Lourdes Baeza
- La Autoridad Palestina critica el trayecto porque la ruta penetra en Cisjordania.
Estación del nuevo servicio en el aeropuerto de Ben Gurion. GALI TIBBON AFP
El tren rápido que unirá Jerusalén y Tel Aviv comienza ver la luz al final del túnel. Con diez años de retraso (el estreno estaba previsto para 2008) y un considerable aumento en el presupuesto final (2.000 millones de dólares, el doble de lo estimado inicialmente), el primer tramo de la ruta une a partir de este martes la Ciudad Santa con el principal aeropuerto del país, el David Ben Gurion, a 52 kilómetros por carretera. Este nuevo servicio pretende recortar significativamente el tiempo de viaje entre las dos ciudades y el aeródromo. La Autoridad Palestina ha criticado el nuevo servicio porque la vía penetra en Cisjordania.
El recorrido trascurre a través de ocho viaductos y cinco túneles, necesarios para salvar el desnivel de 786 metros entre el aeropuerto, cercano a la costa, y Jerusalén. Se tarda apenas 20 minutos (en carretera, al menos 40 minutos). Cuando entre en servicio el tramo hasta Tel Aviv, el tiempo de viaje entre ambas ciudades será de casi media hora. En el tren tradicional ese mismo trayecto dura una hora y cuarenta minutos, mientras que coger un autobús o un taxi suele resultar problemático por el denso tráfico que domina la atestada autovía que une los dos puntos.
La recién inaugurada estación de Yitzhak Navon, en Jerusalén, era este martes un hervidero de usuarios deseosos por estrenar el tren. Muchos niños y pocas maletas —para ser una ruta directa al aeropuerto— en una jornada en la que numerosos israelíes han querido aprovechar las vacaciones escolares de Sukot (la fiesta de los tabernáculos que conmemora los 40 años que los judíos pasaron vagando por el desierto) para viajar en familia y comprobar cómo funciona el nuevo servicio. “Me pareció una excelente idea para entretener a los niños. Para ellos es toda una aventura viajar en un tren tan moderno”, cuenta Esti, una madre religiosa judía que aprovecha la ocasión para llevar a sus seis hijos a conocer el nuevo tren.
Durante los próximos 90 días, utilizar el servicio al aeropuerto será gratuito pero solo para los usuarios registrados en posesión de la Rav Kav, un abono transportes que también se puede obtener en el momento en la nueva estación. Una vez en posesión de la popular tarjeta verde hay que solicitar en la web de los ferrocarriles israelíes el billete y con ese comprobante impreso o en el móvil, acudir a canjearlo en la entrada de la estación. “No esperaba tanto trámite. La próxima vez iré en autobús”, asegura enfadado un pasajero.
Empleados del ferrocarril identificados con chalecos azules y amarillos indican a los pasajeros en la entrada de la estación los pasos a dar para poder acceder al andén, del que cada 30 minutos parte un tren. Hoy es el primer día para el público pero la ruta la estrenó el pasado jueves el primer ministro, Benjamín Netanyahu, que calificó el viaje de “momento histórico” porque, tras multitud de aplazamientos, pudo inaugurar el considerado como el mayor proyecto de ingeniería realizado hasta la fecha por el Gobierno israelí.
Entre el aeropuerto y la Ciudad Santa la complicada orografía del terreno ha sido el principal obstáculo en la construcción de la ruta. Entre la terminal aérea y Tel Aviv (a unos 22 kilómetros) la lentitud para instalar el cableado eléctrico sigue dando dolores de cabeza a los ingenieros de la Sociedad Española de Montajes Industriales, la filial del grupo ACS que desde 2015 se encarga de esa parte del proyecto. En ese tramo la dificultad deriva en conciliar los cortes necesarios en el tráfico ferroviario para adaptar la antigua vía a la alta velocidad, que las autoridades israelíes admiten, no superará los 130 kilómetros por hora.
El Gobierno israelí quiere ampliar la vía hasta las inmediaciones del Muro de las Lamentaciones
La nueva ruta no está exenta de polémica porque en dos tramos rebasa la Línea Verde —la divisoria trazada tras el armisticio árabe-israelí de 1949— y penetra en Cisjordania. Un hecho denunciado por Autoridad Palestina. “Israel está haciendo un uso ilegal, en beneficio propio como potencia ocupante, de tierras palestinas ocupadas en el valle de Latrún y en las poblaciones de Beit Iksa y Beit Surik”, denunció el negociador palestino, Saeb Erekat, en un comunicado.
Los planes del Gobierno israelí de ampliar la vía hasta las inmediaciones del Muro de las Lamentaciones, en Jerusalén Este, auguran un nuevo escenario de enfrentamiento. El ministro de Transportes hebreo, Israel Katz, ha propuesto que la futura estación que construirán en el corazón de la ciudad vieja, bajo el barrio judío, lleve el nombre de Donald Trump. Un gesto para agradecer al presidente norteamericano que el año pasado reconociese la Ciudad Santa como capital de Israel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario