El gobierno de May ha tomado la decisión tras la explosión de una bomba casera en el metro de Londres que ha ocasionado 29 heridos.
Cordón policial en la estación de metro de Parsons Green, en Londres. HANNAH MCKAY REUTERS
El Gobierno británico ha aumentado este viernes el grado de amenaza terrorista a "crítico", el más alto en la escala y que significa que hay riesgo de atentado "inminente", según ha anunciado la primera ministra Theresa May. "La gente verá más policía armada en el transporte público y en nuestras calles, brindando protección adicional", ha explicado May. La decisión se ha tomado en plena operación de búsqueda de los terroristas que esta mañana han hecho estallar una bomba casera en la estación de metro de Parsons Green en Londres y que ha provocado 29 heridos. El ataque, el quinto en Reino Unido en lo que va de año, ha sido asumido por el Estado Islámico a través de la agencia de noticias Amaq, vinculada al grupo que lidera Abú Bakr al Baghdadi.
La decisión de subir el nivel de amenaza, según el Gobierno, ha sido tomada por el Centro de Análisis Conjunto de Terrorismo, compuesto por representantes de 16 departamentos del Gobierno y con sede en las oficinas de los servicios secretos MI5. La última vez que Reino Unido se encontró en el nivel de alerta crítico fue después del atentado en el Manchester Arena, este mayo. Se mantuvo cuatro días.
La explosión del artefacto casero se ha producido en un convoy que cubría en hora punta la línea District Line (verde) a la altura de la parada Parsons Green, en el suroeste de la ciudad. El Servicio Nacional de Salud (NHS) ha informado de que 29 personas han sido atendidas en hospitales, aunque ninguna en peligro de muerte. La mayoría de los heridos, según la policía, sufre quemaduras por la "bola de fuego" que se produjo y que han descrito los testigos, mientras que el resto tiene cortes o magulladuras producidas al tratar de huir del lugar. La primera ministra, Theresa May, ha afirmado en una comparecencia que el artefacto pretendía "causar daños significativos". A las 19.00, los vecinos ya habían sido escoltados hasta sus casas y permanecía cerrada la estación de metro, según ha informado el Ayuntamiento de Hammersmith y Fulham a través de Twitter.
El comisionado adjunto de la Policía Metropolitana, Mark Rowley, ha asegurado que se han desplegado "cientos de agentes" para investigar lo sucedido y tratar de encontrar al responsable de la colocación del artefacto. En la investigación, liderada por el Mando Antiterrorista de la Policía, está colaborando el Servicio de Inteligencia de Interior (MI5). Fuentes policiales citadas por los medios británicos han asegurado que el artefacto explotó parcialmente y que parece que el detonador falló. De haber funcionado, podría haber provocado numerosas víctimas al ser hora punta en un vagón de un tren con capacidad para 865 pasajeros.
Tras dejar claro que los londinenses van a ver "un aumento considerable" de la presencia policial en las calles, especialmente en el transporte, el comisionado adjunto de la Policía ha pedido la colaboración de los ciudadanos que tengan información o imágenes que puedan ayudar a los investigadores. "Pedimos a la gente que esté vigilante y alerta pero no alarmada", ha añadido. Por último, ha dicho que la investigación está en curso, que todas las líneas están abiertas y que no hay detenidos en relación con este ataque.
"Esta noche y este fin de semana habrá policías adicionales -incluyendo oficiales armados- en nuestras calles para mantenernos a salvo. También habrá personal militar desplegado para proteger sitios sensibles que están cerrados al público", ha explicado el alcalde de Londres Sadiq Khan a través de un comunicado en el que añade que los policías adicionales de servicio en la red de transporte están "visibles".
Los cuatro ataques terroristas que ha sufrido Londres han causado 36 muertes en lo que va de año. El incidente de este viernes ha llevado a muchos londinenses a recordar el 7 de julio de 2005, cuando una serie de ataques de terroristas suicidas yihadistas en la red de transportes de Londres causó 52 muertos y más de 700 heridos.
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