Jaime Rubio Hancock
Burkina Fasso, Malí y Ghana, entre otros, optaron por nombres más relacionados con su historia.
A la derecha, retrato de Felipe II de Tiziano (Museo del Prado)
Rodrigo Duterte, presidente de Filipinas, ha manifestado su intención de cambiar el nombre del país, con la idea de borrar el rastro colonial español. El archipiélago fue bautizado en 1543 con el nombre de Filipinas en honor al entonces príncipe y futuro rey de España Felipe II. Las islas fueron colonia española hasta 1898.
No es la primera vez que se menciona esta posibilidad. Como recoge la agencia Europa Press, ya hubo propuestas en la época de Ferdinand Marcos, dictador que gobernó el país entre 1965 y 1986. Hace unas semanas el propio Duterte apuntó la posibilidad de llamar al país Maharlika, término malayo que se usaba para hablar de las civilizaciones prehispánicas de la isla de Luzón, la más grande del archipiélago. La Constitución actual recoge la posibilidad de cambiar el nombre tras un referéndum.
No es frecuente que un país cambie de nombre, pero sí hay antecedentes. A veces, es por conflictos históricos: recientemente y por ejemplo, la Antigua República Yugoslava de Macedonia pasó a llamarse Macedonia del Norte, tras un acuerdo con Grecia, donde está la región de Macedonia. Y a menudo también cuando se quiere borrar la herencia del colonialismo. Sobre todo si tenemos en cuenta que las metrópolis a menudo optaban por nombres que no tenían que ver con la historia de la región. Estos son algunos ejemplos:
Burkina Fasso. En 1984, el Gobierno de Alto Volta cambió el nombre del país africano, que pasó a llamarse Burkina Fasso. Esta antigua colonia francesa en África se independizó en 1966, conservando el nombre colonial que hacía referencia al río Volta. El nuevo nombre significa “tierra de la gente incorruptible”.
Esuatini. Es el cambio más reciente: en abril de 2018, coincidiendo con el 50º aniversario de Suazilandia, el rey Mswati III cambió el nombre de este país sudafricano a Esuatini. Como Suazilandia, este nombre también significa “la tierra de los suazis”. Lo hizo, sobre todo, por el pasado colonial del nombre, visible en el sufijo inglés “land”. El monarca también adujo el parecido con la pronunciación del nombre en inglés de Suiza (Switzerland).
Otras colonias se quitaron también el sufijo “land” al independizarse, como Togoland (Togo) y Bechuanaland (Botswana).
Ghana. Este era el nombre del imperio comercial que hasta el siglo XIII estaba situado en el noroeste del territorio actual del país. Fue colonia británica en el siglo XIX con el nombre de Costa de Oro, al ser una fuente importante de este mineral. En 1957 ya adoptó el nombre de Ghana, cuando pasó a ser dominio de la Commonwealth. Se independizó de forma plena en 1960.
Indonesia. A partir del siglo XVI, el país fue colonia de Países Bajos con el nombre de Islas Orientales Neerlandesas, cuyo territorio abarcaba Sumatra y las islas adyacentes, como Java y Madura. El nombre de Indonesia ya se propuso por etnólogos y geógrafos a mediados del XIX, y lo adoptaron los nacionalistas del país a partir del siglo XX. Indonesia se independizó con ese nombre en 1949.
Malí. Este país fue colonia francesa en el siglo XIX, con el nombre de Sudán Francés. Se independizó en 1960 y, tras una breve federación con Senegal, adoptó el nombre del antiguo imperio de Malí. Este imperio, como el de Ghana, tuvo un gran peso en el comercio internacional de la Edad Media.
Myanmar. La junta militar que dio un golpe de Estado en Birmania en 1989 cambió el nombre del país al de República de la Unión de Myanmar. Este cambio de nombre está actualmente reconocido por Naciones Unidas y por la Unión Europea, aunque otros países aún lo rechazan, como Estados Unidos.
Cuando los ingleses colonizaron el país en el siglo XIX optaron por el nombre Burma, aunque en el mismo territorio también se usaba el término más formal Myanmar. Algunos independentistas reivindicaron esta segunda fórmula a partir de los años 20, como forma de recordar la historia de su reino antes de la llegada de los ingleses.
República Democrática del Congo. La colonia del Congo Belga se declaró independiente de Bélgica en 1960. Entre 1971 y 1997, el nombre oficial del país fue Zaire. El dictador Mobutu Sese Seko dio al país lo que consideraba un nombre más africano: Zaire es una variación del término que significa “gran río” en varias lenguas locales.
Cuando Laurent-Désiré Kabila se hizo con el poder en 1997 volvió al nombre anterior, Congo, tanto para el país como para el río. Este nombre en realidad tiene su origen en la época colonial, ya que los europeos identificaron el río con el reino de los Congo, que vivían cerca de donde nace.
Este Congo, con capital en Kinsasa, no se debe confundir con la República del Congo, con capital en Brazzaville. A finales del XIX fue colonia francesa, con el nombre del Congo Francés. El país se independizó en 1960 y es mucho más pequeño que su vecino, con 4,6 millones de habitantes frente a los más de 80 de la República Democrática del Congo.
Sri Lanka. El país mantuvo el nombre de Ceilán durante la ocupación portuguesa (a partir de principios del siglo XVI) y la británica (1802-1948). No cambió su nombre a Sri Lanka hasta 1972, tras 24 años de independencia, aunque ya lo usaban los movimientos nacionalistas de la primera mitad del siglo XX. Lanka era el antiguo nombre de la isla.
Por cierto, el nombre persa de la isla es Serendip, de donde procede el término serendipia (un hallazgo accidental o casual). Esta palabra se popularizó gracias a Horace Walpole, que la acuñó en 1754 a partir del cuento persa tradicional Los tres príncipes de Serendip.
Yibuti. Durante la ocupación francesa del siglo XIX, este territorio africano donde antes estuvieron los sultanatos de Ifat y de Adal, se llamó Somalia Francesa y, a partir de 1967, Territorio Francés de los Afars y de los Issas. El país logró la independencia en 1977, ya con el nombre de Yibuti, de origen poco claro: podría remontarse a una bestia mitológica de los Issa o al nombre de las tierras de los Afar, que los marinos árabes dieron también al puerto de la capital. Los Afar y los Issa son los dos grupos étnicos más numerosos del país.
Zambia y Zimbabue. La colonia de Rodesia, en el sur de África, debía su nombre al empresario y colono británico Cecil Rhodes. Esta colonia se dividió en dos regiones, Rodesia del Norte y Rodesia del Sur, que al independizarse pasaron a llamarse, respectivamente, Zambia (en 1964) y República de Rodesia (en 1965). En 1980 y tras una década de conflictos, esta segunda república pasó a llamarse Zimbabue. El nombre de Zambia viene del río Zambeze, mientras que el de Zimbabue procede, probablemente, de una antigua ciudad del sur del país.
Aunque es frecuente, no todos los países borran este pasado colonial. Por ejemplo, Costa de Marfil mantiene el nombre que le dieron los franceses y portugueses que comerciaban con esta materia prima, y Gabón conserva el que le dieron los portugueses, que procede de la palabra portuguesa gabão, que significa “gabán”, por la semejanza con la forma que hace el estuario del río Komo en Libreville, la capital.
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