Lluís Pellicer
El sistema de arbitraje multinacional quedará inoperativo sin la renovación de dos jueces antes de diciembre.
Contenedores en el puerto de Lianyungang, en la provincia china de Jiangsu. CHINA STRINGER NETWORK REUTERS
La Unión Europea y Canadá acordaron ayer un mecanismo alternativo a la Organización Mundial del Comercio (OMC) para resolver sus diferencias ante el riesgo de que el organismo multilateral colapse en caso de que se mantenga el bloqueo de los Estados Unidos. Si ello ocurre, los dos bloques se comprometieron a poner en marcha de forma provisional, según fuentes comunitarias, un sistema de resolución de disputas a partir del 10 de diciembre que se basaría en las reglas actuales de la OMC.
Los Veintiocho no vislumbran todavía ninguna solución al boicot de Estados Unidos sobre la OMC, que podría quedar inoperativa el próximo mes de diciembre. En los últimos dos años, el presidente norteamericano Donald Trump ha ido bloqueando una a una las sustituciones de los jueces que han ido retirándose, y se ha pasado de siete a tres jueces. A finales de año, vencerá del mandato de otros dos, lo que hará inviable el funcionamiento del organismo.
La UE ha preparado una alternativa para resolver conflictos que se basa en el reglamento del organismo con sede en Ginebra. La comisaria de Comercio, Cecilia Malmström, ya avanzó el pasado martes en el Parlamento Europeo que estaba a punto de alcanzarse un acuerdo con Canadá y que se está hablando con otros países para hallar una solución similar mientras Estados Unidos siga saboteando la institución.
La Comisión Europea y la Administración de Justin Trudeau comunicaron el pacto a la OMC e hicieron público el documento firmado, según explicaron en un comunicado, para mostrar su compromiso con la transparencia y la justicia. El acuerdo, añadieron, permite asegurar la “predictibilidad” y la “seguridad” en la resolución de disputas y sigue aportando “estabilidad” en el comercio internacional.
Balance del acuerdo Juncker-Trump
La Comisión Europea hizo este jueves, precisamente, balance del acuerdo que hace un año alcanzó el presidente del Ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker, con Trump. Ese pacto permitió frenar la escalada comercial entre ambas partes, que empezó al otro lado del Atlántico después de que el mandatario estadounidense impusiera aranceles sobre el acero y el aluminio y la UE le respondiera con represalias a sectores como las motocicletas Harley Davidson o el whisky Bourbon.
El informe elaborado por el grupo de trabajo creado en julio del año pasado apunta que la UE ha cumplido con creces con su parte. Juncker se comprometió a incrementar las importaciones de gas natural licuado y de soja. Las primeras se incrementaron un 367%, mientras que la segunda lo hicieron el 96% en el último año. En el informe, la UE sostiene que sigue “comprometida” a trabajar con los Estados Unidos para enderezar “desafíos estratégicos” como la modernización de las reglas y procedimientos de la OMC.
El acuerdo que puso paz a las relaciones comerciales transatlánticas, al menos durante el último año, sigue vivo. Pero con condiciones. Y una de ellas es que Trump no lleve a cabo sus intenciones de fijar aranceles del 25% para los automóviles europeos, lo que asestaría un duro golpe sobre todo a la industria alemana. En ese caso, la UE respondería gravando las importaciones de productos por un importe de 35.000 millones de euros. Sin embargo, la UE también espera que Estados Unidos dé otro paso más en la desescalada eliminando las barreras que impuso al acero y al aluminio.
No es posible aún, según fuentes comunitarias, avanzar en las negociaciones para eliminar aranceles de productos industriales en ambos bloques. El principal motivo es la urgencia de Trump de que ese pacto incluya bienes agrícolas, lo cual es una línea roja que dejaron clara los países miembros. Pero también por la retirada del líder de EE UU del Acuerdo de París, al que debe comprometerse los socios comerciales de la UE.
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