sábado, 2 de marzo de 2019

El Daesh utiliza la imagen de Bagdhadi para pedir en español a los “lobos solitarios” que cometan atentados. 3º-4º ESO

LA RAZÓN INTERNACIONAL
J. M. Zuluaga

En los últimos días, existen rumores que hablan de la captura e incluso la muerte del cabecilla del Estado Islámico.


Cartel del Daesh con la imagen de Bagdhadi /
@siteintelgroup


El Daesh ha utilizado la imagen de su “califa” Abu Bark Bagdhadi para difundir un cartel, en varios idiomas, entre ellos el español, en el que se hace un llamamiento a los actores (“lobos”) solitarios con el fin de que cometan atentados en Occidente, en un momento en que la banda banda yihadista está a punto de perder sus últimos territorios en Siria.
A los expertos les ha llamado la atención la utilización de la figura de Bagdhadi en unos momentos en los que corren rumores (sin ningún tipo de confirmación oficial, por lo tanto) sobre la captura del “califa” por fuerzas kurdas del FSD, que se lo habrían entregado a los Estados Unidos; sobre su muerte y, lo que puede ocurrir, que esté escondido en algún lugar del desierto o incluso haya podido llegar a Afganistán.
El yihadista, responsable de lanzar el Estado Islámico en 2014 y de las atrocidades que la banda ha cometido desde entonces, con miles de personas asesinadas, incluidos mujeres y niños, se encuentra, en cualquier caso, en ignorado paradero y no se sabe nada de él desde el pasado verano.
Expertos antiterroristas consultados por este periódico, llaman la atención sobre la coincidencia en el tiempo de los rumores sobre la captura de Bagdhadi y la localización en Siria de uno de sus lugartenientes, Fabien Clain, que hacía de portavoz del Daesh contra Francia y que fue “neutralizado” mediante el lanzamiento de una bomba desde un dron de la Coalición Internacional. En la misma operación, resultó herido su hermano, otro peligroso yihadista.
En su último mensaje conocido, en agosto del año pasado, Bagdadi señalaba que “un atentado cometido en Occidente vale por mil perpetrados en nuestro territorio”.
El “califa” llamaba a atacar sin piedad a los “adoradores de la Cruz”, en referencia a los cristianos, a los que considera “nietos de monos y cerdos”. El mensaje, lanzado en agosto del año pasado, rezumaba un cierto “perfume” derrotista envuelto en el fanatismo del personaje que venía a decir, citando versículos de El Corán, que son momentos de tener paciencia porque, al final, llegará la victoria sobre los infieles y apóstatas.
Un mes después, según algunas fuentes, militantes del Estado Islámico de nacionalidad marroquí, argelina y tunecina, protagonizaron un intento de “golpe de estado”, con el fin de matar a Bagdadi, que no hacía mucho tiempo había hecho una “purga interna” en la que había quitado la vida a más de 300 jefes del Daesh a los que culpaba de las derrotas de su organización. El golpe fracasó y sus promotores fueron “ejecutados” de manera atroz. Tras ello, la banda puso precio a la cabeza de Abu Muath Al Yazairi, al que se señalaba como principal inductor de la conspiración.




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