Carlos Segovia
La segunda mitad de este año está marcando el comienzo de la temida desaceleración de la economía española. El Producto Interior Bruto (PIB) mantiene un intenso ritmo de crecimiento envidiable para las grandes economías europeas, pero está perdiendo fuerza. La moderación en el consumo privado y la revisión de los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) empeoran el dato con que cerrará 2017 tras 10 años de crisis.
La Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas), uno de los referentes en predicción de coyuntura, ha decidido rebajar una décima su previsión para este año rompiendo la tendencia al alza desde principios de año y apuesta que crecerá un 3,1%, por debajo de los años anteriores.
El PIB español creció en 2015 un 3,4% y, en 2016, un 3,3%, según los datos revisados anunciados ayer por el INE. Por tanto, el ejercicio 2017 que se perfilaba como el mejor desde el inicio de la crisis con los datos antiguos pasa ahora a ser el que más claramente marca la ralentización
«La desaceleración de la economía española, prevista a partir de la segunda mitad de 2017, comienza a percibirse, lo que ha conducido a Funcas a rebajar una décima el crecimiento esperado del PIB para todo el año, hasta el 3,1%», afirma esta asociación en una nota de prensa.
«Aunque el proceso de recuperación continúa, el consumo privado ha empezado a perder dinamismo fruto del menor poder adquisitivo de las rentas salariales. Mientras, repunta el consumo público, debido al aumento de la contratación de las administraciones públicas, y se mantiene la fortaleza de la inversión, sobre todo en construcción de vivienda», señala.
Por su parte, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) también ha rebajado sus previsiones y ya no cree que el crecimiento en este tercer y cuarto trimestre vaya a ser de cerca del 0,9% como hasta ahora, sino que lo limita al 0,77% hasta octubre y al 0,7% en el último trimestre tras el mal dato de empleo de agosto.
Según Funcas, «en 2018, año en el que se confirmará la desaceleración, la economía crecerá un 2,7% (frente al 2,8% previsto anteriormente) por el menor dinamismo de la demanda nacional». Su predicción es que «las familias ajustarán sus decisiones de gasto, lo que repercutirá en el consumo privado y detendrá la caída de la tasa de ahorro. El consumo público también se desacelerará con el objetivo de reducir el déficit público. El sector exterior mantendrá su fortaleza, aunque se debilitará ligeramente».
El ministro de Economía, Luis de Guindos, aseguró este martes en Burgos que revisará al alza la previsión de crecimiento para este año que hasta ahora ha fijado en el 3%. Sin embargo, ya no insistió en que superará a 2016 como en intervenciones anteriores.
El INE ha situado el valor del PIB en 1.118.522 millones de euros, el más elevado de la serie histórica y ha justificado la revisión al alza por un mayor peso de la inversión en 2015 y de las exportaciones en 2016. De Guindos calificó de «buenas noticias» esta revisión, porque refleja una mayor recuperación en los últimos años.
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