Isabel Ferrer
El exlíder político está considerado como el máximo responsable del asesinato de 8.000 hombres musulmanes en la ciudad bosnia en 1995 y del sitio de Sarajevo con otros 12.000 muertos.
Radovan Karadzic, exlíder político serbobosnio durante la guerra de los Balcanes, ha sido condenado a cadena perpetua por el genocidio de Srebrenica (1995) y el sitio de Sarajevo (1992-1996). El fallo lo ha dictado el Mecanismo para los Tribunales Penales Internacionales, que cierra los casos del extinto Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (ICTY). Sus jueces han considerado insuficientes los 40 años de cárcel impuestos por un tribunal de primera instancia en 2016 al exdirigente “dada la magnitud y crueldad de los crímenes” cometidos. Karadzic apeló hace tres años esa sentencia. También la Fiscalía, que pidió la privación indefinida de libertad que ahora han ratificado los tribunales. Concluye así uno de los procesos más señalados de la guerra de los Balcanes.
Karadzic, este miércoles en La Haya. REUTERS
La decisión ha sido recibida con aplausos y gritos de júbilo por el público asistente en la sala, entre los que se encontraba una delegación de las Madres de Srebrenica, que reúne a las mujeres de los cerca de 8.000 varones musulmanes fusilados en 1995 a manos de las tropas de Ratko Mladic. El general serbobosnio ejecutó los planes de limpieza étnica diseñados por Karadzic, y ha apelado también su cadena a perpetua. La masacre de Srebrenica fue la mayor atrocidad perpetrada en suelo europeo desde la Segunda Guerra Mundial, y Karadzic centró su apelación en las supuestas limitaciones de su cargo político para cometer delitos de sangre. En su defensa, el antiguo dirigente serbobosnio esgrimió que “el primer juicio se fundó en rumores y tergiversaciones y la fiscalía pisoteó mi nombre”.
Serge Brammertz, fiscal jefe del Mecanismo, se ha mostrado satisfecho con la decisión judicial pero ha subrayado que "no es una sentencia contra el pueblo serbio; el culpable es Karadzic, no su comunidad". Ha añadido luego que el condenado "tampoco es un héroe: pasará a la historia como un criminal de guerra responsable de un sufrimiento horrible".
En 2016, el expolítico fue hallado también culpable de haber orquestado el sitio de Sarajevo, capital de Bosnia, donde entre 1992 y 1996 perdieron la vida más de 10.000 civiles por culpa de los francotiradores y los bombardeos de tropas serbobosnias. En el resto de la campaña contra la población croata o bosnio musulmana desplegada durante su mandato, “se abrieron campos de detención donde la gente fue torturada, apaleada y tratada de forma inhumana, además de sufrir abusos sexuales”, rezaba la sentencia en primera instancia. Vagn Joensen, el juez danés que ha dado lectura este miércoles a la apelación, ha señalado que el asedio “fue desproporcionado, lo mismo que el sufrimiento causado”. En varios pasajes posteriores ha señalado “la vulneración de las leyes y costumbres de la guerra, y el trato debido a los prisioneros”, registrados durante el conflicto armado. Después, ha rechazado prácticamente todas las objeciones del acusado, “que solo enumera sus opiniones sobre la sentencia originaria, sin demostrar que aquellos jueces hubieran errado en sus conclusiones”. El juez español José Ricardo de Prada ha participado en la redacción de esta sentencia de apelación.
Karadzic tiene ahora 73 años y fue psiquiatra y un poeta de cierta fama antes de convertirse en el líder político de los serbobosnios. Su padre, Vuk, era miembro de las guerrillas nacionalistas serbias (chetniks) y estuvo en la cárcel durante la infancia de su hijo. Dedicado al ideal de la Gran Serbia, Radovan Karadzic apoyó al fallecido expresidente, Slobodan Milosevic, y aunque carece ya de poder, sigue dividiendo a sus compatriotas. Las Madres de Srebrenica, buscan todavía a sus familiares, muchos de ellos enterrados en fosas comunes, y le consideran el principal responsable de la tragedia. Para sus simpatizantes, Karadzic es un héroe que luchaba por la supervivencia de su pueblo. “Solo traté de impedir la violencia de la población musulmana, dispuesta a acabar con los serbios de Bosnia”, mantiene incluso ahora.
Capturado en Serbia en 2008 tras una huida de 13 años, Karadzic no solo era uno de los fugitivos más buscados de la justicia internacional. Su arresto se presentaba en esos momentos como una de las principales condiciones impuestas por la UE a Belgrado para seguir avanzando en las negociaciones hacia una eventual adhesión de Serbia a la Unión. En sus primeras comparecencias, él aseguró que Richard Holbrooke, el diplomático estadounidense, le había prometido inmunidad si dejaba la política. Holbrooke condujo los Acuerdos de Dayton, que pusieron fin en 1995 a la guerra en Bosnia y Herzegovina, y siempre lo ha negado. Durante su escapada, Karadzic camufló su aspecto, se dejó crecer la barba y el cabello y se reinventó como curandero. Convertido en su propio abogado, el letrado estadounidense que lo ha apoyado por orden del tribunal, Peter Robinson, centró la defensa en considerar “nulo el primer juicio y mal interpretado su papel en lo ocurrido”. El rostro impasible de Karadzic al saber que cumpliría cadena perpetua no ha dejado traslucir la derrota.
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