Rafa Payá
La murciana de 20 años hizo historia al imponerse en la carrera portuguesa de la categoría World Supersport 300 de la FIM.
Los adjetivos rimbombantes siempre acompañan las grandes gestas deportivas, pero pocas de ellas son realmente históricas. Y, sin duda, el hito alcanzado por una joven y valiente murciana de 20 años en Portugal lo ha sido. Ana Carrasco se ha convertido en la primera mujer al manillar de una moto que gana una carrera de un Mundial FIM de velocidad. Gesta sin paliativos de la piloto nacida en Cehegín que acumula proezas en un deporte casi vetado en éxitos hasta ahora para su sexo.
Hija de un mecánico de David de Gea, se subió a la moto de su hermana con tres años y pronto vio que su futuro tenía que estar vinculado a las dos ruedas.Debutó y puntuó en el CEV con 14 años, con 16 años se convirtió en la primera española, y quinta en la historia, en puntuar en el Mundial (fue 15ª en Moto3 en Malasia 2013) y hoy ha puesto su nombre con letras de oro en los libros de historia de las dos ruedas en la pista lusa del Algarve en la categoría World SSP300 que forma parte del Mundial FIM de Superbike.
David Clares Pozo (WSBK)
Pese a su talento, sus resultados, su constancia, trabajo y tenacidad... el factor económico la fue bajando de las motos, incluyendo tener que regresar al CEV, y la ha llevado esta temporada a participar esta temporada en la mencionada categoría, que ha tomado el relevo de la European Talent Cup, con el ETG Racing de la Escola Técnica de Girona. Carrasco ya había apuntado muy buenas maneras en las seis carreras precedentes del calendario 2017, de hecho llegaba undécima a la cita del Algarve, pero en la prueba lusa todo salió bien.
Tercera en la parrilla tras una brillante sesión clasificatoria, Ana realizó una sensacional carrera que la llevó a liderar la prueba al comienzo de la última vuelta. A pocas curvas de la bandera ajedrezada fue adelantada por Marc García y el italiano Alfonso Coppola, nuevo líder tras ser segundo a espaldas de Carrasco y superando por un único punto a García. Carrasco no se puso nerviosa, no dudó y sabiendo que estaba ante una oportunidad única pegó mucho su Kawasaki a las Yamaha que le predecían y utilizó el rebufo en la recta de meta para ganar con 53 milésimas de ventaja.
Carrasco, que ahora es séptima en la general del Mundial, estaba eufórica: "Estoy muy, muy feliz. Esto es algo increíble, hemos trabajado muy duro para conseguirlo y quiero dar las gracias a todo el equipo que se ha esforzado muchísimo. Esta victoria es un sueño hecho realidad para mí y creo que también es fantástico para el campeonato".
Hija de un mecánico de David de Gea, se subió a la moto de su hermana con tres años y pronto vio que su futuro tenía que estar vinculado a las dos ruedas.
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