Mikel Ayestarán
La relación entre Arabia Saudí y Qatar vuelve a tensarse y Riad anunció ayer la suspensión del diálogo con el país vecino a las pocas horas de una conversación telefónica entre los líderes de ambos países, la primera desde el estallido de los problemas entre estos dos antiguos aliados. Las informaciones aparecidas en las agencias oficiales de cada país sobre el contenido de esta conversación entre el emir de Qatar, Tamim bin Hamad al Zani, y el heredero de la corona saudí, Mohamed bin Salman, fueron la causa de este nuevo desencuentro que alarga la crisis que estalló el 5 de junio cuando Arabia Saudí, Bahrein, Egipto y Emiratos Árabes Unidos decidieron imponer un bloqueo a Doha tras acusarle de promover el terrorismo.
En un primer comunicado, la agencia oficial saudí, SPA, informó de la llamada del emir de Qatar al heredero de la corona y hombre fuerte de la casa real saudí «para proponerle abrir negociaciones» y señaló que «los detalles» de la conversación serían anunciados después de que Arabia Saudí se reuniera con Egipto, Bahrein y Emiratos Árabes Unidos. Desde el lado qatarí, la agencia oficial QNA señaló que durante la conversación ambas partes mostraron su deseo de «resolver la crisis a través del diálogo para asegurar la unidad y estabilidad del Consejo del Golfo» (organismo formado por Bahrein, Kuwait, Omán, Qatar, Arabia Saudí y Emiratos) y adelantó que las autoridades de Doha veían con buenos ojos el plan saudí de «nombrar dos enviados especiales para intentar superar las diferencias».
Acusaciones
El anuncio de este plan que Mohamed bin Salman habría puesto sobre la mesa, según QNA, provocó el enfado saudí cuya agencia, de forma inmediata, emitió un nuevo comunicado para acusar a sus interlocutores de «distorsionar los hechos» y como consecuencia de ello anunció «la suspensión de todo diálogo y comunicación».
Esta conversación telefónica, que estaba llamada a ser un primer paso hacia la reconciliación, se produjo pocos días después del viaje del emir de Kuwait a la Casa Blanca , donde el presidente Trump mostró su disposición a ejercer de mediador. Esta tarea es la que han intentado sin éxito los kuwaitíes desde el primer momento. Washington está en mitad de la crisis ya que desea mantener buenas relaciones con dos países con los que ha cerrado acuerdos millonarios de venta de armas en los últimos meses. En el caso de Qatar, además, allí se encuentra la mayor base estadounidense en Oriente Medio.
El hajj, la peregrinación a la Meca que los musulmanes deben realizar al menos una vez en su vida y que se celebró la semana pasada, supuso un pequeño paréntesis en la crisis más grave que vive el Golfo en los últimos años. Las autoridades de Riad reabrieron de forma temporal la frontera para permitir la entrada de peregrinos qataríes, un gesto que fue interpretado como un acercamiento de posturas.
Hasta el momento, Qatar no solo no da marcha atrás ante el bloqueo, sino que a finales de agosto anunció el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Irán, el gran gigante chií de la región, y que reabrirá su Embajada en Teherán. Romper todos los lazos con los iraníes es una de las 13 demandas que Arabia Saudí y sus aliados exigen al Gobierno de Doha para levantar las medidas de castigo, pero los qataríes se niegan a aceptar estas exigencias y defienden que nunca negociarán bajo presión. Por ello tampoco han cerrado el canal Al Jazeera ni han pedido a Turquía que retire sus tropas del país, las otras dos exigencias más importantes del documento.
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