EL PAÍS brexit
Claudi Pérez
El documento alerta de una caída de varias décimas de PIB, el impacto sobre exportaciones y turismo, y recalca que Madrid debe aportar 888 millones extra al presupuesto de la UE
Paso de vehículos en la frontera de Gibraltar con España el jueves. En el vídeo, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. MARCOS MORENO ATLAS
Se
avecina un Brexit duro;
los divorcios siempre lo son. Para la
UE, para Londres y para España: un informe interno del Gobierno destinado a la
comisión sobre el Brexit que preside Soraya Sáenz de Santamaría alerta
del fuerte impacto sobre España de la salida británica de la UE. La economía
“sufrirá las consecuencias negativas” de la marcha de un gran socio comercial.
La situación de los británicos que residen en España y los españoles que viven
en las islas está en el alero: el Brexit provocará
“innumerables repercusiones” para más de un millón de personas en total, apunta
el documento al que ha tenido acceso EL PAÍS.
España está muy expuesta: el impacto del Brexit se llevará entre dos y cuatro décimas de
crecimiento del PIB (entre 2.000 y 4.000 millones de euros), dice el informe
citando al FMI y a la Comisión Europea. El Gobierno deberá aportar 888 millones
extra al presupuesto de la UE, según las primeras estimaciones, y Murcia o
Melilla pueden perder fondos europeos. Los efectos se dejarán notar en sectores
medulares como el alimentario, el automovilístico y el turismo, con una caída
de exportaciones de unos 500 millones; de hasta 1.000 millones en el peor de los
escenarios. El documento teme los efectos sobre las grandes empresas más
expuestas al mercado británico: Banco Santander (un 12% de sus ingresos procede
de Reino Unido), Telefónica (30%) e Iberdrola (14%), que suman
un tercio del Ibex, podrían sufrir de lo lindo.
Pero más allá de las magnitudes económicas, el documento subraya las
repercusiones para la ciudadanía en asuntos de gran calado: tanto la política
migratoria y de libre circulación como Gibraltar, los capítulos de justicia e
interior, de agricultura, pesca o de universidades, entre muchos otros, se
verán seriamente afectados; incluso con consecuencias en aspectos tangenciales
como la piratería informática o el fútbol. El Brexit “puede tener
trascendencia para los futbolistas españoles en Reino Unido”, apunta el papel.
Ese informe, firmado por la Representación Permanente de España ante la UE
y con contribuciones de la Embajada en Londres y diversos Ministerios, no explicita la
posición política de España, pero de su lectura se desprende que Madrid quiere
un Brexit suave, no un enfoque punitivo que
castigue a Londres.
Aunque España es consciente de que viene lo contrario:
“El discurso de Theresa May del pasado 17 de enero es definitivo”; “excluye un
nuevo marco de relación que suponga el mantenimiento del Reino Unido en el
mercado interior”.
El texto enfatiza la necesidad de que Bruselas tenga en cuenta las demandas
españolas en la negociación —con posiciones similares a Irlanda, Polonia o
Italia— en asuntos como la Seguridad Social, la libre circulación o el turismo.
“El objetivo es dar certidumbre a los ciudadanos y apoyar a la Comisión en su
papel negociador. Al final del proceso, Reino Unido no puede estar en mejor
situación fuera que dentro de la UE. Pero si Londres no juega sucio, lo mejor
sería no hacernos daño mutuamente”, según fuentes españolas.
Caída de exportaciones
El impacto del Brexit “será mayor en Reino Unido”, pero la UE y España “sufrirán también consecuencias económicas negativas”, reza el documento. “Las relaciones económicas entre Reino Unido y España son muy estrechas”, añade. La balanza comercial ha sido favorable a España la última década. Reino Unido es el primer destino de la inversión española, el primer mercado turístico, el primer destino de la emigración española. Y el impacto llegará por varias vías. En lo comercial, el Brexit provocará una caída de exportaciones de hasta 464 millones en el escenario más probable (un acuerdo bilateral como el de Canadá, según España), especialmente en el automóvil, la alimentación y la industria farmacéutica. Para evitar que la factura sea más elevada, Exteriores ha apoyado varias demandas clave de Londres, como negociar un pacto comercial transitorio en paralelo al acuerdo de divorcio. El informe habla de “medidas transitorias” en diversos ámbitos.
Más allá de la exportación y el turismo —con 15 millones de turistas
anuales afectados por la depreciación de la libra—, las consecuencias del Brexit se dejarán notar en el canal migratorio (hay estimaciones que cifran en
800.000 los británicos en España, el tercer grupo más numeroso tras rumanos y
marroquíes, y unos 300.000 españoles en Reino Unido). Pero el canal inversor y
financiero es quizá el más delicado por la incertidumbre generada.
El informe alerta de la “alta exposición” de la banca:
hay registrados 412.000 millones de dólares en derechos de crédito sobre
contrapartes británicas. El Gobierno teme el impacto en las empresas con mayor
exposición: Santander, Iberdrola y Telefónica (y en menor medida Sabadell y
Aena) se arriesgan a los efectos negativos de una rebaja del rating de Reino Unido, a la caída de la libra, a los efectos de la incertidumbre
sobre la inversión y a un revolcón en sus beneficios por los costes de los
cambios regulatorios. En el caso de Telefónica, con 25 millones de clientes en O2,
“el Brexit puede tener un impacto sustancial”.
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