lunes, 25 de febrero de 2019

Francia se moviliza contra el antisemitismo crecido al calor de los chalecos amarillos

EL MUNDO INTERNACIONAL
Iñaki Gil


El presidente francés, Emmanuel Macron, visita las tumbas vandalizadas este martes en el cementerio judío de Quatzenheim (Francia). EFE

La clase política se moviliza en Francia frente al aumento del odio y la violencia
Macron, tras visitar las tumbas profanadas: "Los que han hecho esto no son dignos de la República y se les castigará"
Francia se moviliza contra el antisemitismo. Toda la clase política ha participado este martes, de un modo u otro, en actos de repulsa. El Gobierno ha dado la alarma ante el aumento en 2018 de actos de este carácter. La agresión verbal al filósofo Alain Finkielkraut el sábado, durante una marcha de 'chalecos amarillos', puso de manifiesto la infección del movimiento de protesta en cuyo entorno el odio y la violencia han hecho nido.
El presidente de la República y los de la Asamblea y el Senado visitaron a media tarde el Memorial de la Shoá. Emmanuel Macron, además, se personó en el cementerio de Quatzenheim (Bajo-Rin), donde más de 80 tumbas judías han aparecido cubiertas de cruces gamadas.
"Los que han hecho esto no son dignos de la República y se les castigará", ha afirmado Macron, que luego ha matizado que no habrá una nueva ley como han reclamado varios diputados de su mayoría. El presidente hablará el miércoles ante el Consejo representativo de las instituciones judías de Francia (CRIF). Macron, acompañado del gran rabino de Francia, se ha recogido ante varias sepulturas de este camposanto de 1795.
Ha sido su forma institucional de sumarse (sin asistir) a la concentración de repulsa que ha reunido al anochecer a toda la clase política en la Plaza de la República. La concentración ha sido una iniciativa del Partido Socialista, cuyo primer secretario, Oliver Faure, no ha invitado ni al partido de Marine Le Pen ni al líder de la Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon. Decenas de ciudades galas han vivido manifestaciones del mismo signo.
Al acto de París ha asistido el primer ministro, Edouard Philippe, secundado por medio gabinete. El ex presidente socialista François Hollande ha también ha acudido, así como los líderes de la veintena de partidos que lo secundaban. Y muchos diputados con sus escarapelas.
En la plaza parisina, punto de encuentro habitual de manifestaciones, también han estado presentes un grupo de 'chalecos amarillos', los llamados ciudadanos. Y aquí está el quid. ¿Cuánto ha aumentado el antisemitismo en Francia? ¿Guarda relación con la protesta que desafía al Gobierno desde hace tres meses?
El año pasado se produjeron en Francia 541 actos antisemitas, un 74% más que en 2017, según datos del ministerio del Interior difundidos hace una semana. Si observamos la misma estadística desde el año 2000, vemos que 2017 fue el segundo año con menos incidentes de este cariz y que 2018 fue un año promedio: hubo ocho años con más actos antisemitas, nueve con menos y otro (2006) con los mismos 541.
También se contabilizaron 1.063 actos anticristianos en 2018, una cifra estable y 100 contra los musulmanes, la cifra más baja desde 2010. El ministerio (entre cuyas competencias está la supervisión de los diversos cultos) engloba todo tipo de agresiones. Así, entre los 541 actos antisemitas hay un homicidio, varias tentativas, 81 violencias, 102 daños en bienes materiales y 358 amenazas.
En las primeras semanas de este año han proliferado: pintaron "Juden" (judío en alemán) en el cristal de un restaurante, cruces gamadas en retratos de Simone Veil... En torno a las manifestaciones de los 'chalecos amarillos' también ha habido desmadres antisemitas. El pasado sábado, el filósofo Alain Fienkelkraut fue increpado por varias personas del cortejo. Mientras la policía le protegía pudo oírse: "Fuera de aquí, sucio sionista", "El pueblo te va a castigar", "Vas a morir" "Vete a tu casa en Tel Aviv" "Sucia raza" y "Palestina, Palestina". Como ésta vez había alguien grabando, se ha identificado a uno de los agresores, al que la policía ubica en el islamismo radical. Ha sido el más notorio pero ha habido otros: gestos, pintadas en chalecos. Algunas veces asociando insultos a Macron (de una grosería inusual en España). El diario Libération ha recordado hoy esta pintada durante el acto IX: "Macron, dimisión, a prisión, puta de los judíos, horca".
Los portavoces del movimiento han condenado siempre los excesos antisemitas. A veces con matices. Como Mélenchon, quien ante la agresión a Finkielkraut escribió en Twitter: "Consciente de la instrumentalización del antisemitismo, creo también que no hay que dejar pasar nunca el racismo".
El propio Libération, crítico con el Gobierno, titulaba el recuento de los incidentes y las manifestaciones: "Los 'chalecos amarillos, asfixiados por la gangrena antisemita". El portavoz del Gobierno, Benjamin Griveaux, declaró: "A menudo, en los márgenes de los cortejos de 'chalecos amarillos' se encuentran inscripciones antisemitas".
Lo que varios intelectuales apuntan es que la serpiente del antisemitismo incuba sus huevos en el clima de odio vigente y en la violencia admitida como habitual. "Estoy sorprendido por el grado de odio que vive el país" declaró a 'Le Parisien' Denis Peschanski, un historiador de la Memoria. Añadió: "El antisemitismo en Francia es como un viejo fondo de salsa, reactivado en momentos de crisis. En cada uno se busca un chivo expiatorio y, siempre, los judíos están entre los señalados".
Según varios analistas, todos los antisionismos nadan en las protestas: el facha de ultraderecha que se nutre de las teorías de la conspiración; el de ultra izquierda, heredero del conflicto con los palestinos; y los islamistas radicales.
Y luego está la desinhibición de la violencia. Este martes, el jefe de los servicios secretos internos, Nicolas Lerner, lo decía en 'Le Parisien': "Han generado una forma de violencia totalmente desacomplejada en individuos que no eran ni de extrema derecha ni de extrema izquierda".
Francia es hoy un país violento. En 2018 se quemaron 41.200 coches (+2 sobre el año anterior) según las cuentas de las compañías de seguro. Esto es, ¡110 al día!
En las barricadas de los 'chalecos amarillos' han muerto 10 personas, tres piquetes y 7 conductores que sufrieron accidentes. En los incidentes ha habido más de mil policías heridos y el doble de manifestantes, 100 graves. Más que en todo mayo del 68.
Entre noviembre y enero (periodo de las protestas) los incendios intencionados han aumentado un 45%. Suman 13.042.
El vandalismo en el mobiliario urbano ha costado entre 20 y 25 millones de euros. Sólo el 1 de diciembre, el sábado que asaltaron el Arco de Triunfo, la factura en mobiliario de París sumó cuatro millones.
En la legislatura que comenzó el 21 de junio de 2017 se han registrado 78 actos violentos contra 67 diputados. El último el pasado fin de semana: incendiaron la residencia bretona del presidente de la Asamblea.

En este clima, el antisemitismo ha vuelto. Y, por una vez, (casi) toda la clase política ha salido a la calle a plantarle cara.

No hay comentarios:

Publicar un comentario