El país más militarizado del mundo amenaza a Corea del Sur, Japón y EEUU. Pero ¿es realista la amenaza? ¿Tiene medios para imponer tanto miedo?
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No debería estar llamado a meterle excesivo miedo a Occidente, pero lo hace. Corea del Norte es un país aislado, con escasos apoyos internacionales más allá de China y Rusiay que no pasan, precisamente, por el mejor momento, después de que las dos potencias hayan apoyado en la ONU sanciones contra sus ensayos militares. "Lo pagarán caro", advierte Pyongyang. Sin valedores perpetuos y en la lista de los diez más pobres del planeta. No parece mucho para acaparar la atención del mundo, a priori.
Sin embargo, forjado sobre esa miseria, ha construido un entramado que lo convierte también en el estado más militarizado del mundo. Su armamento es obsoleto pero letal y por eso sí, pese a todo, es una amenaza para Corea del Sur, Japón y EEUU, sus principales adversarios.
Aquí tratamos de hacer un repaso a su poderío defensivo, lo que los analistas llaman su "último seguro de vida", para poner en contexto la nueva escalada de ensayos y amenazas, correspondidas con movimientos estadounidenses sobre el tablero asiático y con bravuconadas de Donald Trump, y que nadie sabe dónde nos llevarán.
UN EJÉRCITO QUE ES UN PUEBLO
El mandatario norcoreano, Kim Jong Un, comanda un ejército que es casi un pueblo, de tan numeroso. Según datos aportados en los últimos cinco años por el Departamento de Estado de EEUU, las fuerzas armadas del país tienen entre los 1,1 y 1,2 millones de efectivos, sobre una población de 25,3 millones de habitantes, es decir, sobre un 5% del total. Un número que convierte al norcoreano en el cuarto ejército del mundo en número de soldados y mandos.
A ellos hay que sumarles otros siete millones largos de reservistas que pueden ser movilizados en cualquier momento de emergencia y que proceden de cuerpos como la Guardia Roja de Trabajadores y Campesinos, la de los Jóvenes o diversas unidades paramilitares. Ronda así el 40% de la población disponible para el combate, en un país donde todo el mundo tiene formación militar: el servicio es obligatorio para hombres (10 años) y mujeres (siete).
EL LASTRE DE LA ECONOMÍA
Las armas con que cuenta Pyongyang abarcan un catálogo amplio, desde material ligeramente refinado respecto a clásicos de la Segunda Guerra Mundial o de los años de la grandeza soviética a nuevos misiles de vanguardia. La inmensa mayoría se encuentra en un término medio: hay muchos medios pero son antiguos y nadie sabe cuán efectivos continúan siendo.
Pese a lo obsoleto de ese material, según los datos aportados por el Gobierno de Washington, el esfuerzo económico que se hace para mantenerlo y modernizarlo sigue dejando tiritando las arcas del país, absolutamente empobrecido. Se calcula que ha habido épocas en las que se ha llegado a destinar entre el 25 y el 40% del gasto total del Ejecutivo a la cartera de Defensa, directamente a inversiones militares. El dato más reciente, del periodo 2004-2014, indica que la horquilla de gasto oscila entre el 15 y el 25% del PIB local. O dicho en millones: de 3.105 a 6.800 millones de euros.
El gasto y el número de efectivos no han conseguido que sea, pese a todo, una vanguardia en las milicias del mundo, ya que las clasificaciones mundiales -como los informes de la OTAN- lo colocan como el país número 35 (a veces el 36 o incluso el 37) en cuanto a poder militar. España está por encima, sin ir más lejos.
Mientras gastan a manos llenas en algo que no les da de comer, el PIB per cápita del llamado reino ermitaño llega a 433 euros, lo que pone al país asiático en el puesto 184 entre 196 naciones, comparable al de Ruanda y Haití. En la década de los 90 enfrentó la amenaza de una hambruna generalizada y su economía tardó largo tiempo en recuperarse del desastre.
¿TIENE ARMAS NUCLEARES?
Sí. La comunidad internacional ha tratado de impedirlo, con avisos, resoluciones y sanciones de la ONU a Corea del Norte, pero nada a servido para disuadir al Gobierno de avanzar en su programa atómico. Fue Kim Il Sung, el abuelo de Kim Jong Un, quien tomó la decisión de desarrollar armas nucleares, una respuesta a la pérdida de confianza en sus padrinos de entonces y de ahora, Pekín y Moscú, ante una hipotética invasión por parte de Estados Unidos. Tanto Kim Il Sung como su hijo, Kim Jong Il, el padre del actual líder, entendieron que la bomba atómica constituía una necesidad existencial, el seguro por el que serían intocables frente a otras potencias, lo que permitiría la pervivencia de su régimen.
