrorista, esta continúe su actividad como organización socio-política desarmada.
Por último, advierte de que "puede haber presión político-mediática para condicionar negativamente las consecuencias y los beneficios del desarrollo del debate" y señalan que "la militancia tiene ahora la palabra y la decisión sobre la propuesta puesta encima de la mesa".
La discusión de los terroristas se produce tras el que llevó a cabo el colectivo de presos de ETA (EPPK), que determinó por mayoría acogerse individualmente a la legislación para obtener beneficios penitenciarios y facilitar su acercamiento a cárceles próximas al País Vasco, aunque los miembros de la banda rechazaron pedir perdón por el daño causado y colaborar con la justicia para esclarecer atentados. Los reclusos han comenzado a preparar su documentación personal con el fin de obtener mejoras en su situación carcelaria a través de las vías legales.
Sin la disolución incondicional de la banda, el Gobierno español no dará ningún paso en esa dirección, pese a que desde el Gobierno vasco (en manos del PNV y los socialistas vascos) se está reclamando otro trato para los 319 presos de ETA.
El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, ya dejó clara la posición del Ejecutivo en este sentido: “Primero tendría que resolverse la disolución definitiva de ETA, pedir perdón, la entrega definitiva de las armas y, una vez que se hubieran arrepentido, e incluso esclarecido temas pendientes [con la Justicia], es cuando se podrían dar algunos pasos para ver qué se puede hacer”, afirmó en agosto pasado para rechazar en estos momentos cambios en la política penitenciaria.

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