Enrique Serbeto
- La UE pide que la respuesta sea coordinada para evitar efectos negativos en el mercado único.
El vicepresidente de la Comisión Europea (CE) de Energía, Maros Sefcovic (i), y la comisaria europea de Transportes, Violeta Bulc (d) - EFE
A la Comisión Europea le ha podido la prisa. Anunciar a bombo y platillo que ha decidido anular el cambio de hora sin haber decidido antes qué hacer con los relojes de los europeos ha sido un error. Ahora que la decisión se ha tomado, pide a los países que decida cada uno si quieren quedarse con la hora de invierno o de verano, lo que a su vez amenaza con generar nuevas polémicas en el seno de los países. La comisaria europea de Transportes, Violeta Bulc, dijo ayer que cuenta «con la racionalidad de los Estados miembros, a la hora de tomar la mejor decisión» y que estos no crearán una situación de desorden en el mercado único y en las fronteras de los países que sería peor que seguir cambiando la hora.
El presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, había anunciado simplemente que se anulaba el ritual de adelantar y atrasar el reloj dos veces al año, porque en una consulta pública se había producido una respuesta masiva de ciudadanos en contra. Según se ha anunciado este viernes, para intentar aclarar las cosas, el último cambio obligatorio a la hora de verano tendrá lugar el domingo 31 de marzo de 2019, momento a partir del cual los países que insistan en volver a la hora de invierno podrían efectuar un último cambio el domingo 27 de octubre de 2019. Es decir, lo que la Comisión le pide ahora a los países es que decidan cada cual si quieren mantener todo el año el horario de invierno o del de verano.
Ahorro energético
El comisario de energía, Maros Sefcovic, insistió en que el ahorro energético del cambio de hora es «marginal» teniendo en cuenta las nuevas políticas de gestión energética, como por ejemplo las nuevas tecnologías utilizadas en la iluminación. Agotados todos los argumentos sobre ahorro energético, que ahora resulta ser irrelevante todo se centrará en saber si se quiere que en los largos meses del frio amanezca antes o después. Teniendo en cuenta que los países del norte de podrían preferir el horario de invierno y los del el de verano, podrían producirse cambios en el mapa de husos horarios en la UE -que actualmente cuenta con tres franjas.
Para el caso de España, en concreto, el Gobierno ha designado una comisión para decidir si deberíamos mantener la misma hora que Francia y Alemania, como hasta ahora, o si nos quedamos con la de Portugal y Gran Bretaña, que se acomoda más a la geografía, pero nos desconectaría del espacio central de Europa. A la comisaria le preguntaron si, por ejemplo, sería posible que ahora dos países pequeños como Bélgica y Holanda o dos tan emblemáticos como Francia y Alemania, podrían llegar a tener ahora horarios diferentes. «En teoría muchas opciones son posibles, no quiero especular sobre lo que los Estados miembros van a decidir, pero teóricamente, sí».
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