Fue en 2006 cuando Corea del Norte anunció formalmente que había realizado con éxito una prueba con una bomba atómica. Un año después, afirmó que tenía ya armas nucleares. Diversos cuerpos de Inteligencia internacionales como los norteamericanos, los británicos y hasta los israelíes sostienen que podría contar con una decena de dispositivos preparados. Lo que no se sabe es si están en condiciones de ser armados en misiles o pueden ser ensamblados como bombas y ser usados en ataques aéreos. El contenido es preocupante, pero sin el continente poco se puede hacer, de ahí que la llamada miniaturización sea una clave hoy: cómo reducir, condensar y colocar.
Desde su llegada al poder hace seis años, Kim Jong-un ha acelerado aún más el desarrollo del arsenal nuclear y, sobre todo, de los misiles balísticos de su nación. El pasado 3 de septiembre su gobierno anunció que la bomba de hidrógeno que había obtenido hace un año se ha probado ahora con "total éxito" instalada en uno de sus misiles balísticos intercontinentales (ICBM). Esto es: tendrían la bomba y el medio de transportarla a un objetivo. El Ministerio surcoreano de Defensa estimó hoy lunes que la potencia del test fue de 50 kilotones, lo que supone aproximadamente el quíntuple que su ensayo atómico previo.
Existen "abundantes evidencias", abunda EEUU, de que al menos se han hecho cuatro pruebas nucleares por parte de este país, pero la información sobre su éxito es confusa. Se ha informado al Congreso norteamericano de que dos de ellas fueron parcialmente fallidas. Primitivas o no, ensamblables o no, Corea del Norte tiene armas atómicas y eso ya es motivo de estremecimiento para el mundo.
¿Y ARMAS QUÍMICAS?
También. Un "extenso arsenal", dice EEUU. Importante por lo que ya tiene (entre 2.000 y 5.000 toneladas) y por lo que es capaz de transformar a partir de ahí, con agentes de tipo binario, los que por separado no hacen mal pero unidos son tremendamente dañinos.
Entre los elementos que se supone que tiene sin duda hay gas mostaza, gas sarín, cloro y agentes nerviosos varios.
Corea del Norte es firmante de la Convención sobre Armas Biológicas (desde 1987), pero pese a que se comprometió entonces a no producir ni comprar ni vender ni almacenar este tipo de armamento, podría poseer también armas de esta clase. Expresamente, se ha informado de un supuesto silo de ántrax o carbunco, protagonista de aquellos envíos por sobre en EEUU que alarmaron al mundo en 2001.
TIERRA, MAR Y AIRE
El Libro Blanco de la Defensa del Gobierno de Corea del Sur ha aportado datos sobre el poderío de su enemigo, actualizados supuestamente a 2016. En él se explica que gran parte de los medios de que dispone el Norte están concentrados en su frontera sur, muy cerca de la zona desmilitarizada, una manera de amedrentar constantemente al vecino y de amagar con ataques raudos y por sorpresa, unas 24 horas de media tendrían tanto Seúl como Washington para poder responder si se da el caso.
Su fuerza terrestre, dice esta fuente, se compone de 4.300 tanques, 8.600 cañones, 2.500 vehículos armados, 5.500 lanzacohetes múltiples y 10 más de 300 milímetros. Potente, pero poco útil, porque aún se le quedarían lejos objetivos estratégicos en Corea del Sur -evidentemente, no llegaría a EEUU o Japón- porque su artillería no cubre tantos kilómetros. Y porque gran parte de este armamento aún data de los años 60 y 70.
Ahí están, por ejemplo, los tanques Chonma-Ho, que no son más que copias que, por decirlo así, traen poco de serie: blindaje, radares, lentes... Se ha mejorado la situación con los Pokpung-Ho IV, que pueden llevar misiles antiaéreos, pero de esos hay muy pocos, porque las sanciones internacionales han impedido la entrada de material en el país. Esos pocos, eso sí, han sido profusamente lucidos en los numerosos desfiles que se celebran en Pyongyang.
De usar todo este dispositivo terrestre, Corea del Norte tendría dos problemas: que dejaría al aire sus posiciones de ataque y que sería difícil no llamar la atención de sus intenciones, con lo que cuesta por peso y volumen transportar todo este arsenal. Por eso es la vía menos temida, quizá, por la comunidad internacional.
En el mar, existen dos mandos de flota, uno en cada costa (mar de Japón y mar Amarillo). Cuenta con 13 escuadrones navales y dos brigadas marítimas con francotiradores, según el White Paper de Seúl, a los que se suman 430 buques de superficie, 250 anfibios, 20 dragaminas, 40 auxiliares y 70 submarinos, la mayor flota submarina del mundo. Suma 1.630 aviones dispuestos en cuatro posiciones diferentes, igualmente centrados en el sur pero de ubicación precisa desconocida. Su Armada destaca por contar con además con un sistema de radares que monitorean toda la península de Corea. También por este flanco puede acometer ataques rápidos, sin una preparación excesiva.
