ABC CIENCIA
Judith de Jorge
Oculto a 1,6 km de profundidad, su tamaño es más grande que la ciudad de París y está muy cerca del primero dado a conocer en noviembre.
La NASA descubre un cráter en Groenlandia provocado por un meteorito gigante.
Un equipo internacional de investigadores daba a conocer el pasado noviembre
el hallazgo de un enorme cráter de impacto de meteorito bajo el glaciar Hiawatha en el norte
Groenlandia. El anuncio era excepcional, ya que se trataba de la primera vez que se conseguía localizar uno bajo cualquiera de las capas de hielo continental de la Tierra. Pues puede no ser el único. Lo que parece ser
un segundo cráter gigante acaba de ser descubierto cerca, a tan solo 183 kilómetros al sureste, enterrado a 1,6 km de profundidad. A pesar de su cercanía, los científicos no creen que se formaran al mismo tiempo.
El nuevo cráter de más de 35 km de diámetro supera en tamaño al primero (de 31 km y comparable a la ciudad de París) y, de ser confirmado, sería
el número 22 más grande de la Tierra, según publican los investigadores en la revista
«Geophysical Research Letters».
«Hemos examinado el planeta de muchas maneras diferentes, desde tierra, aire y espacio. Es emocionante que descubrimientos como estos todavía sean posibles», dice admirado Joe MacGregor, un glaciólogo del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland, quien participó en ambos hallazgos.
Antes del descubrimiento del cráter en Hiawatha, los científicos asumían que la mayor parte de las evidencias de los impactos pasados en Groenlandia y la Antártida habrían sido borrados por la implacable erosión causada por el hielo. Tras el descubrimiento de ese primer cráter, MacGregor revisó los mapas topográficos de la roca debajo del hielo de Groenlandia en busca de signos de otras formaciones similares. Utilizando imágenes de la superficie del hielo de los instrumentos a bordo de los satélites Terra y Aqua de la NASA, pronto notó
un patrón circular a unos 183 km al sureste del glaciar Hiawatha. El mismo patrón circular también apareció en
ArcticDEM, un modelo de elevación digital de alta resolución de todo el Ártico derivado de imágenes satelitales comerciales.
MacGregor comenzó a preguntarse si había dado con un segundo cráter. «Ayudar a identificar un gran cráter de impacto debajo del hielo ya era muy emocionante, pero ahora parecía que podría haber dos», indica.
Estructura circular
Para confirmar sus sospechas, MacGregor estudió las imágenes de radar sin procesar que se utilizan para trazar un mapa de la topografía del lecho de roca debajo del hielo, incluidas las recopiladas por la Operación IceBridge de la NASA. Lo que vio debajo del hielo fueron varias características distintivas de un complejo cráter de impacto: una depresión plana con forma de cuenco en la roca rodeada por un borde elevado y picos ubicados en el centro, que se forman cuando el suelo del cráter se equilibra después del impacto. Aunque la estructura no es tan claramente circular como el cráter Hiawatha, MacGregor estimó el diámetro del segundo cráter en 36 km. Las mediciones de la
Operación IceBridge también revelaron una anomalía de gravedad negativa sobre el área, que es característica de los cráteres de impacto.
«La única otra estructura circular que podría aproximarse a este tamaño sería una caldera volcánica colapsada», señala MacGregor. «Pero las áreas de actividad volcánica conocida en Groenlandia están a varios cientos de km de distancia. Además, un volcán debería tener una clara anomalía magnética positiva, y no vemos eso en absoluto».
Más antiguo
Si bien los cráteres de impacto recién encontrados en el noroeste de Groenlandia están relativamente cerca,
no parecen haberse formado al mismo tiempo. De los mismos datos de radar y núcleos de hielo que se habían recolectado en las cercanías, MacGregor y sus colegas determinaron que el hielo en el área tenía al menos 79.000 años, más antiguo que el de Hiawatha. Además, está aproximadamente dos veces más erosionado. «Esto no descarta la posibilidad de que los dos nuevos cráteres de Groenlandia se hayan creado en un solo evento, como el impacto de un asteroide binario bien separado, pero tampoco podemos defenderlo», dice William Bottke, científico planetario del
Southwest Research Institute en Boulder, Colorado, y coautor del artículo.
De hecho, ya se han encontrado dos pares de cráteres no relacionados pero geográficamente cercanos en Ucrania y Canadá. «La existencia de un tercer par de cráteres no relacionados es sorprendente, pero no lo consideramos poco probable», señala MacGregor. «En general, la evidencia que hemos reunido indica que esta nueva estructura es muy probablemente un
cráter de impacto, pero en la actualidad parece poco probable que sea un gemelo del de Hiawatha».
Pinchando en el enlace se accede al vídeo.
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