Ramón Muñoz
La aerolínea de bajo coste nórdica acusó los problemas con sus nuevos aviones y la dura competencia.
Un avión Boeing 737 Dreamliner de Norwegian.
Norwegian Air Shuttle cerró 2018 con unas pérdidas de 150 millones de euros, multiplicando por cinco los números rojos registrados en 2017, pese a que su facturación se incrementó en un 30% en el último ejercicio, hasta los 4.128 millones de euros. La aerolínea de bajo coste nórdica atribuye estos malos resultados a los problemas en los motores Rolls-Royce de los nuevos aviones Boeing 737 Dreamliners, lo que le forzó a arrendar aviones con tripulaciones para evitar retrasos y cancelaciones en vuelos intercontinentales, a los altos precios del combustible y a "la dura competencia en un período de fuerte crecimiento".
Estos resultados se refieren a cifras no auditadas, ya que la compañía inicialmente reportó en 2017 unas pérdidas de 30,8 millones de euros, pero posteriormente los auditores corrigieron esa cifra y consignaron un resultado neto negativo de 184,4 millones de euros (1.793,7 millones de coronas noruegas). En cifras comparables, Norwegian registró un resultado bruto de explotación (Ebitda) negativo en 2018 de 225 millones de euros (-2.189 millones de coronas noruegas) frente a los 6,1 millones de euros (59,9 millones de coronas) positivos de 2017.
Un total de 37,34 millones de pasajeros volaron con Norwegian en 2018, un 13% más, con una ocupación media del 85,8%. España se situó como tercer mercado de la compañía por ingresos, con el 26% del total, tan sólo por detrás de la propia Noruega y Estados Unidos.
La compañía, que fue pretendida por IAG aunque finalmente desechó realizar una opa, señala que ha llegado a un acuerdo con el fabricante de los motores Rolls-Royce, que tendrá un efecto positivo en 2019. Durante 2018, recibió 25 aviones nuevos y cerró el año con una flota de 164 aparatos. "La operación del Dreamliner funciona ahora sin contratiempos, y no prevemos que los problemas en los motores vayan a afectar a nuestro servicio en el futuro".
Plan de reducción de costes
La aerolínea, especializada en vuelos de largo radio de bajo coste, señaló que a partir de 2019, el crecimiento y las inversiones disminuirán considerablemente, y ha emprendido una serie de iniciativas para volver a la rentabilidad durante este año. Los costes unitarios de la compañía (excluido el combustible) se redujeron en un 12% en 2018.
En esta línea, Norwegian anunció en enero el cierre de tres de sus ocho bases españolas (Palma de Mallorca, Gran Canaria y Tenerife) y las de Roma-Fiumicino en Italia, y Stewart y Providence en Estados Unidos.
“Hemos optimizado nuestra estructura de bases operativas y de rutas para así mejorar la operativa, así como desinvertir en aviones y aplazar entregas de aviones; además, hemos iniciado un programa interno de reducción de costes, que impulsará nuestras finanzas y nos devolverá a la rentabilidad”, señaló en una nota el fundador y consejero delegado de Norwegian, Bjørn Kjos.
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