En el caso de la fuerza aérea, dispone de 810 cazas de guerra, 30 aviones de vigilancia y control, 330 de transporte de medios y personal, 170 de entrenamiento y 290 helicópteros. Las aeronaves corresponden a modelos soviéticos como los MiG 19, 21 y 23, los Su-7, Su-25 y bombarderos Il-28. Pueden llevar mucho armamento, pero sólo a zonas próximas, por sus notables carencias, dada su antigüedad, desde el gasto excesivo de combustible a la falta de precisión en los disparos.
Tanto en Seúl como en Washington repiten que la vejez media de estos dispositivos es de unos 20 años, por lo que se desconoce con precisión el grado de utilidad que podrían tener hoy. Una cosa está clara: son suficientes para iniciar una ofensiva, aunque la réplica sería casi imposible de soportar, frente a quien tiene mejores tanques, barcos y aviones.
¿QUÉ PODER TIENEN SUS MISILES?
Según el Instituto George C. Marshall de Arlington (EEUU), se cree que Corea del Norte tiene más de 1.000 misiles de distintas capacidades, incluyendo de largo alcance -los que podrían alcanzar a Estados Unidos-. Su programa de armas ha progresado en las últimas décadas de cohetes de artillería tácticos a balísticos de corto y largo alcance, un proceso desarrollado entre los años 60 y la actualidad, influido por los altibajos con su vecino del sur, los apoyos internacionales y las sanciones de Naciones Unidas.
Los de corto alcance pueden llegar a mil kilómetros o menos; los de medio, a objetivos entre mil y 5.500 kilómetros, y los de alcance intercontinental, a más de 5.500.
Entre los primeros, destacan los Hwasong-5 y Hwasong-6 -también conocidos como Scud-B y Scud-C por su inspiración en el original ruso- y cuentan con alcances de 300 y 500 kilómetros, respectivamente. Transportan cabezas con cargas explosivas convencionales, pero también pueden llevar cabezas biológicas, químicas o nucleares. Ambos misiles han sido probados y utilizados.
Entre los de medio alcance, se encuentra el Nodong, que abarca mil kilómetros -llega a Japón y Corea del Sur-, un 50% más largo que el Scud típico y con un motor más poderoso, del que en 2010 se presentó una variante mejorada que podría llegar a los 1.600 kilómetros, tocando bases de EEUU en Okinawa. Y con un rango mayor están los Musudan -testados en 2016-, que según los servicios de espionaje de Israel llegan a los 2.500 kilómetros de distancia, rango que Washington eleva a 3.200. Fuentes menos creíbles lo extienden hasta 4.000 kilómetros. En cualquier caso, de nuevo suficiente para atacar a sus enemigos, llegando incluso a la isla de Guam, de EEUU. Su carga explosiva no se conoce, pero se estima de entre una y 1,25 toneladas.
Para llegar más lejos, el régimen norcoreano puede recurrir a lo que se llama un misil multietapa, que emplea dos o más partes o "etapas" para cubrir más territorio. Su alcance se estima entre 5.000 y 15.000 kilómetros. El Centro de Estudios de No Proliferación de Armas pone como su máximo alcance los 6.000 kilómetros. El radio de acción se multiplicaría, poniendo incluso al continente americano y a Australia en la diana.
Las últimas pruebas de Corea del Norte tiene que ver con misiles balísticos intercontinentales, los de mayor alcance y mayor carga, entre los que destaca el KN-08o Hwasong-13. Tras las primeras pruebas de motores, el año pasado, ahora el Pentágono cree que su adversario tiene al menos seis de este tipo, que pueden tocar casi cualquier punto de EEUU. Ya se trabaja, además, en una versión mejorada.
Y LA GUERRA ELECTRÓNICA
En los últimos años, ha reforzado su potencia en la guerra digital o electrónica, con estructuras fuera de su territorio -sobre todo en Rusia, China y Malasia- que le permiten dañar sin excesiva responsabilidad. Cuenta con una unidad de piratas, la 121, a quien se atribuye por ejemplo el ataque llevado a cabo contra la distribuidora cinematográfica Sony a raíz del estreno de la película La entrevista, que no gustaba al amado líder. Tiene capacidades importantes de rastreo de información, de interferencia de comunicaciones radiales y de GPS.
La pregunta es si Corea del Norte, que no es un régimen irracional ni suicida, que no está "chiflado", como dice Trump, sigue haciendo tensar la cuerda y, en esa escalada, acaba teniendo un error de cálculo y se pasa de amenazante, o si es EEUU el que entiende que ha ido demasiado lejos, interpreta las señales como definitivas y da pasos desesperados. Pyongyang tiene mucho que usar, viejo pero mortal, y una respuesta de EEUU estaría a la altura de sus formidables fuerzas armadas. Demasiado que temer.
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