Juan Diego Quesada
Borut Pahor, presidente de Eslovenia, fotografiado en el hotel Ritz de Madrid ULY MARTÍN
El mandatario cree que la dejadez de Bruselas podría hacer que aumente aún más la influencia de Rusia en la región.
En una época en la que el europeísmo no cotiza al alza, Borut Pahor es de los que nada a contracorriente y cree que la Unión Europea debe ser más ambiciosa en su política exterior y tratar de influir con más energía en los Balcanes. En caso contrario, el presidente de Eslovenia parece convencido de que la región— una tesis que también sostuvo el presidente europeo Jean-Claude Juncker en Financial Times— podría retroceder dos décadas, es decir, a los años de la guerra.
“Siempre les digo a mis colegas de Bruselas que hay una necesidad de prestar atención a lo que está ocurriendo allí, y liderar y solucionar los problemas. Si no, hay posibilidades de regresar a los noventa. Y seguro que usted recuerda lo sangrientos que fueron esos años”, señala Pahor, de 53 años, durante una conversación en Madrid.
El presidente esloveno —alto, fibroso, bronceado— sostiene que el impulso europeo es clave para llevar a cabo las reformas democráticas que necesitan los países del entorno, centradas en el imperio de la ley y la lucha contra la corrupción. Sin el apoyo de a quienes se refiere como colegas, lo ve “muy difícil”.
Ese espacio lo podría ir ocupando, como cada vez es más palpable en la región, la influencia de Moscú. “Y eso no sería bueno para el futuro de los Balcanes”, añade, aunque reconoce una reciente derrota de Vladimir Putin con el acceso de Montenegro en la OTAN, que se oficializó el 5 de junio. Rusia había intentado por todos los medios —los montenegrinos llegaron a denunciar un complot serbo-ruso para asesinar a su primer ministro— que el país siguiese siendo neutral. Sin éxito.
Pahor se arranca entonces con una frase que se atribuye por error a Winston Churchill pero que es igualmente redonda, sea quien sea su autor: “Los Balcanes producen más historia de la que son capaces de digerir”.
ESLOVENIA GANA TERRENO AL MAR A COSTA DE CROACIA
Un Tribunal de Arbitraje de La Haya dio esta semana la razón a Eslovenia en su conflicto con la vecina Croacia por su frontera marítima. Liubliana debería ganar en los próximos meses territorio pero Zagreb ya ha dicho que no acepta la decisión. "Le tengo el máximo respeto a las leyes internacionales e invito al resto de gobiernos a aceptar sus decisiones", dice Pahor sobre el contencioso. La bahía de Pirán es el principal terreno en disputa, ya que eran unas aguas que pertenecían a la extinta Yugoslavia.
Hay algo de cierto. Las guerras de los noventa desintegraron la República Federal de Yugoslavia —Eslovenia fue el primer país en independizarse— y entonces comenzó un proceso de reconstrucción de las naciones resultantes, algunas fracturadas y fallidas como Bosnia y sus dos entidades casi independientes, a lo que hay que añadir otros problemas latentes como la situación de Kosovo. Con amenazas veladas y el tono bélico de los peores años instalado en la clase política, algunos creen que la situación de la región es altamente inestable y solo necesita de la chispa que encienda la pradera para volver al pasado.
Pahor es un firme defensor de que los países inmersos en un proceso de negociación para entrar en la UE, como Serbia o Montenegro, acaben sumándose al club (Eslovenia, un país de dos millones de habitantes, lo hizo en 2004). “Todos los países juntos suman 20 millones de personas. La capacidad de absorción de Europa es suficientemente fuerte para meterlos a todos dentro".
En el caso esloveno, la independencia unió a la sociedad por un mismo propósito pero, una vez conseguida, la polarización entre la derecha y la izquierda fue en aumento. ¿Cómo mirar al pasado después de 50 años sin democracia y con tantos rencores heredaros? Pahor, primer ministro entre 2008 y 2012, año en el que se presentó a la presidencia, es un socialdemócrata visto en su país como un político en busca de la reconciliación nacional: “Hay que caminar juntos. Y déjeme decirle que en eso admiro mucho a España y la figura de Adolfo Suárez. Ustedes lo consiguieron, es un éxito fantástico. Ojalá nosotros también podamos”.
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