Daniel Mediavilla
Una investigación trata de demostrar que los hombres de Neanderthal eran capaces de encender fuegos, una capacidad que solo han demostrado sin dudas los humanos modernos.
El fuego parece un medidor de humanidad. A diferencia de la mayoría de los animales, los chimpancés, nuestros primos hermanos, saben cómo funciona, no se asustan cuando ven un incendio y saben cómo librarse de las llamas sin someterse al pánico. Además, como nosotros, prefieren la comida cocinada a la cruda. Dennis Sandgathe, investigador de la Universidad Simon Fraser, de Canadá, considera que esta fue la primera etapa de acercamiento de los homínidos al fuego. Más adelante, aprenderían a capturar esos fuegos naturales para mantenerlos y cocinar sus alimentos o incluso elaborar herramientas y, por último, se harían con el control de este proceso natural cuando desarrollaron técnicas para hacer fuego a voluntad.
Los Homo sapiens son la primera especie que desde hace unos 120.000 años empieza a dejar muestras claras y abundantes de su maestría con el fuego. Más allá, dudas. En cuevas como la de Wonderwerk, en Sudáfrica, se han hallado pruebas de uso del fuego por ancestros humanos, posiblemente Homo erectus, pero parece probable que para obtenerlo necesitasen fuentes naturales como incendios. Después, lo mantendrían mientras fuese posible, pero si no se daban las circunstancias adecuadas, podrían pasar meses, años o incluso vidas completas sin disfrutar de los beneficios de las llamas.
Los neandertales son la única especie a la que se atribuye expresión artística además de los humanos
La humanidad a medias de los erectus es aceptable, pero no sucede lo mismo cuando hablamos de los neandertales, la especie con la que tuvimos hijos hace decenas de miles de años. Aquellos individuos, que son junto a la nuestra la única especie animal con expresión artística conocida, representaron una forma alternativa de ser humanos y cuanto más les conocemos más perturbador resulta pensar en un tiempo en el que dos especies extremadamente inteligentes compartieron la Tierra hasta que una de las dos sucumbió, posiblemente por culpa de la otra. En los yacimientos neandertales se han encontrado restos de fogatas, pero no es seguro que fuesen capaces de encenderlas por sus propios medios.
Hoy, en un estudio que se publica en la revista Scientific Reports, Andrew Sorensen y otros investigadores afirman que han encontrado evidencias de que los neandertales eran capaces de encender sus propios fuegos, una tercera fase del control de este recurso que por ahora solo han probado los humanos modernos. Hasta ahora, en numerosos yacimientos de Homo sapiens se han encontrado restos de pedernal y pirita que se empleaban para hacer fuegos golpeándolos entre sí, pero no es así en los antiguos asentamientos neandertales.
Sorensen, investigador de la Universidad de Leiden (Países Bajos), plantea que las pruebas de la capacidad para dominar el fuego de los neandertales podían estar ocultas entre otras herramientas empleadas para diferentes usos. Las hachas utilizadas por los neandertales para destazar animales o cortar cuero para hacer ropa eran precisamente de pedernal, un material que, golpeado con pirita, puede producir chispas adecuadas para encender fuego.
Los autores del trabajo analizaron algunas de estas herramientas encontradas en yacimientos franceses de neandertales de hace unos 50.000 años y encontraron marcas que, según ellos, se podrían explicar si se hubiesen empleado como parte de un encendedor. Sorensen trató también de recrear la actividad de hacer fuego con aquellos útiles y explica que puede encender un fuego en menos de un minuto. Las marcas que quedaron en las hachas de sílex después de golpearlas para hacer fuego son, según él, comparables a las encontradas en los yacimientos del paleolítico.
En las épocas frías hay menos restos de fuegos neandertales que durante las cálidas, algo que sugiere que no eran capaces de generarlo
Para otros expertos en el origen del fuego como Sandgathe, sus pruebas no son convincentes. “No hay restos de pirita en los yacimientos pese a que estamos estudiando periodos de decenas de miles de años. Hay un puñado de piezas de pirita, pero no se tienen pruebas sólidas de que se utilizasen para hacer fuego. Deberíamos encontrar muchas más evidencias, sobre todo en los sitios donde hay fuegos, y eso no sucede. Además, el tipo de desgaste que ellos asocian a la producción del fuego no me parece convincente, podría ser cualquier cosa”, apunta.
Sorensen ofrece algunas explicaciones para estas ausencias. Por un lado, considera que, al ser multiusos como una navaja suiza, las hachas de pedernal empleadas para hacer fuego en un sitio pudieron llevarse hasta otro donde nunca encendieron fuego. Además, apunta que la habilidad para hacer fuego en el momento deseado, evitando tener un fuego encendido todo el rato, reduciría los residuos de la actividad, especialmente en épocas de frío, cuando la madera era un recurso más valioso.
En opinión de Sandgathe, además de que los restos de herramientas con las que hacer fuego no abundan como debieran, la ausencia de restos de fuego en las grutas neandertales en épocas frías particularmente, cuando es menos frecuente encontrar incendios y más necesario es el calor de una llama, sugiere que aquellos humanos no habían controlado la técnica de encender fuego. Para él, por lo conocido hasta ahora, esta técnica solo fue controlada por los sapiens y es posible que sea una de las diferencias definitivas que permitieron a nuestra especie sobrevivir a los neandertales.
Pinchando en el enlace se abre el vídeo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario