Manuel Planelles
La Organización Meteorológica Mundial advierte de un "aumento peligroso de la temperatura"
Un hombre en su casa, junto a una planta de carbón en Shanxi (China).
La concentración en la atmósfera de dióxido de carbono(CO2), el principal gas de efecto invernadero, ha vuelto a alcanzar niveles récord. Esa concentración no ha parado de aumentar desde principios de los años sesenta, cuando arrancan los registros de seguimiento directo de este gas de efecto invernadero, responsable del calentamiento global según el consenso científico.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha publicado este lunes su boletín anual, en el que advierte de un "aumento peligroso de la temperatura global". El año pasado, según esta agencia dependiente de la ONU, la concentración atmosférica de CO2alcanzó las 403,3 partes por millón (ppm), superando de nuevo la barrera de los 400, que se rebasó por primera vez en 2015, el año en el que se firmó el Acuerdo de París. Este pacto internacional, precisamente, busca reducir los gases de efecto invernadero que emite el hombre para evitar un catastrófico aumento de las temperaturas.
La OMM amplía el foco aún más y sostiene que la concentración actual de dióxido de carbono en la atmósfera representa el 145% de los niveles preindustriales (antes de 1750). El observatorio de Mauna Loa, en Hawai, es la estación de seguimiento directo de la concentración de CO2 más antigua y funciona ininterrumpidamente desde los años sesenta. Las concentraciones de dióxido de carbono anteriores a esa fecha se calculan a través de estimaciones, como el CO2 retenido en el hielo, explica Emilio Cuevas-Agulló, director del Centro de Investigación Atmosférica de Izaña, dependiente de AEMET y uno de los que emplea la OMM para sus boletines.
La OMM ha ido más allá este lunes y ha alertado de que "la última vez que la Tierra conoció una cantidad de CO2 comparable fue hace entre tres y cinco millones de años: la temperatura era entre 2 y 3 grados más alta y el nivel del mar era 10 o 20 metros mayor que el actual".
Emisiones estancadas
En su informe, la OMM resalta que las emisiones de CO2 de la actividad humana se estancaron durante 2016. Cita como fuente los informes del Global Carbon Project, que dirige el científico español Pep Canadell. Este proyecto ha detectado un estancamiento de esas emisiones desde hace tres años.
Sin embargo, este estancamiento no ha supuesto que deje de aumentar la concentración de CO2 en la atmósfera. Esto se debe, explica Cuevas-Agulló, a que no existe una relación totalmente lineal y directa entre emisiones y concentración, ya que hay "muchos procesos en la atmósfera" que influyen. Por ejemplo, la OMM apunta en su boletín a que en la concentración detectada en 2016 ha influido, además de las emisiones de la actividad humana, el fenómeno meteorológico de El Niño.
Pese a que no se puede establecer esa relación lineal y anual, cuando se levanta el foco y se observan los datos de las últimas décadas sí se descubre una tendencia clara: hay un aumento de las emisiones de CO2 que expulsa el hombre al quemar combustibles fósiles que se relaciona con la mayor concentración de este gas en la atmósfera y que lleva al incremento de la temperatura media del planeta. "El constante aumento en las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera durante el período de observación, a partir de 1970 y hasta la actualidad, es consistente con el observado aumento de las temperaturas globales promedio en el mismo período", señala la OMM.
No hay comentarios:
Publicar un comentario