Javier Salvatierra
En España, el impacto económico de las copias falsas y el contenido pirata asciende a 6.766 millones, según la oficina europea para la propiedad intelelectual.
Puestos de manteros en Sitges. MASSIMILIANO MINOCRI
Las falsificaciones de productos y el pirateo de contenidos audiovisuales cuesta casi 56.000 millones de euros al año a las empresas europeas que hacen un uso más intensivo de los derechos de la propiedad intelectual. La cifra equivale a una media del 7,4% de sus ventas. En España, el impacto es aún mayor, del 10,6%, 6.766 millones de euros, según concluye un informe de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea.
En el informe, al que ha tenido acceso EL PAÍS, la EUIPO combina y actualiza varios de los estudios que realiza periódicamente sobre el impacto de las falsificaciones. Y pone el foco en once sectores que hacen un uso intensivo de los derechos de propiedad intelectual (DPI), como son los relativos a patentes, diseños o marcas. Esos sectores (ropa, calzado y accesorios; smartphones; productos químicos agrarios; farmacéuticas; vino y espirituosos; música; joyería y relojes; bolsos y equipajes; juguetes y juegos; material deportivo y cosméticos y productos de cuidado personal) representan un 42% del PIB europeo, 5,7 billones de euros y el 28% del empleo. Además, producen un superávit exterior de 96.000 millones y sus empleados ganan un 46% más que los de sectores no tan dependientes del uso de DPI.
Sin embargo, la salud económica de las empresas de estos sectores se ve perjudicada por las falsificaciones. Según los últimos datos de la oficina, el comercio global de productos falsificados ascendió a 452.900 millones de euros en 2016, un 3,3% del comercio mundial. En el anterior informe, con datos de 2013, la cifra, 410.000 millones, equivalía al 2,5%.
La EUIPO asume que la venta de un producto falso no equivale a la pérdida de su equivalente verdadero, por lo que atiende a otros indicadores (indicadores de gobernanza y percepción de la corrupción, estudios sobre compra de productos falsos y contenidos pirata, etc) para calcular el daño a los mencionados sectores: pérdida de ventas, de empleo, de impuestos… Así, concluye que el impacto directo de las violaciones de la propiedad intelectual suman 55.982 millones de euros al año a los sectores mencionados, un 7,4% de sus ventas.
El sector que más sufre por las falsificaciones es el de ropa y complementos, cuyas pérdidas ascienden a 28.419 millones, un 9,4% de la facturación. Por detrás se sitúan los medicamentos, con 9.577 millones (3,9%), y los cosméticos (7.053 millones, 10,6%). La falsificación de vinos y espirituosos resta un 5,9% del negocio, 2.398 millones, a las empresas legítimas.
En España, el impacto sobre los legítimos dueños de esas patentes, marcas o diseños asciende a 6.766 millones anuales, un 10,6% de las ventas de las empresas de esos sectores. Los porcentajes de impacto en las ventas son mayores en España que en la media de la UE en los sectores de ropa (14,9%, 3.808 millones), medicamentos (4,5%), cosméticos (14,1%), vinos y espirituosos (8,3%) y smartphones (10% frente a 8,3%).
Los productos falsos se traducen también en 468.000 empleos menos, con sus correspondientes cotizaciones, con lo que los Estados también pierden, un total de 16.000 millones al año. De hecho, la EUIPO calcula que el impacto indirecto total de estas falsificaciones asciende a 92.000 millones.
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