Javier Portillo
Las empresas critican la falta de criterio sobre la porción, la unidad de referencia del modelo.
Varios consumidores compran alimentos en un supermercado. ÓSCAR CORRAL
Las cinco grandes multinacionales del consumo (Mondelez, Nestlé, PepsiCo, Coca-Cola y Unilever) han dado marcha atrás y suspenden el sistema de etiquetado por colores que habían diseñado para informar sobre los valores nutricionales de los productos y que tenían previsto implementar en algunos países europeos antes de finales de año. Han tomado esta medida porque no existe un criterio que defina en Europa el tamaño de una porción, que es la unidad de referencia que toman, en lugar de los 100 gramos de producto, para señalar la cantidad de grasas, grasas saturadas, azúcares y sal de los alimentos
Este sistema, conocido como semáforo nutricional, otorga a los alimentos el color verde, ámbar o rojo en función de si la presencia de estos nutrientes es alta, media o baja. Este método, alegan las compañías, permite que el consumidor esté más informado y sea consciente de las características del producto que elige. Fuentes de Nestlé sostienen que el motivo por el que el semáforo que han ideado no utiliza los 100 gramos como referencia es que "existe una variedad muy amplia de productos que se consumen en cantidades inferiores".
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), sin embargo, se felicita por la rectificación de las empresas. Este organismo llegó a pedir a la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan) que impidiera la implantación del semáforo por el sector, porque “las porciones de consumo estaban definidas por las empresas y eran poco realistas”. Este modelo también había recibido críticas de los nutricionistas por no tomar de referencia los 100 gramos. Las porciones, según la OCU, varían en función del alimento, algo que impide la comparación entre alimentos.
La Unión Europea obliga al sector de la alimentación a mostrar a los consumidores la información nutricional por 100 gramos y mililitros "por razones de comparabilidad de los productos en envases de distintos tamaños". Los sistemas de etiquetado de colores son “información adicional voluntaria de la etiqueta”, según fuentes de Nestlé. Y por ello, siguen, “recogen la información por porción realmente consumida”. Pero el Reglamento del Parlamento Europeo que regula la información alimentaria alerta de que "no hay pruebas suficientes en toda la Unión de que el consumidor medio entiende estas formas alternativas de presentación de la información nutricional".
Nestlé llama a la Comisión Europea y al resto de países de la Unión a “acordar una solución común para la interpretación del etiquetado de los alimentos”. Y, por ello, hasta que no se logre, las multinacionales se retiran del proyecto de etiquetado por colores después de que “algunos gobiernos no compartieran el criterio de tomar la porción como referencia y sobre la que se basa el sistema”, según informan fuentes de Nestlé, que añaden que “puesto que no existe una definición legal del tamaño que debe tener una porción, se retira del desarrollo del etiquetado".
La multinacional francesa anima a la Comisión Europea y al resto de estados a fijar los tamaños de porción y que estos estén basados en el consumo real. Algo que también hace el propio ministerio de Sanidad: "La Comisión tiene que adoptar, junto con los Estados miembros las normas sobre la expresión por porciones". El departamento de dirige la ministra María Luisa Carcedo recuerda, además, que para ello se deben tener en cuenta las conductas de consumo y las recomendaciones de dieta.
Según la OCU, que también aboga por "un sistema único en Europa de etiquetado", la falta de claridad sobre la medida de una porción iba a provocar que hubiera productos con alto contenido en grasas a los que el modelo de la industria iba a otorgar mejor tratamiento que el modelo Nutri-score, propuesto el pasado lunes el ministerio de Sanidad y que, según informa, va a comenzar la elaboración del proyecto de ley que lo implemente. Aunque Nutri-score será voluntario y servirá de complemento para el obligatorio que estipula la normativa europea, según recoge Efe citando fuentes del ministerio.
Este sistema, que se instauró en Francia hace seis meses, también es un gráfico de colores, en el que el verde oscuro y el verde claro identifican a los alimentos más saludables; mientras que el naranja y el rojo lo hacen con los de menor calidad nutricional. Eso sí, a diferencia del semáforo de la industria, toma como referencia 100 gramos de producto. Y utiliza dos colores más. Sanidad considera que la retirada del modelo de etiquetado del sector "es un paso adelante de cara a la implantación del esquema nutricional que han propuesto en España".
Eso sí, según han precisado las cinco multinacionales, continuarán realizando las pruebas del sistema de etiquetado de colores que han diseñado en las bebidas, porque estas, dicen, no se consumen en porciones inferiores a 100 mililitros. "El debate sobre los tamaños de porción no aplica en este caso". Estas empresas expresan su disposición a contribuir para que la Unión Europea adopte un sistema de etiquetado común para el resto de alimentos.
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