miércoles, 8 de marzo de 2017

Cien años y superviviente del campo de concentración de Gurs. 4º ESO

EL MUNDO PAPEL
Ander Izaguirre
Fotografía por Mauro Saravia

Unos barracones al pie de los Pirineos franceses fueron la 'cárcel' de miles de refugiados de la Guerra Civil. Luego pasaron por allí comunistas, gitanos... y 3.907 judíos que acabarían gaseados en Auschwitz.

A sus 100 años, Luis Ortiz Alfau regresa al campo para relatar aquel horror.


No es un bosque natural: lo plantaron en 1950 para cubrir la llanura de Gurs, para ocultar una vergüenza. Es una masa oscura de robles muy altos, de 20 o 30 metros, que levantan las ramas como brazos agitándose en el cielo, contra las nubes grises, contra la mancha azul de los Pirineos. Han crecido eficaces contra la memoria: entre los árboles, Luis Ortiz Alfau no encuentra vestigios del campo de concentración al que lo trajeron en abril de 1939.
-Del campo no queda casi nada, el cementerio y poco más, pero me gusta el barracón -dice Luis, y señala un pabellón de madera medio oculto entre los robles. Es una réplica de los barracones de los presos, construida durante los empeños recientes por recuperar la historia de Gurs.
Entre 1939 y 1945, en este campo de concentración encerraron a 63.929 personas -milicianos, gudaris, comunistas, judíos, gitanos, putas, extranjeros en general-, y, de todas ellas, quedan muy pocas vivas. Apenas una decena. Entre ellas Luis. Al que todavía le quedan fuerzas para acudir al homenaje anual que allí celebra.
Luis tiene 100 años. Han pasado 78 desde que encerraron aquí a este republicano bilbaino, que pasó por las peores derrotas de la Guerra Civil -incluyendo el bombardeo de Gernika o la huida bajo la nieve de Cataluña a Francia-, que fue encerrado en Gurs, que después sobrevivió a los campos de concentración de Deusto y Miranda de Ebro y al trabajo esclavo en el Pirineo navarro, que pagó sobornos en la posguerra para que eliminaran su ficha de desafecto al franquismo -porque con esa ficha no conseguía ningún empleo-, que se tuvo que callar toda la vida y que por fin, a los 87 años, empezó a hablar en público.
-Yo he estado hibernando como los osos. Y sabes que los osos, cuando se despiertan, tienen mucha hambre y están muy activos, ¿no?


No hay comentarios:

Publicar un comentario