EL MUNDO CIENCIA
Teresa Guerrero
Localización del asteroide Florence durante su mayor aproximación a la Tierra NASA
Mide 4,4 kilómetros de diámetro y no supone ningún peligro para la Tierra.
e llama Florence y es uno de los asteroides más grandes de los que se consideran cercanos a la Tierra (en inglés, near-Earth objects, NEOs). Esta noche se situará en el punto de su órbita más cercano a nuestro planeta que, aún así, será una distancia enorme: siete millones de kilómetros o, lo que es lo mismo, 18 veces la distancia que separa la Luna y la Tierra. Pero, debido a su gigantesco tamaño -mide 4,4 kilómetros de diámetro- y a su brillo, podrá ser observado desde la superficie terrestre.
Según ha informado la NASA, los científicos aprovecharán este acercamiento relativo para conocer mejor este asteroide, descubierto en marzo de 1981 en el Observatorio Siding Spring de Australia y bautizado con ese nombre en homenaje a Florence Nightingale (1820-1910), considerada la precursora de la enfermería profesional moderna . Y es que, aunque otros asteroides han pasado mucho más cerca de la Tierra, éste es el más grande que se sitúa a esa distancia desde que se realiza el seguimiento de estos objetos. Eso sí, tanto la agencia espacial de EEUU como los astrónomos subrayan que no supondrá ningún peligro.
"No hay ningún riesgo. Su órbita se conoce perfectamente", asegura el astrónomo Jaime Nomen, director del observatorio Deimos Sky Survey de la empresa Elecnor. "Su interés radica en que es un asteroide grande y hace una aproximación relativamente cercana que permitirá además a la gente observarlo desde la Tierra, aunque siete millones de kilómetros es una barbaridad".
Y es que, como recuerda, cada cierto tiempo pasan asteroides más cerca de la Tierra de lo que lo está haciendo 3122 Florence estos días. De hecho, Nomen fue el astrónomo que en febrero de 2012 descubrió desde el observatorio de La Sagra, en Granada, el asteroide 2012 DA14. Un año después, esta roca de unos 45 metros de diámetro se convirtió en el objeto celeste de mayor tamaño que más se ha aproximado a la Tierra sin llegar a colisionar, al pasar a unos 28.000 kilómetros de distancia.
Aprovechar los momentos de máximo acercamiento a la Tierra, sirve a los científicos para investigar estos objetos. El próximo 12 de octubre, por ejemplo, la NASA hará una campaña para estudiar un asteroide denominado 2012 TC4, cuyo tamaño se estima entre 10 y 30 metros. Ese día, la roca pasará a 6.800 kilómetros de la superficie terrestre.
Observación con telescopio
"Aunque Florence va a pasar a una distancia mucho mayor, al ser muy grande y relativamente brillante (tiene un brillo de magnitud 9) va a poderse observar tanto esta noche como en los próximos dos o tres días. En los dos últimos días también ha podido verse bastante bien. A simple vista no es visible, pero sí con un telescopio pequeño de aficionado", explica Nomen. La fase de la Luna, sin embargo, entorpecerá la observación: "Hay más de cuarto creciente y en los próximos días la claridad será mayor. Lo ideal sería que fuera una noche oscura", señala.
Según precisa la NASA, el asteroide se puede observar desde finales de agosto a principios de septiembre a medida que se mueva a través de las constelaciones de Piscis Australis, Capricornus, Aquarius y Delphinus.
Desde el punto de vista científico, el paso del asteroide, añade Nomen, va a ser favorable para la observación en radar: "Se podrá ver bien su morfología general, si tiene estructuras grandes con cráteres, el periodo de rotación, etc.". Según ha detallado la NASA, se van a hacer observaciones de radar desde sus instalaciones en Goldstone (California) y el Observatorio Arecibo de Puerto Rico. Las imágenes obtenidas por los radares revelarán el tamaño preciso de Florence y también detalles de su superficie.
Según los cálculos realizados, ésta será la mayor aproximación de Florence desde 1890 y hasta 2500 no volverá a pasar tan cerca.
Pero según Nomen, debido a que conocen perfectamente su órbita, saben que el asteroide Florence no supondrá un peligro para la Tierra ni ahora ni en los próximos siglos. Afortunadamente. Porque una roca de este tamaño, explica, sería capaz de devastar un continente como Europa: "Mide 4,4 kilómetros y el que acabó con los dinosaurios [hace 66 millones de años] medía 10 kilómetros", recuerda.
Debido a la gran capacidad de destrucción de estas rocas, los científicos están haciendo un censo de los más grandes para intentar prever con antelación un futuro impacto contra la Tierra. "Conocemos ya unos 900 objetos de más de un kilómetro y calculamos que faltan por descubrir 40 o 50", detalla. El mayor problema lo representan los objetos más pequeños, aquellos que miden entre 40 y 200 metros de diámetro y, aunque no tienen la capacidad de destruir un continente, "podrían llevarse una ciudad por delante. Y de este tipo hay muchos más", señala.
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